'Los 100': ¿La mejor serie actual de ciencia-ficción?

'Los 100' y Octavia Blake han marcado un antes y un después en la ciencia-ficción moderna. Analizamos el fenómeno televisivo que ha revolucionado el género.
'Los 100': ¿La mejor serie actual de ciencia-ficción?
'Los 100': ¿La mejor serie actual de ciencia-ficción?
'Los 100': ¿La mejor serie actual de ciencia-ficción?

¿Estamos seguros de que Octavia Blake (Marie Avgeropoulos) no ha inventado un nuevo tipo o subgénero de la ciencia-ficción con sus luchas de gladiadores? Tras ver los nuevos episodios de la quinta temporada de Los 100, cuesta creer que no haya sido así.

La ciencia-ficción está de moda y sigue reinventándose a pasos agigantados, sobre todo en la pequeña pantalla. No hay mes en el que alguna cadena o plataforma no estrene una nueva apuesta distópica, postapocalíptica o fantástica. En menos de un año, Netflix ha estrenado Dark, Altered Carbon, The Rain o la segunda entrega de 3%. HBO ha contraatacado con las segundas temporadas de The Handmaid's Tale y Westworld. Los seguidores de Fox viven enganchados al virus zombie con The Walking Dead o Fear the Walking Dead, mientras SyFy, la cadena española referente en el género, ha estrenado Colony, así como los nuevos episodios de Los 100.

En medio de esta revolución televisiva del género, vamos a analizar este último fenómeno, Los 100, una serie que, pese a nacer con el estigma de 'serie adolescente de The CW', se ha hecho un hueco entre el fandom más purista de la ciencia-ficción. Que la edad de sus personajes o las recientes comparaciones con The Rain no os confundan; esta vuelta de tuerca a los futuros postapocalípticos es una de las series más arriesgadas de la pequeña pantalla actual. Aprovechamos la emisión de la quinta temporada en SYFY España y la confirmación de una sexta entrega para analizar qué la hace tan adictiva e innovadora dentro de un género con tanta oferta.

¿Esto no era una serie de/para adolescentes?

'Los 100': ¿La mejor serie actual de ciencia-ficción?

Superémoslo ya de una vez: ni lo mainstream está reñido con la calidad, ni los personajes adolescentes sirven solo para romances de instituto. Mucho menos en un género tan híbrido como el de la ciencia-ficción. Por eso, para engancharse a Los 100, el requisito principal es dejar los prejuicios a un lado. El segundo requisito, aguantar hasta el cuarto episodio.

Era 2014. Black Mirror estaba en tierra de nadie, aún quedaban dos años para la revolución de Westworld, Fringe había terminado y The CW, esa cadena 'para jóvenes', territorio de Supernatural y los superhéroes de Greg Berlanti, buscaba una nueva ficción para acompañar a Arrow, una de las joyas de la Corona del canal, en la programación. Fue entonces cuando Jason Rotherbeng consiguió colar Los 100, una perla de la ciencia-ficción actual, una "Battlestar Galactica en el espacio y Perdidos en la tierra", en la cadena. ¿Cómo? Camuflando el piloto de drama teen. De ahí que toque ser paciente y aguantar hasta el cuarto episodio para rendirse ante el serial.

Basada en la novela homónima de Kass Morgan, la historia nos trasladaba a una civilización futura. 97 años después de una guerra nuclear que había destruido la civilización, los supervivientes de una nave espacial, que han sobrevivido durante tres generaciones en el espacio, enviaban a 100 delincuentes juveniles a comprobar si la Tierra volvía a ser habitable.

Los típicos amoríos juveniles y demás subtramas tontorronas duraron lo que tardó la pequeña Charlotte en suicidarse. A partir de ese momento, Rotherbeng arrancó esa Battlestar Galactica pasada por Perdidos. Nos trasladó con él a una Tierra boscosa, desconocida, habitada por Skaikru (la gente del cielo), los clanes de los terrícolas y hombres de montaña, con otro idioma (Trigedasleng) y leyes bárbaras. También lo acompañamos al Arca, una estación espacial casi dictatorial (con control de la natalidad y pena de muerte) a causa de la falta de oxígeno.

Los 100 es, ante todo, un análisis de la conducta humana, de hasta dónde estamos dispuestos a llegar para sobrevivir. También plantea preguntas sobre regímenes autoritarios, las luchas de territorios, el miedo a lo desconocido, o el racismo (reflejado en todos esos clanes). Todo ello sin escatimar en sangre, violencia explícita y muertes a tutiplén. No te encariñes de muchos personajes, ni esperes fundidos a negro en las peleas más feroces.

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'Los 100': ¿La mejor serie actual de ciencia-ficción?

Otro de los aspectos que convierten a Los 100 en una adicción en serie es lo bien construidos que están sus personajes, su arco argumental durante cinco temporadas. Aquí no hay buenos ni malos, solo instinto de supervivencia y muchas mujeres al mando. Aquí ellas lideran, ellas deciden y ellas matan. Hasta la más secundaria de las guerreras de la serie daría una lección de empoderamiento femenino a Wonder Woman, Atómica o Gorrión Rojo.

Desde Clarke Griffin (Eliza Taylor), cabecilla indiscutible de Skaikru; hasta Raven Reyes (Lindsey Morgan), la ingeniera más hábil de la Galaxia; pasando por Lexa (Alycia Debnam-Carey), la comandante de los clanes terrestres; la doctora Abigail Griffin (Paige Turco), la madre de la protagonista; Emori (Luisa D'Oliveira), la única terrestre capaz de hacer que Murphy (Richard Harmon) nos caiga algo mejor; o la guerrera de los Trikru Indra (Adina Porter), esta ficción es territorio de mujeres aguerridas e independientes.

Pero si hay alguna que merece una mención especial en este apartado es Octavia Blake. La que empezó siendo la hermana pequeña y algo caprichosa de Bellamy (Bob Morley) se ha erigido en la comandante de todos los clanes, una especie de teniente Ripley y Sarah Connor millennial, a la que no tiembla el pulso a la hora de organizar luchas de gladiadores para castigar a quien no obedezca sus órdenes. Ella es la protagonista indiscutible de la quinta temporada y la heroína más carismática que nos ha dado la acción en televisión desde Buffy, cazavampiros. 

Sin embargo, no solo de la sangre de Octavia vive la serie, y los nuevos episodios también nos han traído viejas conocidas como Echo (Tasya Teles), exguerrera de la guardia real del clan Azgeda. A todas ellas se unen Madi (Lola Flanery), la pequeña protegida de Clarke (en la era de Eleven o Arya Stark, toda serie fantástica necesita una niña guerrera) y la villana Charmaine Diyoza (Ivana Milicevic), líder de los presos del Eligius que han despertado tras años criogenizados. Así se pasa el Test de Bechdel como se debe.

Nadie es imprescindible, pero todos merecen una muerte épica

'Los 100': ¿La mejor serie actual de ciencia-ficción?

En una serie que juega con la agonía de sus espectadores con continuos giros en la trama y cuyo lema es "Blood must have blood" ("La sangre pide mas sangre"), cualquier personaje puede morir. Esa es otra de las normas de oro de esta ficción. Como ocurre en Juego de tronos, aquí no importa lo protagonista que seas o lo bien que caigas a los telespectadores, puede que no llegues vivo al final de la temporada. En el camino, hemos dejado cadáveres tan inesperados como el de Jasper (Devon Bostick), Lexa (dos veces), Lincoln (Ricky Whittle) o Finn (Thomas McDonell), que parecía destinado a convertirse en el interés amoroso de Clarke, y no paso de la segunda temporada.

La muerte de Charlotte, tan solo una niña que acababa con su vida tras matar a otro de los supuestos protagonistas, Wells Jaha (Eli Goree), fue toda una declaración de intenciones. Aquí no hay trato de favor a mujeres, niños ni protagonistas. Eso sí, todos tendrán finales épicos.

Así nos hemos despedido de Finn (Thomas McDonell), que tras acabar con todos los habitantes de una aldea de terrícolas, fallecía a manos de Clarke, evitando ser torturado por los clanes; o Lexa (Alycia Debnam-Carey), uno de los personajes más queridos de la serie, gracias en parte a la historia de amor que protagonizó con la protagonista. Ni los fans de Clexa, ni siquiera los de Bellarke (quienes quieren ver a Clarke con Bellamy) se han recuperado de aquella bala perdida que acabó con la Comandante de los 12 clanes.

Lo mejor siempre está por llegar

'Los 100': ¿La mejor serie actual de ciencia-ficción?

La crisis de los tres años también afecta a la relación con tu serie favorita. Tras el flechazo de la primera temporada, durante el que conoces a los personajes y creas un primer vínculo con ellos; llega el segundo año, que sirve para estrechar ese vínculo (¿fue realmente algo más que atracción? ¿tenemos cosas en común?). Luego llega la tercera entrega: boda o divorcio (¿hablamos de Nikki (Kiele Sanchez) y Paulo (Rodrigo Santoro) en Perdidos?).

Los 100 arrancó como una grata sorpresa, se consolidó como una apuesta arriesgada en un segundo año que introdujo a algunos de sus mejores personajes, como Lexa o Indra, y con la próxima entrega llegó una trama con altibajos. A.L.I.E. (Erica Cerra) y la inteligencia artificial no terminaban de encajar en una serie tan terrenal y antitecnológica (el mundo futurista de la serie es más cercana a las civilizaciones pasadas que a nuestra actual época 2.0). Afortunadamente, la cuarta temporada regresó al Apocalipsis nuclear, las guerras entre clanes y la pelea cuerpo a cuerpo.

En la quinta entrega (todos los jueves en SyFy España) nos reencontramos con los personajes seis años después de que la 'ola de la muerte' separase sus caminos. La nueva temporada vuelve al espacio, a la Tierra y al búnker. Confronta el presente (esos personajes que han cambiado tras seis años de feroz lucha) y pasado (los nuevos villanos provienen del pasado, cercano a nuestro presente, tras haber despertado de la criogenización). Pero, sobre todo, vuelve a plantear la misma cuestión con la que arrancó la serie: el peor enemigo del ser humano es el propio ser humano. Y su instinto de supervivencia. Vuelve el análisis encarnizado de la condición humana pasado por sangre, barro, aniquilación, guerras de clanes y líderes femeninas. Las batallas de gladiadores son un plus.

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