Los responsables de The Handmaid's Tale aseguran que su serie no tiene nada que ver con el ascenso al poder de Donald Trump. Sin embargo, y pese a ello, lo cierto es que la serie se ha convertido en un icono para la izquierda y para el feminismo en EE UU, frente al giro a la derecha que ha venido dado por la llegada del magnate a la Casa Blanca. Sin ir más lejos, el parlamento del estado de Ohio votó ayer un proyecto de ley que podría restringir el derecho al aborto de las mujeres. Y, mientras se debatía dicha medida, el edificio de la cámara se llenó de mujeres vestidas como Elisabeth Moss en el show.
La protesta, convocada por la ONG NARAL ProChoice, se debía a la posibilidad de ilegalizar el aborto por dilatación y evacuación, una técnica usada para interrumpir el embarazo a partir del segundo trimestre. Según The Mary Sue, la medida actualmente a debate no contempla excepciones en caso de violación, incesto o anomalías fetales graves. Y, si llega a aprobarse, castigaría a los médicos que practiquen el aborto por dilatación con 18 meses de cárcel. Además, NARAL ProChoice señala que la proposición legislativa se basa en datos médicos proporcionados por grupos antiabortistas.
Dado que tanto The Handmaid's Tale como la novela de Margaret Atwood en la que se basa (en España, El cuento de la criada) giran en torno al control de los cuerpos de las mujeres, esos uniformes rojos y blancos debieron de resultarles bastante inquietantes a los parlamentarios que subieron al estrado para defender su proyecto de ley. O tal vez las ideas planteadas en la serie no les pareciesen tan malas, después de todo.
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