Por qué 'Mujercitas' es la película de estas Navidades

Primeras impresiones sobre la adaptación de la novela de Louisa May Alcott a cargo de Greta Gerwig ('Lady Bird')
Por qué 'Mujercitas' es la película de estas Navidades
Por qué 'Mujercitas' es la película de estas Navidades
Por qué 'Mujercitas' es la película de estas Navidades

"I have had lots of troubles; so I write jolly tales". Como Lady Bird, Mujercitas comienza con una cita, pero en esta ocasión no es de Joan Didion sino de la propia Louisa May Alcott, cuya famosa novela adapta fielmente en su segunda película Greta Gerwig. El entrecomillado en cuestión no es arbitrario. Mujercitas es un cuento alegre. Tanto como los relatos de Alcott. Tanto como su gran novela.

Mujercitas comienza con Jo –espiritosa Saoirse Ronan–, personaje que Greta Gerwig pone en el centro de su adaptación, quizás porque ya en la novela era el más reivindicable desde un punto de vista de género. No solo eso. Empieza con Jo intentando publicar, cumplir sus sueños de convertirse en escritora a pesar del machismo reinante en un panorama literario compuesto prácticamente por hombres.

Saltamos entonces al pasado y el espectador comprende enseguida que Gerwig ha dividido la acción en dos tiempos. Por un lado, está el pasado en el que aguardan escenas míticas de la novela como la del quemazón de pelo o la del desayuno que las hermanas donan a los pobres. Por otro, el presente en el que la familia se reúne ante la inminente muerte de Beth.

Es un filme que apela con tanto ahínco a los mejores sentimientos del espíritu navideño –no en vano se estrena el 25 de diciembre– sería feo destacar las interpretaciones de unas actrices sobre otras. Lo que sí es cierto es que los personajes de Ronan y Florence Pugh gozan de mayor tiempo en pantalla y, por tanto, están mejor definidos, además de compartir inquietudes más acordes con las mujeres del siglo XXI. En ese sentido, merece una mención especial el discurso que Amy (Pugh) le dedica a Laurie –interpretado por un cada vez más carismático Timothée Chalamet).

Abramos aquí un paréntesis dedicado a Laura Dern. Su personaje en Mujercitas encapsula todas las esencias maternales –"Llámame madre, todo el mundo lo hace", le dice a Laurie cuando sus hijas se lo presentan– en una interpretación radicalmente opuesta a la de la abogada de Scarlett Johansson en Historia de un matrimonio, filme, por cierto, dirigido por la pareja de Gerwig, Noah Baumbach. Cabe imaginarse a la pareja ideando planes para que este año Dern se lleve por fin el Oscar.

Solo es un relato sobre nuestras pequeñas alegrías domésticas

Todo en esta nueva adaptación de Mujercitas parece medido para celebrar la alegría del texto original. Los vestidos de las hermanas, color algodón de azúcar; esos decorados a lo Accidentally Wes Anderson y por supuesto las interacciones entre las hermanas. Si bien, Gerwig aprovecha para lanzar unos cuantos mensajes a las niñas que vean su aproximación a la novela de Alcott (y de paso a la amargada tía March).

Recordando las vidas de estas hermanas cuya única opción era el matrimonio podemos tomar conciencia de nuestras libertades y derechos adquiridos como mujeres. No solo eso. La novela de Alcott, escrita en un momento en el que las mujeres prácticamente no escribían ni publicaban, es un referente del coraje y la valía femeninas, como explica Gerwig en ese final tan metacinematográfico. Pues como le contestan sus hermanas cuando Jo se refiere a su novela como "un mero relato sobre nuestras pequeñas vidas, nuestras alegrías domésticas": "Si escribes sobre ellas haces que sean importantes".

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