Los cines de EE UU se llenan, los de Europa se vacían

Mientras la superpotencia registró un récord de venta de entradas en 2018, el público europeo va cada vez menos al cine. ¿Es culpa de Netflix, o de las salas cochambrosas?
Los cines de EE UU se llenan, los de Europa se vacían
Los cines de EE UU se llenan, los de Europa se vacían
Los cines de EE UU se llenan, los de Europa se vacían

Desde hace unos años, decir que la asistencia a los cines estadounidenses está en crisis es un lugar común. Según los informes de rigor, los récords de recaudación provocados por el alto precio de las entradas no bastan para maquillar la poca asistencia de público a las salas, algo agravado (según los expertos) por la proliferación del VOD y la falta de ideas en la industria. Sin embargo, un reportaje elaborado por The Hollywood Reporter a partir de las cifras de 2018 llega a una conclusión sorprendente: el año pasado fue el mejor para Hollywood en mucho tiempo… y también un momento de crisis sin precedentes para el cine europeo.

Según THR, la industria del cine en EE UU obtuvo cifras píngues en 2018: sus beneficios se acercaron a los 12.000 millones de dólares, con 1.300 millones de entradas vendidas. Por el contrario, los cinco mercados cinematográficos más importantes de la Unión Europea (Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y España) tuvieron resultados que la publicación califica de "aterradores". La venta de entradas en los cines alemanes cayó un 16%, resultando en una recaudación global que no llegó a los 1.000 millones de dólares (872,3 millones de euros) por primera vez en décadas. El mercado italiano, por su parte, ha caído un 5%, algo triste si contamos con que este país tuvo en su día una de las cinematografías más pujantes de Europa. En cuanto a Francia y a nuestro país, sus mercados han caído un 3 y un 2 por ciento, respectivamente, mientras que los exhibidores británicos se mantienen a duras penas.

Las fuentes consultadas por THR apuntan a la ola de calor de este verano y al Mundial de fútbol (competencia poderosa donde las haya) como responsables de esta caída. Pero otras voces, como la de la consultora británica Futuresource, señalan que la entrada a lo grande de Netflix y otros servicios de VOD en el mercado europeo también tienen mucho que ver. Según el investigador alemán Anton Parlow, de la Universidad de Rostock, la llegada de Netflix a Europa vino acompañada por un incremento en la venta de entradas de cine, pero conforme la plataforma va produciendo más contenido original, esta tendencia a la alza se ha invertido. "Si Netflix sigue rodando y estrenando más producciones de gran calidad, es probable que la tendencia continue y la venta de entradas siga cayendo", señala Parlow.

Sin embargo, el reportaje señala otras causas sin nada que ver con los intrusos digitales: el mal estado de las salas y las prácticas obsoletas de las distribuidoras. En Italia, por ejemplo, la temporada de verano supone un parón en los estrenos de películas, siguiendo una costumbre que data de una época en la que las salas aún no solían tener aire acondicionado. Alemania, por su parte, cuenta con salas de cine que en la mayoría de los casos llevan sin reformarse desde la década de 1990. "La sala de cine típica en Alemania pintó las paredes del hall por última vez cuando cayó el Muro de Berlín: ¿quién quiere pagar su entrada para tener una cita en un lugar así?", comenta un ultrajado distribuidor teutón.

En cambio, THR afirma que los cines de Reino Unido se han esforzado, bien por mejorar sus instalaciones y convertirlas en lugares de lujo, bien por ganarse al público a base de descuentos y promociones. ¿Está ahí la solución a la crisis?

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