Por qué Zendaya es la nueva favorita de Hollywood

Su estilista Law Roach (ahora una estrella desde que ha recuperado a Céline Dion como icono) la llama Zoprah. El perfecto apodo para la Oprah de la generación Z (porque aquí ni siquiera hablamos de millennials): esa es Zendaya. A sus 20 años debuta ahora en la gran pantalla, un debut a lo grande, en Spider-Man: Homecoming, pero ella aterriza en el mundo Marvel, en el que (SPOILER) parece que se queda, siendo ya una estrella, siendo más estrella que el mismísimo Spider-Man.

Y solo cinco meses después de este estreno, vuelve al cine en otra de las grandes películas del año: The Greatest Showman, un musical compuesto por el mismo equipo de La La Land, en el que comparte pantalla con Hugh Jackman o Zac Efron. Y todo esto sin haber abandonado aún la mano que dio de comer su éxito, el mundo Disney, en el que seguirá como K.C. Cooper al menos hasta 2018. Cuando salga de ahí, será imparable. ¿Por qué para Hollywood es su nueva 'it girl' favorita?

Si echamos la vista atrás, solo Ryan Gosling pasó el trago sin tener que pasar en algún momento por rehabilitaciones, sin crisis de identidad, sin episodios à la Britney Spears. Ahora Zendaya ha ido más allá que Gosling, y no solo está orgullosa de su paso por Disney, sino que le ha sacado y sigue sacando el mejor partido. Cuando aún tenía 16 años, acababa de terminar su primera serie Disney, Shake it Up, se sentó con todos los directivos del canal y les dijo que en el nuevo programa que le preparaban quería ser productora, no quería que su personaje se llamara Katy ("¿Me veis cara de Katy?"), quería que fuera una chica normal, pero que supiera artes marciales, y todo lo que un chico espía habría hecho, no quería ser la cool, sino la rarita.

¿Y qué hicieron? Acataron, aceptaron, y así, Zendaya descubrió qué es el poder y cómo manejarlo en su favor y en el de millones de niños a los que quiere dar ejemplo.

O una voz de una generación. Desde sus redes sociales, desde las alfombras rojas, desde su serie, o desde cada entrevista. Zendaya habla a sus fans, a la gente de su generación (o a quien quiere escuchar) de empoderamiento, de tener los pies en la tierra, de ayudar a los demás, de abrazar la diversidad. Ahora ve la interpretación como una forma más de activismo, por eso no elegirá papeles en balde. El de Michelle, en Spider-Man, le gustó, de nuevo, porque no era la chica cool del instituto, es la rarita, la nerd, y en la diferencia está el éxito.

La primera vez que decidió usar la alfombra roja como plataforma fue en sus primeros Oscar, en 2015. Llevó un vestido blando de Vivienne Westwood y todo su pelo en rastas. Una presentadora americana dijo al verla que parecía "que olía a pachuli o a marihuana".

Zendaya utilizó su poder virtual para defenderse para explicar que llevar rastas era una declaración de intenciones "para recordar a la gente de color" que su pelo es suficientemente bueno. Llevaba rastas como su padre (un profesor de instituto), como sus hermanos, como Ava DuVernay.... Solange Knowles, Viola Davis, Kerry Washington o Whoopi Goldberg salieron en su defensa y a aplaudirla. Fui ahí cuando su estilista empezó a llamarla Zoprah.

Michael Kors la considera una de sus chicas. Law Roach, con quien lleva trabajando desde los 14 años, no es solo su estilista, sino también su amigo, su hombre de confianza, y su socio en la línea de ropa y tienda online que ha montado, sabiendo los fans que arrastra que adoran su estilo. Es una "mujer sin miedo", dice Kors; y eso le lleva a arriesgar en todas sus apariciones públicas. Siendo ya su paso por las alfombras de la Met Gala las más icónicas.

Y subiendo. Tanto en la moda como en el cine y todo el mundo del entretenimiento hoy se mide en followers. Cuanta más seguidores, más influencia tienen, más posibilidades de que las marcas y los proyectos lleguen a ella. Y Zendaya está a niveles muy altos, lejos de Kardashians y de Selena Gomez aún, pero acercándose a gran velocidad. Y solo acaba de empezar.