Las películas más sorprendentes de 2019

No esperábamos nada de ellos, pero nos hicieron salir del cine con una sonrisa en los labios: te los perdieras o no, estos filmes necesitan revisión urgente.
Las películas más sorprendentes de 2019
Las películas más sorprendentes de 2019
Las películas más sorprendentes de 2019

Será porque la proximidad de 2020 nos ablanda, o porque los actos de violencia extrema sufridos por nuestros cuñados en la cena de Nochebuena nos han servido para soltar la mala sangre (y para otras cosas tipificadas en el Código Penal). El caso es que, a días vista para el 31 de diciembre, en CINEMANÍA nos notamos el corazón tierno. Es el momento ideal, pues, para sacar nuestra lista definitiva de fin de año: esa en la que no aspiramos a sacarle los colores a películas decepcionantes ni a recordar escenas ultraviolentas, sino a rememorar los filmes de los que no esperábamos nada o casi nada, pero que nos hicieron salir de la sala con una sonrisa en los labios.

Algunas nos daban pereza por sus premisas, otras parecían truños de bajo presupuesto y un tercer grupo nos echaba para atrás debido a su aspecto pretencioso. Pero al final, bien fracasasen en taquilla o recaudasen millonadas, todos estos filmes se han ganado su lugar como películas más sorprendentes de 2019.

Lo que nos esperábamos: ¿Es que no tuvimos bastante con Bohemian Rhapsody? Dexter Fletcher, el director parcheó para ese filme tras la deserción de Bryan Singer, debe pensar que no, porque vuelve con otro biopic glam. En este caso, sobre Elton John. Y, para colmo, con la aprobación del músico. Por san Marc Bolan de la Santísima Purpurina, qué pereza da esto.

Lo que nos encontramos: Aunque la mano de John se nota mucho en Rocketman, la película acabó resultando todo lo que Bohemian no fue: un musical de verdad con números apoteósicos de canto y baile que sigue los hechos registrados con relativa fidelidad y que, además, pone en su contexto la figura del protagonista (interpretado estupendamente por Taron Egerton, además) y nos explica por qué fue importante. La recreación final del videoclip de I'm Still Standing es un subidón.

Súper empollonas

Lo que nos esperábamos: Poniéndose detrás de la cámara, Olivia Wilde demuestra una iniciativa muy loable, pero ¿de verdad no podía haber escogido para su debut largo un género más vigente hoy en día que la comedia teen? Ya solo el título castellano da ganas de salir corriendo.

Lo que nos encontramos: Pues, así a grandes rasgos, una de las mejores películas de 2019 (si no la mejor). Como los mejores títulos de John Hughes en los 80 (y, sí, como Supersalidos), esta película cuyo verdadero título es Booksmart compagina gags descacharrantes con una reflexión agridulce sobre esa putada cuyo nombre es "crecer". El hecho de que Beanie Feldstein, Kaitlyn Dever, Billie Lourd, Jason Sudeikis y el resto de su reparto estén en plena forma tampoco la perjudica.

Lo que nos esperábamos: Vale, Feliz día de tu muerte tenía gracia y fue una sorpresa en taquilla, pero su secuela huele a muerto desde aquí. Y no porque a Jessica Rothe le haya abandonado el desodorante.

Lo que nos encontramos: Rodada con el suelto que Jason Blum llevaba en la cartera (o eso parece), Feliz día de tu muerte 2 hace lo que mejor podía hacer con la premisa del filme original: faltarle al respeto. La cinta incrementa todavía más su elemento cómico y complica su premisa de formas inesperadas, convirtiendo lo que era un remake slasher de Atrapado en el tiempo en una aventura de ciencia-ficción muy disfrutable. Pena que, en esta ocasión, la taquilla no acompañase.

Lo que nos esperábamos: Cualquiera diría que el thriller nórdico había pasado de moda, pero se ve que no. El hecho de que John Ajvide Lindqvist (Déjame entrar) adapte uno de sus relatos en este noir sobre una aduanera sueca debería estimularnos, pero solo lo consigue un poquito.

Lo que nos encontramos: En una película como Border, los spoilers son peligrosos de verdad. Debido a ello, lo dejamos en que este filme hace por ciertas ramas de la fantasía lo que Déjame entrar hizo por el género de vampiros: actualizarlas con todo respeto, dándoles además una carga emocional de las que pesan de verdad. No indagues más de lo debido en su argumento antes de verla.

Lo que nos esperábamos: ¿Que esta película irritó muchísimo a Vladimir Putin, hasta el punto de meter entre rejas a su director Kirill Serebrennikov? Lo sentimos mucho por el cineasta, pero eso no significa que el biopic de Viktor Tsoy (icono del rock underground en la Unión Soviética) vaya a decirnos nada a los españolitos.

Lo que nos encontramos: Está claro que 2019 ha sido un buen año para los biopics musicales. Leto no te va a convertir en un experto en el panorama musical de la URSS, pero sí te hará gozar de lo lindo con sus números musicales (elaborados con canciones de Talking Heads, Iggy Pop y otros iconos new wave) y con una historia que no sigue para nada los tópicos sobre el ascenso y caída de un icono, prefiriendo retratar a este cuando aún era un artista en ciernes enfrentado a la censura.

Lo que nos esperábamos: Un tremendo fracaso de taquilla en EE UU, dirigido por un 'hijo de' (Sam Levinson, vástago de Barry Levinson), que trata de atraernos con su estética chillona y sus promesas de ultraviolencia. Sigan adelante, aquí no hay nada que ver.

Lo que nos encontramos: Este verano, cuando Levinson estrenó Euphoria en HBO, muchos se quedaron picuetos… y quienes habíamos visto Nación salvaje nos frotamos las manos, porque los rasgos definitorios del show estaban ya en esta película. Con una técnica heredera del mejor Brian De Palma, el filme pone en solfa un presente marcado por la ubicuidad de las redes sociales a base de parodia vitriólica y dilemas irresolubles. De aquí a unos años, será una película de culto.

Lo que nos esperábamos: Un año más, no falta en la cartelera un slasher con premisa excéntrica. En este caso, y aunque su título en castellano suene más a fantaterror español de los 70 (cuando no a cine 'clasificado S'), parece que la cosa va de juegos de sociedad. Y para colmo Ryan Murphy es uno de los guionistas.

Lo que nos encontramos: ¿Recuerdas Tú eres el siguiente? Pues al igual que ese filme hace ocho años, Noche de bodas aprovecha el género de terror para lanzar una crítica jocosa a la institución familiar y a los rituales absurdos que lleva consigo. El estupendo resultado va derechito, además, a la lista de películas que nunca debes ver junto a tu pareja antes de presentarle a tus padres.

Lo que nos esperábamos: Tras haber padecido intentos de noir estiloso made in Cataluña durante los 80 (¿alguien recuerda Un negro con un saxo sin sentir deseos de sacarse los ojos?), esta película parece revivir esa tendencia con Tarantino Drive como referentes. Qué habremos hecho para merecer tal castigo.

Lo que nos encontramos: Al final resulta que la cosa no iba ni del autor de Érase una vez en Hollywood ni de Nicolas Winding Refn, sino de David Lynch y el Jim Jarmusch más indescifrable. Con música de El Guincho, para colmo. Este thriller (si se le puede llamar así) protagonizado por un conductor de VTC queda como uno de los filmes más raros del año, y por eso se merece un lugar aquí.

Lo que nos esperábamos: Las películas sobre talent shows no molan por definición, salvo que sean falsos documentales dirigidos por Christopher Guest. Así pues, agradecemos a Max Minghella Elle Fanning sus esfuerzos, pero de esta parece que vamos a pasar: con Amaia Alfred ya tuvimos bastante.

Lo que nos encontramos: Además de una banda sonora fastuosa (en la que caben por igual Grimes, Robyn y el Flashdance (What a Feeling) de Irene Cara, Teen Spirit retrata la odisea de su protagonista con mucha sensibilidad… y con tropos que diríanse prestados de las películas de boxeo, como ese profesor-entrenador amargado de la vida al que interpreta Zlatko Buric (Pusher). Gran año este para los musicales, sí señor.

Yo soy Dolemite 

Lo que nos esperábamos: Es Eddie Murphy. ¿Hace falta explicar por qué nos da pereza?

Lo que nos encontramos: Retornando a sus orígenes en el tiempo (los 70) y en el espacio (la comedia stand up afroamericana), Murphy nos ha recordado la historia del personaje ("políticamente incorrecto" es decir poco) con el que Rudy Ray Moore hizo historia en los escenarios, primero, y en el cine blaxploitation después. El musicón es funky como el infierno, los chistes tienen la sutileza de una coz y los cuellos de las camisas se salen de los encuadres: todo un triunfo.

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