El director de 'La vida de Adèle' siembra el escándalo en Cannes con un cunnilingus de 13 minutos

Seis años después de La vida de Adèle, el director francés Abdellatif Kechiche ha vuelto a sembrar el escándalo en Cannes. Y, como en aquel caso, el epicentro de la polémica es una escena de sexo maratoniana. El clímax de las más de tres horas y media que dura Mektoub, My Love: Intermezzo, el filme que Kechiche ha presentado en el certamen, es un cunnilingus de 13 minutos (20, según otras fuentes) en el baño de una discoteca.

Secuela de Mektoub, My Love: Canto Uno (2017), Intermezzo ha vuelto a atraer sobre Kechiche las habituales críticas sobre su mirada al cuerpo femenino. El crítico Nando Salvá (colaborador de CINEMANÍA) la describe en su crónica de El Periódico como "una película pre-MeToo", destacando cómo la mirada del cineasta se centra más en las anatomías de sus actrices (Ophélie Bau, Hafsia Herzi, Amelia Chadad) que en narrar una historia coherente: la película consta de solo dos secuencias, una de ellas en la playa y la otra en una discoteca donde tiene lugar el acto de sexo oral.

Otras opiniones han sido menos neutrales. Sin ir más lejos, la crítico francesa Anaïs Bordages ha posteado en Twitter esta lista elaborada durante la proyección con "todos los planos que muestran culos" en el filme. "Son 178: si los quitas, la película se queda en 20 minutos", sentencia.

Recordemos que La vida de Adèle atrajo críticas a granel por el momento íntimo que compartían los personajes de Adèle Exarchopoulos y Lèa Seydoux, interpretando a una pareja de chicas jóvenes envueltas en una accidentada relación. A la escena en cuestión se la acusó de representar más una fantasía masculina que una visión realista del sexo entre mujeres. Y una de las que la atacaron con más ferocidad fue Julie Maroh, autora de El azul es un color cálido, el cómic en el que se basó la película.