Aunque no ocupen tanto espacio mediático como sus hermanos del cine, los premios BAFTA de televisión también existen. Ayer, la sucursal catódica de los premios británicos por excelencia repartió su ración anual de estatuillas de una forma algo dispersa, sin que ninguno de los shows competidores quedase como ganador claro.
La serie que salió mejor parada de la ceremonia fue Sherlock: la revisión moderna de las aventuras del mejor detective del mundo se llevó el galardón a la Mejor Miniserie Dramática, procurando además el premio al Mejor Actor de Reparto para Martin Freeman, el futuro protagonista de The Hobbit. La polémica Misfits, por su parte, granjeó el premio a la Mejor Actriz Secundaria para Lauren Socha. Otro rostro conocido de la pantalla grande, Steve Coogan, ganó la máscara al Mejor Actor de Comedia, categoría en cuya división femenina triunfó la comediante Jo Brand.
¿Y los premios gordos, os preguntaréis? Pues tratándose de una gala arrollada por los productos de la BBC, correspondieron a intérpretes y shows destinados al mercado local y poco conocidos en nuestro país: Eastenders, el culebrón más veterano de la TV europea, se lleva el premio a la 'Best Continuing Series' (mejor serie de larga duración), mientras que Any Human Heart ha obtenido el correspondiente a la Mejor Serie Dramática. Daniel Rigby (Ernie & Ernie) y Vicky McClure (This is England '86) se proclamaron como ganadores de las categorías dramáticas principales.
La mayor sorpresa llega en el apartado de Mejor Serie Internacional, en la que la coproducción escandinava The Killing ha pasado por encima de pesos pesados como Mad Men, Boardwalk Empire y Glee. Finalmente, cabe acordarse del veterano David Attenborough, ganador del Mejor Documental Especializado por Flying Monsters 3D.
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