'Big Little Lies' 2T: Los dilemas crecen

Big Little Lies fue una de las grandes revelaciones de 2017 con ocho premios Emmy. Sus creadores optaron por venderla desde el primer momento como una miniserie porque tenían plena confianza en la estructura del relato, sin aparentes fisuras y con un final abierto pero satisfactorio.

Sin embargo, nadie esperaba el potente impacto de esa trama folletinesca donde se mezclaban el drama familiar, la violencia doméstica, la infidelidad y las responsabilidades paternales con un tono que enganchó y caló en los espectadores. Ahí surgió el germen para continuar devanando esa gran mentira que sobrevuela Monterrey.

"Al final de la primera temporada nos abrazamos y nos dijimos adiós, pero nos habíamos hecho íntimas. Nos lo habíamos pasado tan bien que existía un deseo de pasar más tiempo juntas. Entre eso y la enorme respuesta del público, decidimos buscar una salida", asegura Nicole Kidman, productora ejecutiva con Reese Witherspoon. "Nada habría sido posible sin el deseo de la gente de conocer más detalles sobre la realidad de los personajes", prosigue.

"No teníamos ni idea de que iba a generar esa reacción y que, encima, iba a coincidir con este momento de las mujeres donde se percibe su necesidad de ser líderes, de dar un paso adelante", valora Witherspoon, y avanza detalles de la trama: "Hablamos del trauma en la primera entrega. Ahora contaremos cómo se sale adelante".

Si Jean-Marc Vallée fue el encargado de dirigir todos los capítulos anteriores, ahora la responsable tras las cámaras es Andrea Arnold, que cuenta con un guion de David E. Kelley y Liane Moriarty, la escritora de la novela original en la que se basó la serie.

"Realmente no cerramos la historia al final de la primera temporada", recalca Kelley. "Terminó de una forma muy abierta y con una mentira que deben encubrir todas. ¿Será así? ¿Cómo afectará a esas amistades? Había un terreno muy fértil sobre el que escribir. Solo lo haríamos si iba a merecer la pena", explica.

Una de las grandes diferencias en este regreso es la ausencia de ese estupendo coro griego que servía como voz de la conciencia de Monterrey. Pero, a falta de coro, Meryl Streep llega con su imponente presencia para saber qué le pasó realmente a su hijo (al que dio vida Alexander Skarsgård) y, de paso, abrir viejas rencillas familiares. "Me encantó la primera temporada. Me volví adicta. Era un gran ejercicio acerca de lo que creemos saber y desconocemos sobre la gente", afirma Streep.

La actriz se une así a un proyecto del que era fan, porque quería ser parte de ese mundo y sentía que podía contribuir a él: "Tengo cuatro hijos adultos y encarno a alguien que debe hacer frente a sus fallos como madre y al hecho de que no puedes dar marcha atrás y corregirlos. Eso me interesó".

Ahora, la pregunta está de nuevo en las mentes de los fans de la serie. ¿Habrá tercera temporada? "No existe ese plan ahora mismo. Nos gusta cómo hemos echado el cierre a esta entrega, así que probablemente aquí se quedará. Pero nunca se sabe. Ya no puedo prometer nada", reconoce Kelley.