Steven Soderbergh 'tuitea' una novela de espías

Dijo que el cine ya no era para él, que Efectos secundarios y el telefilme Behind the Candelabra (con Michael Douglas, ahí es nada, como el pianista Liberace, y Matt Damon como su presunto novio) serían sus últimos trabajos en la pantalla. Y, hasta donde nosotros sabemos, Steven Soderbergh está cumpliendo con su promesa. Ahora bien: el ex director, ahora oficialmente dedicado a la pintura, sigue dando que hablar, aunque sólo sea en forma de rumorología. Una rumorología que, tratándose de un maniático del control como él, está plenamente controlada, y que está cristalizando en torno al que (a todos los efectos) es su actual proyecto creativo: publicar una novela por entregas a base de mensajes en Twitter.

¿Cómo empezó todo esto? Pues con las declaraciones de Soderbergh para el New York Magazine en enero de este año. En ellas, el director señalaba que sus últimos e hiperactivos años habían estado dominados por el azar ("Rodé Indomable porque me habían echado de Moneyball y necesitaba el dinero"), que su nombre no cae nada bien en Hollywood ("no digas que tu película es soderberghiana, porque entonces nadie te la querrá financiar"), y que la presente sociedad de la información, con sus redes sociales y todo eso, no le resulta nada simpática... Pese a lo cual mantenía en activo una cuenta de Twitter a nombre de lo que él mismo llamaba "una identidad en las sombras".

¿Cuál sería la identidad secreta a la que se refería Soderbergh? Los rumores pronto señalaron a un tal Bitchtuation (algo así como, muy aproximadamente, 'Putisituación'), cuya foto de perfil podía recordar a las últimas imágenes de Soderbergh en la prensa, sólo que mucho más delgado y luciendo un contundente bigotón. El 30 de enero, dos semanas después de la entrevista del New York Magazine, el periodista de Collider Steve Weintraub aseguraba que, efectivamente, el tal 'Bitchtuation' era Steven Soderberg. "Me lo confirmó en persona tras una entrevista hace unos días", sentenciaba el reportero. Cabe decir, pese a todo, que la afirmación de Weintraub no ha tenido confirmación ni por parte del tuitero misterioso ni por parte del propio Soderbergh, a cara descubierta.

Pero eso no fue todo. Al fin y al cabo, que un director con Oscar y presuntamente retirado se cree una identidad falsa para hablar de sus cosas en raciones de 140 caracteres no sería tan inverosímil. Lo que sí llama más la atención es que Bitchtuation (quien, insistimos, podría ser o no ser Soderbergh) está empleando su cuenta de Twitter para publicar una novela. Al principio, los mensajes que aparecían en su línea de tiempo alternaban impresiones personales ("Posible título para mis memorias: Demasiado borracho para follar") con citas selectas ("El dinero, aplicado oportunamente y con propiedad, puede conseguir cualquier cosa' - Barry Lyndon"). Pero el caso es que, desde el domingo 28 de abril, un mensaje anunció: "Voy a intentar tuitear una novela llamada Pegamento [Glue]".

Y así es: a una velocidad torrencial, Soderbergh (o quien sea) lleva publicados ya ocho capítulos (a la hora a la que escribimos esto) de su creación literaria. ¿Se tratará realmente de un proyecto del autor de Sexo, mentiras y cintas de vídeo? ¿Consistirá todo en una broma muy elaborada por parte del propio Soderbergh, o de un amigo? ¿Veremos, es un decir, a cineastas underground publicando filmes por entregas en YouTube a base de clips de 15 segundos? No tenemos ni idea pero, en espera de que el misterio se aclare (o no) te ofrecemos los 25 tuiteos de los que se compone este atípico relato de espías. Si deseas leer el resto (en inglés), súmate a los 4.665 segudiores que Bitchtuation tiene actualmente.

"Humano soy, así que nada humano me es ajeno" (Terencio)

"Todos los humanos son dementes cuando están a solas" (François Mauriac)

CAPÍTULO PRIMERO

Te resultaba difícil no asumir lo peor después de lo mal que salió tu funeral. Todo el asunto parecía una parodia de sí mismo.

Como todo lo demás, la #&%# sólo era valiosa porque la querían todos y nadie la tenía.

Te has convertido en el receptáculo de todo lo que había sido olvidado, y un impulso sólo puede ignorarse durante un tiempo, hasta que la gente empieza a hacerse preguntas.

Todo aquello que acostumbraba a darse por sobreentendido estaba en venta (barato) y el arrepentimento era como una pila gastada.

La ventana te recuerda que hace cuatro años que no permaneces más de una semana en el mismo lugar.

Un mensaje: París, vía tren. Durante la noche.

H siempre decía: "Las horas están muy bien, si accedes a trabajar siempre que ellas te lo pidan".

Después de todo, imaginarse lo peor es fácil, y el salario tampoco es demasiado malo. ¿Por qué, si no, sigues diciendo que sí?

Pero ahora hay una nueva definición de 'indefinido', y la misma página es algo de lo que todo el mundo quiere apearse.

La jugada maestra es subir las apuestas y dirigirse al tópico más cercano. Pero tú no lo haces.

El hotel de París es un útero. Sin mensajes de D.

Tu primer recuerdo de ella fue su cuello. Ninguno de vosotros dos dijo nada digno de ser escuchado aquella noche, la primera de tres en el Nacional.

Allí, el sexto piso entero tiene más micrófonos ocultos que el dormitorio de Marilyn. Pero no había problema. Se suponía que estábais casados.

El enlace estadounidense tenía pinta de estar preocupado. Y la broma aquella de pedir el desayuno usando la lámpara tampoco ayudó.

Aun así...

El viaje salió bien pese a todo, aunque la muerte estuviese en el menú y tu jefe fuera el dueño de tu historial.

Nunca te enteraste de si encontraron o no a Luis. Esperemos que no.

Un SMS de D. rompe el hechizo: encuéntrate con S. a las 20.00 en el apto. 23 ______ Después restaurante a las 21.30.

Si S. estaba en París, la #&%# también estaba allí. Bueno era saberlo.

FIN DEL CAPÍTULO PRIMERO