El pene de Justin Theroux: ¿el misterio más largo de 'The Leftovers'?

SPOILERS DE 'THE LEFTOVERS' HASTA T3E7

La última temporada de The Leftovers está llegando a su fin y la próxima semana tendremos que despedirnos para siempre de la mejor serie reciente que nadie ha querido ver. Porque desde el primer momento la incomprensión reinó en torno a la adaptación que Damon Lindelof y Tom Perrotta hicieron para HBO de la novela del segundo sobre la desaparición repentina y misteriosa del 2% de la población del planeta. Esa sensación de incertidumbre sobre el futuro de la serie permitió que sus creadores tomaran decisiones atrevidas y valientes, probando volantazos de tono y meandros digresivos del argumento que convirtieron a The Leftovers en una de las ficciones televisivas más imprevisibles de los últimos años.

Pero eso no significa que todo se fuera pensando sobre la marcha. Algunos leitmotivs de la serie se mantuvieron firmes a pesar de los cambios radicales que se vivían cada temporada; por ejemplo, las referencias al pene de Justin Theroux.

En The Leftovers, el actor de Mulholland Drive interpreta a Kevin Garvey Jr., uno de los protagonistas principales de la historia. Jefe de policía de la ciudad ficticia de Mapleton y padre de dos hijos postadolescentes, Kevin ha transitado por los distintos arcos de la serie con una sempiterna cara de pasmo y siendo víctima de los acontecimientos. Algo que lo asemeja mucho al desconcierto de los espectadores.

Frente a personajes poliédricos, con objetivos claros e ímpetu suficiente en la toma de decisiones para equivocarse o no (como la Nora Durst a quien encarna Carrie Coon con una solidez digna de ser ahogada en premios), el Kevin de Theroux siempre ha dado la impresión de dejarse llevar por la marea. Irónicamente, a la altura de la tercera temporada es reconocido como un Mesías todopoderoso con la capacidad de regresar de entre los muertos.

Aunque esa inesperada naturaleza mesiánica no es lo único importante sobre Kevin: el tamaño de su pene también cuenta. Al menos, al crear uno de los motivos más recurrentes de The Leftovers durante sus tres temporadas. Resaltar las dimensiones genitales de Justin Theroux.

En IndieWire se han esforzado en trazar un recorrido cronológico por todas las veces que Lindelof y compañía han introducido en los guiones de la serie referencias sexuales explícitas al miembro viril de su protagonista. Al parecer, todo empezó con unas fotos de paparazzi filtradas desde el rodaje de la primera temporada; concretamente, de la grabación de esta escena del primer episodio:

Y, por si alguien se había mantenido ajeno al revuelo online ante el relieve bamboleante que se notaba en la parte central de los pantalones, justo se trata de una de las primeras secuencias del debut de la serie. Tras la emisión del episodio unos meses después, Justin Theroux corriendo en chandal se convirtió en una búsqueda recurrente en Google. Hasta el actor fue consultado por el tema durante una aparición en el show de Conan O'Brien.

"No sabía que ese asunto era un tema de conversación hasta que me tocó rodar otra escena de running más adelante en la temporada", explicó Theroux. "Cuando fui al vestuario, mis pantalones de chandal estaban junto a dos calzoncillos. Pregunté si tenía que elegir cuál quería ponerme y me dijeron que no, que debía ponerme los dos".

Todo podría haber quedado así, si no fuera porque Damon Lindelof encontró particularmente divertido chinchar a Theroux. Lo que hasta ese momento había sido una anécdota casual pasó a convertirse en un chiste privado sobre las partes privadas del actor. Y reservado para los episodios más despendolados de la serie. Más o menos.

Baste recordar el octavo de la segunda temporada, titulado International Assassin y recordado como una de las cimas de The Leftovers, donde, entre otras cosas, Kevin muere, emerge de una bañera desnudo y mata a una niña. También, es explícitamente felicitado por otro personaje por el grosor y longitud de su miembro viril cuando le están cacheando.

Ese fue el primer chiste de pollas (con perdón, pero literalmente es así) que Lindelof y Perrotta escribieron con una sonrisa esperando el momento en que Theroux leyera el guión. Pero nada comparable a lo que han hecho en el episodio equivalente de la tercera temporada, el séptimo –titulado The Most Powerful Man in the World (and His Identical Twin Brother)–. 

En esta ocasión, Kevin vuelve a despertar en el mundo posterior a la muerte donde tiene la identidad de un asesino internacional. Pero también descubrimos que es el gemelo idéntico del Presidente de EE UU, cuyo búnker posee un sofisticadísimo sistema de identificación que solamente él puede también pasar. Está el típico escáner facial, claro, pero eso no es suficiente. También hay un escáner de pene.

Este escáner de pene:

Tal y como le explica un agente del Servicio Secreto al protagonista, alguien con posibilidades económicas podría embarcarse en una reconstrucción facial con el fin de engañar al sistema de seguridad. "Pero su pene, señor Presidente, nadie sería capaz de ir tan lejos", le explica. Es su biométrica única. Y una de las ideas que más carcajadas hizo estallar en la sala de guionistas.

"A estas alturas, [Damon Lindelof] ya sólo se está quedando conmigo. Absolutamente", ha declarado Theroux riendo en The Hollywood Reporter después de la emisión del episodio. "Él sabe que me incomoda profundamente, así que me lo puedo imaginar riéndose mientras da la vuelta entre los dedos a su llavero, diciendo: 'Ya verás cuando Justin reciba estas páginas de guión".

La broma no se queda ahí, pues Lindelof no dudó en acudir a Instagram para compartir con sus seguidores un interesante dato de postproducción del episodio: cómo se hizo el efecto de sonido que representa la caída del pene de Justin Theroux sobre la placa del escáner.

"Este efecto de sonido lo conseguimos dejando caer un hurón adulto sobre un edredón casero", explica Lindelof. Una lección que todos los profesionales de foley sabrán apreciar, sobre todo si trabajan con material de los actores de esta lista. Ante todo, vuelve a demostrar, una vez más, que, a pesar de todo el drama emocional y durísimos temas existenciales que se tratan en The Leftovers, siempre hay tiempo para los chistes de pollas.