El mayor misterio de 'Poltergeist': ¿quién dirigió realmente la película?

Casi cuatro décadas después del estreno, la incógnita sigue ahí: ¿fue Tobe Hooper o Steven Spielberg quien sacó a los fantasmas de la TV?
El mayor misterio de 'Poltergeist': ¿quién dirigió realmente la película?
El mayor misterio de 'Poltergeist': ¿quién dirigió realmente la película?
El mayor misterio de 'Poltergeist': ¿quién dirigió realmente la película?

Pese a tratarse de un filme de fantasía, terror y misterio, Poltergeist tiene un par de moralejas clarísimas: no dejes que tus hijos pasen demasiado tiempo frente a la TV, y asegúrate de que tu nueva casa no se haya edificado sobre un antiguo cementerio indio. Desde su estreno en 1982, el verdadero enigma de la película es otro muy distinto: ¿fue su verdadero responsable Tobe Hooper –La matanza de Texas–, que figuró como director en los créditos? ¿O fue el productor de la cinta, un tal Steven Spielberg?

Los dimes y diretes sobre esta cuestión han proliferado mucho a lo largo de cuatro décadas. Hasta tal punto es así que solo podemos estar seguros de una cosa: Poltergeist nació cuando Spielberg, presionado para rodar una secuela de Encuentros en la tercera fase, escribió el argumento de un filme de terror alienígena titulado Night Skies y llamó a Hooper para dirigirlo. El cineasta, sin embargo, no estaba por la labor, y le propuso al hombre de la gorra un cambio de enfoque: ¿por qué no dejar a los pobres marcianos en paz y rodar una película de fantasmas con un toque posmoderno? De esta manera, el argumento de Night Skies se transformó en el de E. T. el extraterrestre, mientras que Poltergeist cambió a los emisarios del espacio exterior por fantasmas vengativos (y televisivos).

Aquí se acaban los hechos registrados, y comienzan las teorías conspirativas. Las cuales, como suele ocurrir, se apoyan en un dato cierto: el contrato de Steven con Universal para dirigir E. T. le prohibía trabajar en otras películas (y menos aún en una que, como Poltergeist, llevaba el sello de MGM) mientras la historia de Elliot y el alienígena riquiño siguiese en producción. De hecho, E. T. y Poltergeist se estrenaron con una semana de diferencia en junio de 1982, copando la taquilla de una manera tal que ese período pasó a la historia como "el verano de Spielberg". 

De este modo, afirmaron los rumores, Tobe Hooper habría sido un mero testaferro durante el rodaje de Poltergeist, con Spielberg como auténtico ocupante de la silla de tijera. El hecho de que a Hooper no le importase (al principio) reconocer que su rol en el plató era el de un mandado no ayudó a acallar el rumor. Y unas declaraciones de Spielberg al Los Angeles Times ("Si alguien hacía una pregunta y [Hooper] no la respondía de inmediato, yo intervenía para decir lo que se podía o no se podía hacer") echaron más leña al fuego. El colmo llegó cuando aparecieron los materiales promocionales del filme, que no paraban de mencionar a Spielberg ignorando por sistema el (teórico) rol del creador de Leatherface.

Las voces (del más allá) no se ponen de acuerdo

La controversia acerca de Poltergeist resultó en una investigación del Sindicato de Directores estadounidense, a causa de la cual MGM tuvo que pagarle 15.000 dólares de la época a Tobe Hooper por haberle ninguneado en favor de Steven Spielberg. Para quitarle hierro a la cosa, el director de E. T. publicó una carta abierta dirigida a su exsocio en The Hollywood Reporter, con frases como "parte de la prensa no ha entendido bien nuestra singular relación creativa" y "sé que estabas feliz con la libertad de la que dispusiste para dirigir Poltergeist de una forma tan maravillosa". Si esto te huele a chamusquina, no te culpamos.

Y algo de chamusquina debió haber, porque con los años varios participantes en el rodaje de Poltergeist han señalado que los rumores son ciertos. En 2007, la actriz Zelda Rubinstein (intérprete de la médium Tangina) afirmó en Ain't It Cool News afirmó que Spielberg había regido la producción durante los seis días que ella pasó en el set. "Tobe ponía en escena los planos y Steven hacía los ajustes", comentó Rubinstein, quien además acusó al director de La matanza de Texas de trabajar bajo los efectos de "agentes químicos inaceptables".

John Leonetti (ayudante de cámara y hermano de Matt Leonetti, director de fotografía), fue menos carnicero en sus comentarios cuando habló del rodaje en 2017, pero su versión coincidió con la de Zelda Rubinstein. Según explicaba, "Spielberg había desarrollado la película y quería dirigirla, pero sabía que iba a haber una huelga de directores, así que se quedó como el ‘productor". Algo, añadió, de lo que Hooper era consciente: "De vez en cuando, Spielberg abandonaba el set y dejaba que Tobe hiciera cosas, pero realmente fue Steven el que la dirigió”. Las palabras de Leonetti hicieron que muchos dieran el misterio por resuelto, adjudicándole Poltergeist a Spielberg.

Pero ojo, porque también hay versiones que defienden a Tobe Hooper, presentándole como la víctima de un Spielberg empeñado en que todo se hiciese a su manera. El actor James Karenpor ejemplo, aseguró en 2012 a la revista Rue Morgue que Hooper había pasado "un muy mal rato" rodando Poltergeist. "Es muy duro que tu productor esté en el set todo el tiempo", señaló. "Poltergeist parece una película de Spielberg, pero yo recuerdo que quien la dirigió fue Tobe", añadió Martin Casella, mientras que el maquillador Craig Reardon (futuro responsable del aspecto de Sloth en Los Goonies) aseguró que muchas de las decisiones del director fueron vetadas por Spielberg a pie de cámara. Por otra parte, el guionista Mick Garris ha señalado que esta tendencia de Spielberg le había ocasionado ya problemas con Robert Zemeckis durante el rodaje de Frenos rotos, coches locos en 1980.

Así pues, en 2020, la incógnita sobre quién fue el responsable de Poltergeist permanece sin desvelar. Ponerle al filme una etiqueta con un nombre en ella es una tentación muy poderosa, pero ante tamaño cruce de versiones opuestas, tal vez lo mejor sea considerar la película como el fruto de un choque de egos y de visiones creativas: por un lado, un Tobe Hooper que se las veía muy felices por abandonar la serie B (y que acabó trasquilado por sus buenas intenciones), y, por otro, un Steven Spielberg cuya obsesión por el control y el micromanagement empezaba a salírsele por los poros. Afortunadamente, según los testimonios disponibles, ambos lograron vencer sus diferencias y mantuvieron su amistad hasta la muerte de Hooper en 2017. Tal vez esa sea la lección más saludable que podemos sacar de esta historia. Aparte, claro, de la de que hay que tener mucho cuidado con la tele.

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