Venecia 2014: Día 0 – Esperando a... ¿quién?

Los títulos más atrayentes de la 71ª edición del Festival Internacional de Cine de Venecia.
Venecia 2014: Día 0 – Esperando a... ¿quién?
Venecia 2014: Día 0 – Esperando a... ¿quién?
Venecia 2014: Día 0 – Esperando a... ¿quién?

A la hora de hablar de la Mostra de Venecia hay que tener en cuenta las circunstancias: esencialmente, que es un certamen atrapado entre la espada (el Festival de Cannes, que se celebra en mayo, y en el que todos los cineastas de prestigio quieren estar) y la pared (el de Toronto, que empieza la semana que viene, y que le arrebata a Venecia el privilegio de estrenar las películas americanas que luego darán de qué hablar). Pero, incluso haciéndolo, la programación de este año resulta a priori algo descorazonadora. Veremos. De momento, aquí va un breve adelanto de los títulos más destacables de la competición.

Birdman, de Alejandro González Iñárritu: es la película que abre esta noche el certamen. Es una comedia negra sobre un actor que se hizo famoso interpretando a un superhéroe y hoy ha caído en el olvido, y considerando que la protagoniza Michael Keaton –un actor que se hizo famoso interpretando a un superhéroe y hoy ha caído en el olvido--, promete ser un juego de espejos a la manera de El luchador, de Darren Aronofsky. Al parecer, a nivel de forma es un largo plano secuencia (probablemente falseado) a la manera de La soga, de Alfred Hitchcock.

Good Kill, de Andrew Niccol. Retrato de un hombre que hombre que se dedica a operar por control remoto uno de esos drones que causan estropicios en Afganistán, y a quien poco a poco empiezan a asaltar los dilemas morales. ¿Sirve su trabajo para luchar contra el terrorismo, o para estimularlo? Significa el reencuentro entre Niccol y el actor Ethan Hawke, que ya trabajaron juentos en Gattaca. Ambos son tipos bajo sospecha: Niccol es capaz de lo mejor (Gattaca) y de lo peor (La huésped), y casi todo lo que Hawke ha hecho últimamente aparte de su trabajo a las órdenes de Richard Linklater es olvidable.

Pasolini, de Abel Ferrara. Crónica de las últimas 24 horas de vida del cineasta Pier Paolo Pasolini, que murió en 1975 en extrañas circunstancias. Esta premisa recuerda a la vez a las dos películas inmediatamente anteriores de Ferrara: 4:44 Last Day on Earth (2012) ya transcurría en ese mismo intervalo temporal, y Welcome to New York (2014) también ponía el foco en un sujeto controvertido. La posibilidad que la nueva película se parezca a cualquiera de esas predecesoras no es un buen augurio, aunque ambas tienen defensores y, en el caso de Welcome to New York, son muy agresivos.

The Look of Silence, de Joshua Oppenheimer: vale, The Act of Killing es uno de los mejores documentales estrenados en los últimos años, pero también uno que te deja muy mal cuerpo. En otras palabras, que nos gustara no significa necesariamente que nos apetezca ver la segunda parte. Y eso es precisamente lo que esta película es: un nuevo acercamiento al genocidio indonesio, esta vez desde la perspectiva de las víctimas. Bromas aparte, quizá la película que a priori más garantías ofrece entre las competidoras.

Manglehorn, de David Gordon Green. Por un lado, Green es un estupendo director de actores, capaz de controlar hasta los peores instintos de Nicolas Cage (lo demostró el año pasado en la estupenda Joe, también estrenada aquí). Por otro, esta vez le ha tocado lidiar con el mayor de los histriones, Al Pacino. Más la vale haberlo atado en corto o Manglehorn, historia de un exconvicto que jamás pudo olvidar al amor de su vida, resultará ser un mero empacho de aspavientos y mohines. Pacino también aparece en The Humbling, basada en la novela de Philip Roth. Ahí sí que del empacho no nos libra nadie.

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