El marketing y los smartphones están matando a Hollywood

La audiencia baja, los costes publicitarios suben sin parar, y el único remedio que encuentran los estudios es producir más franquicias.
El marketing y los smartphones están matando a Hollywood
El marketing y los smartphones están matando a Hollywood
El marketing y los smartphones están matando a Hollywood

Ya es (casi) oficial: 2016 podría ser el peor año para la industria de Hollywood en cerca de dos décadas. Si, de aquí al 31 de diciembre, las estadísticas de venta de entradas y las cifras de taquilla siguen como durante el primer semestre del año, los grandes estudios se enfrentarán a una caída sin precedentes, al menos desde 1995, algo debido en buena parte a esa crisis de las secuelas y los remakes puesta de relieve por fracasos como Alicia a través del espejo Tortugas Ninja 2: Fuera de las sombrasEso, al menos, es lo que afirma un estudio de The Atlantic, cuyas conclusiónes le habrá puesto los pelos de punta a más de un ejecutivo.

"Hollywood está perdiendo su atractivo para la gente joven", afirma el analista Derek Thompson, autor del artículo. De acuerdo con sus investigaciones, la 'secuelitis' le ha servido a los estudios como estrategia de reducción de riesgos, tentando al público con una marca ya conocida y asegurando así sus deseos de pasar por taquilla. Sin embargo, en un presente en el que la asistencia al cine está llegando a mínimos históricos (la mayor parte de los estadounidenses, señala Thompson, sólo acude a una sala cuatro o cinco veces al año) y donde los precios de las entradas no paran de subir (lo cual, traducido a cifras, produce el engañoso efecto de una subida en las recaudaciones), las majors podrían irse despidiendo de sus presas más codiciadas: los jóvenes de entre 18 y 24 años.

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Hablamos de ese público que no le hace ascos a comprar una entrada en 3D aunque eso suponga pagar más, que acude en masa a ver películas con superhéroes, como Capitán América: Civil War Deadpool (es decir, esa porción de los estrenos anuales que concentra el 29 por ciento de los ingresos en taquilla) y que sigue yendo al cine con regularidad... hasta ahora. De acuerdo con The Atlantic, citando cifras de la asociación MPAA (que, además de el rostro de la censura en EE UU, es también una liga de productores), el sector joven del público está perdiendo su interés por el cine en pantalla grande, dedicando cada vez más tiempo a los servicios de streaming digital y las redes sociales. Todo ello, cabe señalar, siempre usando sus smartphones. "Durante los últimos cinco años, conforme los jóvenes se han ido alejando de las películas, los móviles han subido en todas las categorías", afirma Derek Thompson.

Así, el hecho de que Steve Jobs instase en 2010 a encontrar nuevos modos para el marketing de cine ("Los estudios necesitan saber dónde están sus clientes, y empezar a comunicarse con ellos", sentenció el difunto fundador de Apple) resulta irónico, cuanto menos. Según indican casos como el de Warcraft: El origenla industria de Hollywood tiene una tabla de salvación, y esta reside fuera de sus fronteras: por catastróficos que sean los resultados dentro de EE UU, el mercado global del cine sigue siendo amplio y rentable. Aun así, esta búsqueda de nuevos públicos parece un caramelo envenenado cuando observamos una de sus consecuencias: ahora, el márketing es más caro que nunca.

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"En 1980, Hollywood gastaba menos de 20 centavos [0,17 euros] por cada dólar que ganaba en taquilla. Ahora, llevarse ese dólar les cuesta 60 centavos [0,52 euros]", señala The Atlantic. Y, aunque esas cifras puedan parecer irrisorias vistas en bruto, lo que revelan puede resultar catastrófico a largo plazo: actualmente, más de la mitad de los ingresos de un filme irán destinados a sufragar sus costes publicitarios. De esta manera, en lugar de a una diversificación del mercado o a una apuesta por la originalidad, esta crisis está redundando en la producción de cada vez más secuelas y franquicias, más caras (y con mayores costes en marketing), que resulten más fáciles de vender en el mercado internacional y que puedan redundar en otras formas de sacar tajada, como el merchandising o los parques temáticos, siguiendo el longevo ejemplo de la saga Star Wars. "No hay un lenguaje más universal que el de los héroes que destruyen a los malos a base de explosiones", sentencia Thompson con ironía.

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