'Juego de tronos': ¿Qué demonios ha cambiado Desembarco del Rey?

SPOILERS DE 'JUEGO DE TRONOS' HASTA T8E04

Una serie de aspectos del antepenúltimo episodio de Juego de tronos han sentado bastante mal a quienes siguen la serie de HBO, dispuestos a sacarle punta a cada mínimo detalle como ese vaso de café que se coló en plano y HBO ha tenido que eliminar. Por un lado está la absurda forma de plantear la muerte de Missandei, por otro la falta de consideración con la que Jon Nieve trata a su lobo Fantasma. Pero lo que quizás fue lo más desconcertante del episodio tuvo una escala mucho mayor, de implicaciones geográficas: Desembarco del Rey ha cambiado ante nuestras narices.

Desde el inicio de la serie Juego de tronos, Desembarco del Rey ha mantenido un aspecto más o menos estable. La capital de los Siete Reinos, cuyas localizaciones exteriores se han rodado en su mayor parte en la costera Dubrovnik, se encuentra en la ribera nortel del río Aguasnegras y está rodeada por tres colinas: Aegon, Rhaenys y Visenya. Tal y como describe la ciudad George R. R. Martin en los libros de Canción de hielo y fuego, en cada una de las colinas se sitúa un punto clave de la ciudad: la Fortaleza Roja (la residencia real) en la Colina Alta de Aegon, el Gran Septo de Baelor en la Colina de Visenya y el abandonado Pozo Dragón en la Colina de Rhaenys.

Juego de tronos ha mantenido esa disposición más o menos estable a lo largo de ocho temporadas –recuerda cómo Cersei veía desde su ventana de la Fortaleza Roja el Gran Septo de Baelor en la distancia, antes de convertirlo en una ruina consumida por fuego valyrio–, pero el aspecto de Desembarco del Rey cambió considerablemente en el quinto episodio de la octava temporada. Lo vimos cuando Daenerys, Tyrion, Gusano Gris y un pequeño destacamento de soldados se acercaron a las puertas para negociar.

De repente, los alrededores de la Fortaleza Roja y Desembarco del Rey pasaron de ser una exuberante extensión de verdes bosques a la orilla del agua...

... a un erial plano y gris.

¿Qué demonios ha pasado aquí?

Dado que Desembarco del Rey es la capital de los Siete Reinos, sede monárquica y la ciudad más importante de Poniente, además de uno de los enclaves más conocidos de Juego de tronos, parece realmente interesante que su aspecto haya cambiado de manera tan radical.

A fin de cuentas, que el escenario más famoso de tu serie resulte irreconocible para los fans justo cuando va a acoger la última gran batalla de la historia resulta más importante que olvidarse por ahí un vaso de café para llevar.

Esta transformación paisajística ya ha dado pie a que muchos fans empiecen a teorizar sobre su importancia, y si es una decisión consciente buscada por D. B. Weiss y David Benioff, los creadores de la serie. ¿Es un cambio legítimo merecedor de su propia explicación narrativa en vez de una simple alteración de escenario producto de las necesidades de producción o una escasa valoración de la continuidad?

Hay quienes afirman que el zambombazo de fuego valyrio con el que acabó la sexta temporada puede haber cambiado a las malas el trazado urbanístico de parte de la ciudad de esta manera tan difusa. Otros apuntan hacia la salvaje estrategia bélica de Cersei, capaz de mandar diezmar los terrenos que rodean la ciudad con el fin de ver más fácilmente cómo se acercan las tropas enemigas. Además, talar todos esos bosques también habría propiciado buenas reservas de madera para incorporar más barcos a la flota de Euron Greyjoy, o incluso construir más escorpiones de guerra, que tan útiles parecen para combatir dragones en pleno vuelo.