Si uno no es alto, guapo y glamouroso, resulta complicado acceder a un mundo como el de Hollywood, una misión que se torna poco menos que imposible cuando el aspirante es, además, enano. Sin embargo, Willows aparte, hay un resquicio para llegar al celuloide para los actores de talla inusualmente menuda: enfundarse el traje que nadie más puede. Está bien, puede que no sea el auténtico sueño americano, pero hay quienes consiguieron dar el salto a la fama tras disfrazarse de pequeño villano aunque otros quedaran en el camino. A muchos de ellos no les vimos las caras, pero sus papeles serán largamente recordados.
¿Acaso hay personaje más conocido en el mundo del cine que el de E.T., el extraterrestre? La inmortal película de Steven Spielberg no solo sirvió para lanzar las más o menos exitosas carreras de Drew Barrymore y Henry Thomas, sino que se convirtió en un reto técnico para dar vida a su carismático protagonista, una mezcla entre tres interpretaciones diferentes y un fino trabajo de mecánica y marionetas.
Para algunas escenas, Spielberg requirió presencia humana. Tal es el caso de la secuencia en que E.T. sale de paseo cubierto por una manta, trabajo del que se encargó Pat Billon, actor enano que falleció poco después del estreno de la película. En la memorable escena final (“sed buenos”), la también enana Tamara de Treaux interpretó al alienígena tocando el dedo de Elliot. Además, el niño Matthew de Merrit, nacido sin piernas y acostumbrado a desplazarse con ayuda de sus brazos, se metió dentro del disfraz para la secuencia en que E.T. se tambalea después de probar por primera vez la cerveza.
En la tercera parte de la saga de Star Wars, El retorno del Jedi, George Lucas contó con la polémica inclusión de la raza de los Ewoks, otro tipo de papel tan solo apto para unos pocos elegidos. En este caso, fueron los hermanos Phil y Sal Fondacaro los encargados de liderar las hordas de peluches vivientes contra el Imperio. Phil Fondacaro, que más tarde encontraría su sitio tanto en cine (Polar Express, Willow) como en televisión (C.S.I., Sabrina, la bruja adolescente), tuvo la difícil tarea de dar dramatismo a estos seres al encarnar al ewok que cae muerto ante los disparos enemigos.
Y es que no importa el tamaño de uno para saber lo grande que puede llegar a ser su carrera, incluso cuando el disfraz no permite ver su rostro.
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