Mike Flanagan: "Si quieres sangre, 'La maldición de Hill House' no es tu serie"

En su serie para Netflix, el director de 'Oculus' adapta un hito de la literatura de terror que ya dio lugar a un clásico del cine. ¿Cómo se las ha apañado?
Mike Flanagan: "Si quieres sangre, 'La maldición de Hill House' no es tu serie"
Mike Flanagan: "Si quieres sangre, 'La maldición de Hill House' no es tu serie"
Mike Flanagan: "Si quieres sangre, 'La maldición de Hill House' no es tu serie"

Ahora que presenta en Netflix su serie La maldición de Hill House, el director Mike Flanagan (Oculusse enfrenta a tres escollos monumentales. El primero es la novela original de Shirley Jackson, considerada como uno de los grandes clásicos de la literatura de terror e influencia capital en titanes como Stephen King. La segunda es La casa encantada (1963), formidable adaptación del libro firmada por Robert Wise. Y la tercera es algo de su propia elección: para llevar a la TV esta historia sobre una casa infernal, Flanagan ha elegido prescindir de sustos fáciles y convertir la historia en un drama familiar con tintes sobrenaturales. Eso no quiere decir que uno no pase miedo viéndola (todo lo contrario), pero ¿no teme el director que parte del público se aburra y abandone el primer capítulo a la mitad? "Para mí, una historia como esta no tiene sentido si no conectas con los personajes", responde en tono bienhumorado. "En el mercado hay muchas historias, y seguro que esos espectadores no tendrán problemas para encontrar alguna que les guste: si solo buscan sangre y fantasmas, esta no es su serie". 

Hay otras cosas que sorprenden en este serial. Por ejemplo, que La maldición de Hill House convierta a los protagonistas en hermanos que crecieron en la mansión embrujada (hasta que un horror inmencionable dañó sus vidas para siempre, claro). "Yo sabía que no podía superar el trabajo de Robert Wise, así que decidí seguir el camino que propone la novela y aprovechar el formato serie, con sus 10 horas de narración [una por capítulo]", explica Mike Flanagan. Y prosigue: "Me gustan las historias de terror familiar, porque descartan las formalidades: haciendo que los personajes se conozcan entre sí y tengan ese vínculo consigo explorar sus relaciones sin la necesidad de que se presenten y lleguen a conocerse entre ellos". 

En una historia como esta, es necesario que la casa sea un personaje en sí misma. Según explica Flanagan, la tarea de erigir Hill House llevó "meses y meses". Primero construimos los interiores, que están llenos de detalles y de guiños a los libros de Shirley Jackson. y después encontramos una casa auténtica para los exteriores en Georgia: es algo esquizofrénico". Y, una vez que se hubo dotado al terror de una guarida, hubo que proporcionarle habitantes: los hermanos Crain son un bonito rosario de disfunciones, del escritor que ha hecho su fortuna con libros fraudulentos sobre sucesos paranormales (Oliver Jackson-Cohen) al yonqui veterano de Irak (Michel Huisman), pasando por la forense cuya familia se viene abajo (Elizabeth Reaser). 

Pero entre ellos destaca Theo (Kate Siegel), un personaje que hizo historia cuando Jackson la escribió. Seguramente estamos ante la primera lesbiana en una historia de terror que no era presentada como una villana ni un monstruo, sino como una mujer empática y valerosa, si bien bastante borde. ¿Cómo abordó Mike Flanagan semejante hito? "Al principio me sentí intimidado: primero, porque no quería caer en eufemismos sobre su sexualidad, y después porque ponerse a la sombra de Claire Bloom [la intérprete de Theo en la película de Wise] es un desafío para cualquier actriz. No quería entregar una imitación, así que apostamos por una mujer fuerte y frágil a la vez. Es muy compleja". Y que, además, tiene poderes extrasensoriales, algo que la obliga a llevar guantes siempre: "Es una expresión de su paradoja: quiere contactar con otras personas, pero al mismo tiempo eso le da miedo". 

Mike Flanagan: "Si quieres sangre, 'La maldición de Hill House' no es tu serie"

Mike Flanagan reconoce haberse enfrentado a otros desafíos rodando Hill House. Entre ellos está el evitar los tópicos sobre las enfermedades mentales ("Nos documentamos mucho, y además tengo un equipo de guionistas muy diverso") y, sobre todo, trabajar con niños. Porque la historia de los hermanos Crain está dividida entre sus padeceres adultos y el horror que vivieron de pequeños, narrado a base de flashbacks. "A los actores más jóvenes les exigimos un montón", recuerda, señalando como el punto álgido de esa exigencia una escena en el sexto capítulo rodada casi a tiempo real. "La escena de la tormenta fue extenuante para todos: a los actores les daba mucho miedo equivocarse y arruinarlo todo, así que empezamos los ensayos dos semanas antes de rodarla. Al final quedamos muy satisfechos".

Pero las dificultades de The Haunting of Hill House no son nada con lo que le espera a Mike Flanagan. Porque, justo ahora, el director está rodando Doctor Sueño, esa novela de su amigo Stephen King ("No pudo venir al plató de Hill House porque siempre está ocupado, pero hablamos muy a menudo durante el rodaje") que, por si no lo sabías, es la secuela de otro libro titulado El resplandor. "Sé que ahora mismo muchos críticos están afilando sus cuchillos", comenta Flanagan acerca de su próximo filme. Y, risueño, concluye: "También sé que todo el mundo me va a poner a parir en internet porque no soy Kubrick. Así que estoy haciendo la película que a mí me dé la gana".

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