Sexo real en películas fuera del porno: gran plano genital

Guía de mano con películas donde el sexo no se finge: del naturalismo de la carne a la provocación facilona de las sensibilidades puritanas.
Sexo real en películas fuera del porno: gran plano genital
Sexo real en películas fuera del porno: gran plano genital
Sexo real en películas fuera del porno: gran plano genital

El cine porno nació casi al mismo tiempo que la invención del cinematógrafo. ¿Una tecnología capaz de capturar y proyectar imágenes en movimiento? En cuanto el francés Eugène Pirou descubrió su existencia, la empleó para lo que todos sus conciudadanos ansiaban: filmar a mujeres desnudándose (Le coucher de la mariée, 1896).

A partir de ese primer striptease de Louis Willy, las imágenes de sexo explícito conquistaron su propio espacio en el cine a través de canales subterráneos, al margen de la vida pública, hasta que la liberación sexual de los años 60 cambió ciertos regímenes de representación en la industria mainstream.

Películas como Soy curiosa (amarillo) (Vilgot Sjöman, 1967) o Garganta profunda (Gerard Damiano, 1972), redefinieron cada una por su lado los estándares del cine erótico y el pornográfico. Pero aquí no vamos a hablar de eso. No escasea precisamente la presencia de películas porno o vídeos X por cualquier rincón de internet. Sin embargo, llámalo puritanismo morboso o capitalización de la hipocresía, la aparición de escenas de sexo explícito en películas del circuito comercial (o, más bien, del cine de autor) a día de hoy sigue llamando la atención; más aún si se trata de sexo no fingido entre los actores.

Este año el cunnilingus de 13 minutos de Mektoub, My Love: Intermezzo ha sido uno de los momentos más comentados del Festival de Cannes. Es la última en sumarse a una lúbrica lista de películas que, desde hace décadas, han ido sembrando el escándalo por distintos festivales de cine como Venecia o Cannes con sus escenas de sexo real. A continuación repasamos algunas de las que más impactaron.

La vie de Jésus (1997)

El multipremiado debut de Bruno Dumont, ya de por sí bastante agresivo por su argumento y actuaciones hieráticas, amenizaba los coitos representados entre sus actores no profesionales con insertos de penetraciones reales en primer plano.

Le pornographe (2001)

Otro atrevido cineasta francés que recurrió a intérpretes de cine X para su película de prestigio fue Bertrand Bonello. En este drama existencialista, donde Jean-Pierre Léaud interpreta a un director de porno, le vinieron muy bien para filmar en primer plano sus eyaculaciones.

The Brown Bunny (2003)

La felación explícita en primer plano más comentada en los círculos cinéfilos durante la década pasada es la guinda de una película melancólica donde la depresión del mal de amores se muestra de forma tan radical que fue masacrada a su paso por Cannes. La escena en cuestión la filmaron solos el director Vincent Gallo Chloë Sevigny para lograr más intimidad.

All About Anna (2005)

Más conocidos por su manifiesto Dogma 95, la Zentropa de Lars von Trier proclamó unos años después el Puzzy Power Manifesto junto a su voluntad de producir películas con contenido sexual explícito destinadas a mujeres. Dirigida por Jessica Nilson y protagonizada por la actriz escénica Gry Bay, esta es la más conocida (y un dramón tremendo).

9 Songs (2004)

El propósito de Michael Winterbottom era claro: contar una historia de pareja centrándose exclusivamente en lo que suele quedar fuera de las películas románticas. Es decir, el sexo. Así que muestra la relación entre una estudiante estadounidense y un científico londinense intercalando sus encuentros sexuales con actuaciones de los conciertos a los que acuden juntos, con un catálogo de artistas musicales que va de Black Rebel Motorcycle Club, Franz Ferdinand Primal Scream Michael Nyman.

Shortbus (2006)

Después de Hedwig and the Angry Inch, el dinámico John Cameron Mitchell consagró su segunda película al acto sexual, tanto hetero como homosexual, mostrado de manera explícita, frontal y tan natural hasta el costumbrismo amoroso. Para ello, nada mejor que contar con un grupo de actores neoyorquinos que no tuvieron problema en mantener relaciones reales delante de la cámara.

Anticristo (2009)

Si has llegado hasta aquí preguntándote por qué no hablábamos de Los idiotas (1998), donde además de algún que otro pene erecto Lars von Trier incorporó un coito real (por actores de cine porno) durante una escena de sexo en grupo, es porque el cineasta danés usó una técnica similar en el polémico prólogo de Anticristo. Los personajes de Willem Dafoe Charlotte Gainsbourg hacen el amor a cámara lenta durante una secuencia en blanco y negro que no hace sospechar el inserto de una penetración en primer plano que también procede de actores porno.

Nymphomaniac (2013)

Volvemos a Von Trier, que en plena etapa de persona non grata en el Festival de Cannes se llevó a Berlín y Venecia los dos volúmenes de su díptico Nymphomaniac. Aquí el danés trasciende los trucos de montaje recurriendo a la magia de la composición digital, insertando sobre los cuerpos de sus intérpretes, como Charlotte Gainsbourg o Stacy Martin, los genitales de actores porno. Según explicó la productora Louise Vesth, el proceso consistía en filmar a los primeros simulando relaciones sexuales, a los segundos teniéndolas de verdad y luego se ejecutaba un collage digital por debajo de la cintura. La magia del cine.

Love (2015)

Allá donde Lars von Trier no llega, siempre se puede confiar en que lo hará Gaspar Noé. El argentino afincado en París se marcó el hito de eyacular en 3D sobre todo el público de gala que acudió al estreno de Love en Cannes. Como sucede con otros títulos de este listado, más allá del morbo sexual, poca alegría: aquí también estamos ante un dramón amoroso de tomo y lomo.

Mektoub, My Love: Canto uno (2016)

Teniendo en cuenta que Mektoub, My Love: Intermezzo es la pieza clave de un tríptico iniciado por este otro filme, poca sorpresa deparaba su comentado cunnilingus discotequero para quienes habían visto su primera entrega en Venecia (o en Pornhub, donde estuvo colgada con sus 180 minutos de duración). Mektoub, My Love: Canto uno se abre literalmente con una escena de sexo de 15 minutos, donde los adúlteros Ophélie (Ophélie Bau) Tony (Salim Kechiouche) sellan una de las relaciones en torno a las que gira este proyecto para cuya financiación el director Abdellatif Kechiche subastó su Palma de Oro ganada con La vida de Adèle.

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