'Cageismo' al límite: Nicolas Cage se untó los pies de yogur para rodar una escena de sexo

Besos de vampiro ha destacado siempre por ser uno de los títulos más extremos dentro de la filmografía de Nicolas Cage. Y, dado que es Nicolas Cage de quien estamos hablando, eso es decir muchísimo. Aunque las discusiones sobre si es un triunfo o un bodrio no han cesado desde su estreno en 1988, la película de Robert Bierman ofrece una oportunidad única para ver al sobrino de Francis Ford Coppola haciendo lo que mejor sabe hacer: volverse to' loco.

Ahora bien: la web The Ringer (vía The Playlist) ha publicado un reportaje sobre el filme que rompe todas nuestras preconcepciones. Porque, si Cage obtuvo un hito del 'cageismo' interpretando a ese yuppie de los 80 que se cree un nosferatu, lo hizo a base de perder la pinza. Incluso más que en ocasiones posteriores y más aclamadas. Porque, que sepamos, esta es la única película en la que Cage exigió untarse los pies de yogur caliente para rodar una escena de sexo con Jennifer Beals

Según cuenta la productora Marcia Shulman, la relación entre Cage y la protagonista de Flashdance siempre fue complicada durante el rodaje, hasta el punto de que el agente del primero tuvo que pedirle disculpas a la actriz. Aunque, con el tiempo, la actitud de 'Nic' se suavizó un poco, Beals tuvo que apechugar con el hecho de que Nicolas Cage es Nicolas Cage.

Y ahí llegamos a lo del yogur. "Para ponerse a tono, 'Nic' pidió que le echasen yogur caliente sobre los dedos de los pies mientras estaba rodando una escena de sexo con Jennifer", recuerda Marcia Shulman. Según recuerda la productora, nadie en el plató podía entender que una persona en su sano juicio exigiera tal cosa. Pero, como una persona en su sano juicio es una cosa y un Nicolas Cage es otra, el equipo de la película aceptó. "Si miras el plano, nunca aparecen sus pies", añade.

Por lo demás, el rodaje de Besos de vampiro estuvo dentro de lo normal. Que si 'Nic' quiere tragarse una cucaracha viva pese a tenerles fobia, que si se dedica a sembrar el terror entre las personas sin techo de Nueva York dirigiéndose a ellas sin previo aviso y haciendo aspavientos… Es posible que, durante la producción, Robert Bierman se arrepintiera de no haber optado por Steve Martin para el papel principal.