'Raised by Wolves' cría las mayores obsesiones ci-fi de Ridley Scott y les revienta la cabeza

El ADN de la serie de Aaron Guizkowski ('Prisioneros') comparte muchos elementos con 'Alien', 'Blade Runner' y 'Prometheus'. Normal que Ridley Scott goce al dirigir.
'Raised by Wolves' cría las mayores obsesiones ci-fi de Ridley Scott y les revienta la cabeza
'Raised by Wolves' cría las mayores obsesiones ci-fi de Ridley Scott y les revienta la cabeza
'Raised by Wolves' cría las mayores obsesiones ci-fi de Ridley Scott y les revienta la cabeza

Aaron Guizkowski, guionista de la Prisioneros de Denis Villeneuve y responsable de la serie The Red Road, es el creador de la serie de ciencia-ficción Raised by Wolves. Pero desde los instantes iniciales de su primer capítulo queda clara la presencia e influencia creativa de Ridley Scott. 

El cineasta inglés ha regresado a la televisión –donde no dirigía desde sus tiernos inicios pero ha ejercido como productor de lujo de incontables títulos, tan dispares como The Good Wife The Terror– para disfrutar de un festival de sus mayores obsesiones en la ciencia-ficción encargándose de la dirección de los dos primeros episodios de la serie. Los que ya ha estrenado el canal TNT, donde se podrá seguir en España cada semana Raised by Wolves, una producción de HBO Max.

Un planeta gris y hostil a la vida, criaturas alienígenas agresivas que acechan en la oscuridad, explosiones violentas del cuerpo humano, androides que podrían pasar por humanos, humanos tan escasos de sentimientos que podrían pasar por androides... incluso gestación subrogada. Todos los elementos de Alien, Blade Runner, Prometheus Alien: Covenant están presentes en el ADN de Raised by Wolves. Y Ridley Scott lo aprovecha para recrearse en los detalles más espeluznantes.

Kepler-22b es el exoplaneta donde se desarrolla la acción de Raised by Wolves, ambientadas en un futuro distante de la humanidad. A 600 años luz de la Tierra, a día de hoy los científicos consideran que es uno de los pocos lugares del universo donde hipotéticamente se dan las condiciones necesarias para albergar vida. En la ficción, es la última esperanza de la especie humana.

Una premisa que echa raíces

Las civilizaciones se han aniquilado entre sí en guerras de religión. Los últimos supervivientes del bando de los devotos del dios Sol se dirigen desde una Tierra decrépita a Kepler-22b en una gran arca espacial. La destrucción progresiva y total de nuestro planeta la vemos en los melancólicos títulos de apertura, con la voz de Mariam Wallentin cantando un tema compuesto por Ben Frost para la banda sonora.

Pero antes de que lleguen los supervivientes religiosos, se les han adelantado con menos carga Madre y Padre, dos androides interpretados por Amanda Collin Abubakar Salim que portan los últimos fetos de los humanos ateos. Su misión es criarlos en Kepler-22b antes de que lleguen los demás.

Como imaginarás, sacar adelante a unos niños, aquejados de extrañas enfermedades y acechados por peligrosas criaturas depredadoras, no es una tarea muy sencilla para los androides. Y eso sin contar las derivas psicóticas de una de ellos, en realidad un modelo llamado Necromancer que puede volar, chillar de manera escalofriante y reventar cráneos con su aliento.

En medio de ese panorama, la llegada de los supervivientes del bando contrario, entre quienes se encuentra un guerrero encarnado por Travis Fimmel (el Ragnar de Vikingos) que no es exactamente quien aparenta, acaba por complicarlo todo.

Es digno de elogio cómo Guizkowski y Scott se afanan en colocar las piezas que van a usar sobre el tablero de juego de la manera más intrigante posible. Quizás el riesgo de caer en interrogantes cuya resolución no cumpla las expectativas de la audiencia, el síndrome Perdidos, sea un nubarrón demasiado persistente en el horizonte. Pero la atmósfera de Kepler-22b es así de fea, así que no cuesta integrarlo en el ambiente.

En sus primeros episodios, el argumento de Raised by Wolves discurre con calma y elude información deliberadamente tanto para golpear con más fuerza en sus ataques repentinos de ultraviolencia como porque apuesta por una inmersión narrativa en el mundo que plantea. En vez de tener personajes que se explican entre sí cosas que deberían saber, todo sucede ante los espectadores siguiendo la lógica del mundo establecido.

No faltan en la televisión actual las reflexiones sobre la paternidad, la maternidad y la crianza. Raised by Wolves ofrece las suyas en medio del habitual cuestionamiento sobre la naturaleza humana que surge cuando hay inteligencias artificiales de por medio, y además le añade buenas dosis de suplantaciones de identidad, terror atmosférico y cabezas estalladas en mil pedazos. Suficiente para mantenernos intrigados de cara a más episodios.

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