Así ayudó 'The Walking Dead' a la victoria de Donald Trump

El yerno del presidente millonario lo reconoce: si sus spots electorales aparecían siempre junto a la serie de zombies, no era por casualidad
Así ayudó 'The Walking Dead' a la victoria de Donald Trump
Así ayudó 'The Walking Dead' a la victoria de Donald Trump
Así ayudó 'The Walking Dead' a la victoria de Donald Trump

El escritor H. P. Lovecraft, que además de ser un maestro de lo suyo era un rato facha, lo dejó muy claro: la raíz de todo terror reside en el miedo a lo desconocido. Y una de las variedades de dicho miedo es el rechazo al forastero, al diferente o al que no comparte referencias con uno. Es decir, la xenofobia. Algo de lo cual Jared Kushner, yerno de Donald Trump y uno de sus asesores de campaña, tomó muy buena nota. Según una entrevista publicada por Forbes, Kushner ha reconocido que una de sus tareas consistió en escoger las series más indicadas para posicionar los spots electorales del millonario metido a político: "Navy: Investigación criminal para la gente asustada por el 'Obamacare' [la reforma sanitaria impulsada por Barack Obama], y The Walking Dead para aquellos a los que le preocupa la inmigración".

A estas alturas, los aficionados al género de muertos vivientes deben estar arrancándose el pelo a jirones: no en vano George A. Romerosu santo padre fundador, usó sus películas para criticar el racismo (La noche de los muertos vivientes), el consumismo desbocado (Zombie) y el militarismo (El día de los muertos). Aun así, como apuntan desde The Mary Sue, la estrategia de Trump y de Jared Kushner tuvo su lógica: "La premiere de esta temporada comenzó con Negan, un terrorífico recién llegado que suponía una amenaza para los muy queridos protagonistas del show". 

De acuerdo con la columnista Maddy Myers, el mensaje resultaba evidente: "Puedes confiar en tus colegas de toda la vida, y en nadie más". Así pues, la conexión entre el miedo primario de los votantes de EE UU a un bate de béisbol forrado de alambre de espino y la preocupación por que su vecino de color oscuro y acento raro les robe el trabajo (o ponga una bomba) quedaba medianamente clara.

Y servían de apoyo a un discurso político basado, entre otras cosas, en el rechazo a la inmigración y a la acogida de refugiados. ¿Debe esto hacernos desconfiar de The Walking Dead, en general, y de las historias de zombies, en general? Seguramente, no: en un artículo sobre el cine de terror de los 70, cuando se forjaron muchos de los mitos modernos del género, ya hablamos de cómo éste se alimentó de los miedos de la clase media de entonces... pero también de la preocupación de muchos directores y espectadores hacia el gobierno de Richard Nixon, primero, y hacia el giro a la derecha que acabaría poniendo en el poder a Ronald Reagan, después. De la misma manera, los guiones de The Walking Dead han participado de muchas ideas diferentes y, en ocasiones, contradictorias, sobre el presente.

El cine de terror, y el cine, en general, no suele ser un actor de los cambios, sino un síntoma de los cambios que están por venir. Y esa es, en parte, su función: hacernos más conscientes del mundo en el que vivimos. A quienes escriben esto, en realidad, les preocupan más los expertos en comunicación y marketing que pueden usar esos síntomas para meternos el miedo en el cuerpo.

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