Memorias de un vividor: los mejores cameos de Hugh Hefner en series de TV

Con su batín de seda, su pipa, su pelo cortado a navaja y esa nube de playmates que lo rodeaba, la figura de Hugh Hefner siempre resultaba discutible... pero también fotogénica. El fundador de Playboy, que ha fallecido a los 91 años, podía ser visto como un profesional de los bajos instintos y un hortera de bolera (si se le observaba desde el ángulo, digamos, carnal de su negocio) o bien como un editor de prensa con los instintos de un lince, si se tiene en cuenta que su revista publicó artículos de escritores muy ilustres (Margaret Atwood, Gabriel García Márquez, Kurt Vonnegut...) en sus años de esplendor.

Ahora bien: nadie discutirá que a Hefner le encantaba el mundillo de Hollywood. Algo que demuestran tanto las numerosas estrellas de cine que posaron (desvestidas, o a medio vestir) para Playboy, como su propensión a hacer cameos de toda índole en películas y series. Desde los 60, cuando se dejaba ver en El superagente 86, hasta su último trabajo como actor de voz en Hop! (una película llena de conejitos: qué ironía), 'Hef' acumuló una bonita colección de intervenciones estelares. Aquí tienes nuestras favoritas.

Aunque, teóricamente, se trata de una serie 'familiar', la familia amarilla de Springfield reconoció a Hefner como una institución estadounidense. Revelándonos, de paso, que Bart y él estaban condenados a entenderse...

Algunos dirían que Hefner basó su fortuna en objetificar a las mujeres. Pero a Samantha (Kim Catrall) eso le importa bien poco: la componente más descarada de la pandilla logró incluso sentarse en su sillón...

Durante su carrera como editor, Hefner hizo lo posible por hacerse famoso a toda costa. Natural, pues, que Kevin Connolly y compañía contasen con él como invitado en su excursión al lado chungo de las celebrities.

La imagen que Hefner procuraba proyectar se basaba en el lujo, la sofisticación y la hiperactividad sexual. El bueno de Larry... pues todo lo contrario, para qué vamos a engañarnos. De ahí que el fugaz encuentro entre ambos resultara tan hilarante.

Esto estaba cantado: como eterno aspirante a seductor old school, de esos que convierten su casa en una sentina de vicios, Quagmire queda como uno de los discípulos más aventajados de Hefner en la TV moderna. Un encuentro entre ambos era obligatorio.