¿Recuerdas los dibujos de 'Cazafantasmas'?

En 1984, Los cazafantasmas conquistaron la imaginación de los niños. La posibilidad de que existiera una profesión dedicada a cazar entes paranormales y en la que sus integrantes estuvieran todo el día haciendo chistes y diciendo majaderías encantó al público más joven. Por eso, tan pronto como vio el filón que tenía entre manos, Hollywood lanzó videojuegos basados en la película (un negocio que empezaba a aflorar en aquel lejano 1984) y puso en marcha un proyecto de serie de animación.

La idea atravesaría varios cambios, como el diseño de los personajes, ya que las versiones animadas no podían ser idénticas a los actores de la película. Pero su mayor escollo vino cuando la todopoderosa Filmation (la empresa responsable de He-Man y los Masters del Universo o de la serie animada de Flash Gordon), intentando aprovecharse del tirón de la película, puso en marcha otra serie de dibujos basada en The Ghost Busters, el show de los años 70 (el del Mono Tracy, vamos), con lo que para diferenciarse, los dibujos inspirados en la película tuvieron que llamarse The Real Ghostbusters.

La serie estaba coproducida por la división televisiva de Columbia y DiC Entertainment (uno de los creadores de Ulises 31), y en un primer momento se intentó que Filmation entrara en el grupo de productoras para así evitar el problema que terminó saltándoles en la cara y que llevó a cambiar el nombre del proyecto. Al frente del equipo de guionistas se colocó a J. Michael Straczynski, escritor que había trabajado en las series de He-Man y She-Ra y que más tarde se haría conocido mundialmente como un reputado guionista de cómics para Marvel y D.C. y como creador de Babylon 5.

La mano de Straczynski hizo que se exploraran terrenos bastante más sofisticados que, por ejemplo, la serie de Filmation. Gracias a él, el grupo de investigadores de lo paranormal vivieron aventuras como enfrentarse a una adaptación al cine de sus aventuras o sumergirse en los abismos de H.P. Lovecraft, donde se las veían con el mismísimo Chtulhu (The Collect Call of Cathulhu, Episodio 41, que sabemos que estás como loco por verlo).

Esta versión animada tuvo un total de siete temporadas, formadas por 140 episodios que se emitieron originalmente entre septiembre del 86 y octubre del 91. Para darle suficientes tramas se crearon personajes nuevos, como la madre de Egon, la tía de Ray, el Teniente Frump (un policía empeñado en meterles en la cárcel) o Samhaim, el temible fantasma de Halloween que les ponía en serios aprietos durante varios episodios. Además, la serie domesticaba a dos conocidos de la película original: Moquete, el fantasma verde al que aquí se convertía en mascota del grupo (y que tuvo su propio segmento llamado Slimer! and The Real Ghostbusters) y Stay Puft, el Hombre de Marshmallow, reciclado (quién se lo iba a decir al pobre Stan durante su accidentado encuentro con Gozer, el destructor) en amigo de los Cazafantasmas. Incluso, cuando a la serie le pilló el estreno de la segunda de las películas, aprovechó e incorporó como personaje definitivo a Louis Tully, ya que Cazafantasmas II parecía terminar con el antiguo contable convertido en cazador de fantasmas de pleno derecho.

El éxito durante siete temporadas convirtió a The Real Ghostbusters (que en España se llamaron Los Auténticos Cazafantasmas o Cazafantasmas, Los Auténticos) en un generador de merchandising de todo tipo y formato que incluso sobrepasaba a la película del 84. A consecuencia de la fiebre por la serie de dibujos llegaron a nuestras casas dos colecciones de cromos diferentes (una que se vendía en quioscos de prensa y otra cuyos cromos salían en los Phoskitos), un juego de mesa, un videojuego de Game Boy (sólo para Estados Unidos), muñecos, su propia línea de cómics, pasta de dientes marca Slimer (no va de broma), promociones de McDonalds y un juego de Rol publicado en España por la histórica JOC International.

Éste último juego tuvo una enorme popularidad entre los chavales de la época (realmente esto tiene un pequeño matiz, ya que el juego estaba basado en la película dirigida por Ivan Reitman y no en la serie de dibujos que aquí recordamos, pero la edición española aprovechó los dibujos de la serie de animación para ilustrar la cubierta del libro y por tanto, se vendía usando a esta como reclamo). Hasta la compañía de videojuegos Data East, viendo el éxito, cogió una de sus máquinas recreativas japonesas, Meikyū Hunter G, y le rehizo los gráficos y la presentación para venderla en occidente como el videojuego de la serie animada de Los Cazafantasmas (el juego después sería versionado para todo tipo de ordenadores).

La serie se vendió en vídeo doméstico en los Estados Unidos, donde llegaron a regalarse cintas de VHS con los cereales basados en la franquicia, y en Reino Unido, pero en nuestro país solamente existió una cinta destinada al mercado de alquiler en la que se incluían tres capítulos traducidos como Guerra de bandas, Knock Knock y La Gabardina negra. De hecho, hasta el momento esa es la única edición existente, ya que Los Auténticos Cazafantasmas sigue inédita en DVD para nuestro mercado... Quizá, ahora, con la resurrección de la franquicia, sea buen momento para apelar a la nostalgia y recuperarla para verla en el sofá de casa.