La historia es más frecuente de lo que parece: una persona joven descubre el trabajo de un director, se aficiona a él, y acaba atesorando sus filmes como influencia decisiva en su vida. Ahora bien: en este caso, el joven de marras acaba de ganar el Oscar a mejor película. Hablamos de Barry Jenkins, director de Moonlight, que ha reconocido siempre la influencia del hongkonés Wong Kar-wai, un director que le enseñó "todo lo que no te enseñan en la escuela de cine" y cuya influencia ha sido más que considerable en su aclamado trabajo. Vía Quartz, nos llega este montaje, donde vemos que la distancia entre los protagonistas de filmes como Deseando amar, Happy Together y Chunking Express y la de los habitantes de los guetos de Miami tampoco es tanta.
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