Las brujas de 'Sabrina' no saben hacerse cortes

Y no solo ellas: también la mayoría de hechiceros de cine y TV. Si vas a practicar la magia de sangre, hazlo con cuidado e infórmate sobre primeros auxilios.
Las brujas de 'Sabrina' no saben hacerse cortes
Las brujas de 'Sabrina' no saben hacerse cortes
Las brujas de 'Sabrina' no saben hacerse cortes

Con su esoterismo pop, sus simbologías que tanto cabrean al Templo Satánico, su cancaneo pansexual y sus personajes no binarios, en general, Las escalofriantes aventuras de Sabrina está ganándose el título de serie más mágica de 2018. Pero, si has pensado seguir el ejemplo de Kiernan Shipka y entregar tu vida a las ciencias ocultas, ten cuidado con qué ejemplo sigues. Porque tal vez estas sortílegas de Salem sean un aquelarre ejemplar en todo... salvo en la forma de conseguir la sangre para sus rituales.

Según señala Vulture, las brujas de Sabrina cometen un error muy habitual en hechiceros y hechiceras de cine y TV, entre ellas la Cordelia (Sarah Paulson) de American Horror Story: Apocalypse y la Macy (Madeleine Mantock) del reboot de Embrujadas¿En qué consiste ese error? Pues en que, cuando necesitan sacrificar hemoglobina para quítame allá una invocación o un maleficio, se hacen cortes en las palmas de las manos. Está claro que el gesto de marras es muy impactante y queda muy bien en la pantalla (además de en los shows citados lo hemos visto en Juego de tronos, por ejemplo), pero desde el punto de vista sanitario, es un incordio de Baphomet y muy señor mío.

Para empezar, apunta el artículo, el tratamiento para una herida así es difícil en incómodo: se trata de una zona muy complicada a la hora de aplicar tanto suturas como vendajes, debido a su gran flexibilidad. Así pues, quedar como la más edgy del conciliábulo sometiéndote a este tipo de mutilación te condenará a pasar semanas sufriendo las consecuencias de una herida que volverá a abrirse cada vez que uses el pulgar, con el consiguiente peligro de sangrado (esta vez, sin la excusa de usar el fluido para las cosas de la goecia) y, sobre todo, de infectarse. A ver con qué cara le explica una según qué cosas al médico de cabecera cuando vaya a pedirle una receta de antibiótico.

De esta manera, y sintiéndolo mucho, si los entes del Bajo Astral exigen tu rojo néctar de la vida a la hora de tratar con ellos, es mejor conseguirlo de otra manera. Cortándose en el antebrazo, por ejemplo o (si la cantidad a procurar no es mucha) clavándose una aguja en el pulgar y dejando caer un par de gotitas. Pero, si los cortes en la palma de la mano son tan incordiantes, y hasta peligrosos, en la vida real, ¿por qué los vemos tan a menudo en la pantalla? Sencillo: porque son muy fáciles de reproducir mediante efectos especiales. Basta con que el actor o actriz estrujen una bolsa de sangre, o que lleven un guante de látex más o menos realista, para recrear la truculenta lesión delante de la cámara. Quieras que no, esta clase de trucos llevan consigo su propia clase de magia…

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