Nace el manifiesto #littlesecretfilm: rueda una película en 24 horas gratis para internet

Muy probablemente nunca ha sido tan fácil hacer cine como ahora. La expansión y abaratamiento del vídeo digital, los nuevos canales de distribución que propicia internet... El acto de coger una cámara y filmar una historia está al alcance de la mano de todo quien quiera intentarlo. Otra cosa, como sabe todo director novel, es poder sacarle un rendimiento económico al asunto, claro. Pero lo que propone el manifiesto #littlesecretfilm, que sale hoy a la luz en forma de decálogo en su página web, es saltarse ese paso y apostar por un cine desinteresado. Algo así como dejar de preocuparse por la taquilla (o las descargas) y abrazar la cámara.

"Es una respuesta a una serie de estímulos palpables durante los últimos años en el auge del cine low-cost español, pero sobre todo para animar la creación en España de un movimiento mumblecore [el cine indie estadounidense que se caracterizó por la falta de medios técnicos y la inmediatez y frescura de sus historias]", nos cuenta Pablo Maqueda (Todas las mujeres), realizador responsable de la iniciativa junto a Haizea G. Viana, directora de márketing de la distribuidora Avalon. "Lo que nos interesa es dignificar internet como circuito cinematográfico, no como último reducto para la vida comercial de las películas".

Porque #littlesecretfilm no se erige como un movimiento artístico con estrictas reglas formales (como ese otro decálogo famoso, el Dogma 95 que impulsaron Lars Von Trier y Thomas Vinterberg para llevar al cine hacia unos férreos parámetros de registro desnudo y sencillez formal), sino como un modelo de producción para animar la creación de largometrajes dirigidos a internet y sin ánimo de lucro; "películas realizadas con muy pocos medios pero mucho talento detrás y que sean un regalo para las comunidades de fans de los cineastas", en palabras de Maqueda.

Preparación de la película bajo secreto, un rodaje con duración máxima de 24 horas, sin guión previo, un equipo técnico/artístico limitado a un máximo de 10 personas que no cobrarán por su trabajo, financiación exclusiva de la película por parte del director, estreno gratuito en internet bajo licencia no comercial Creative Commons... Son algunos de los puntos del decálogo #littlesecretfilm que ayudan a entender un poco mejor lo que pretende el proyecto.

"Hay que dejar claro que #littlesecretfilm no aboga en ningún momento por la cultura libre o el 'todo gratis", matiza Maqueda. "Todos los participantes tenemos otros proyectos en la industria tradicional o en internet que sí intentamos monetizar. Esto es un ejercicio de innovación en la distribución que no busca rentabilidad económica sino en el número de personas que acceden a tu obra y que permite experimentar con una producción de largometrajes no basada en pre-ventas, patrocinios, apoyos o subvenciones".

El carácter colaborativo de la iniciativa hace que esté abierta a la inclusión de muchos más realizadores nacionales e internacionales en el futuro, pues sólo es necesario identificarse con el hashtag #littlesecretfilm para poder formar parte de la comunidad. Cada cineasta puede colgar su película de manera gratuita en el servicio de internet que desee. No hay tribunal censor como en el Dogma, sino la ética de cada realizador y el juicio del público receptor del regalo para asegurar que se han cumplido las normas.

A modo de lanzamiento, el próximo 1 de febrero se producirá el estreno colectivo de los 16 primeros largometrajes producidos bajo el auspicio del decálogo #littlesecretfilm. Entre los realizadores que han participado siguiendo unas normas que igualan a emergentes y consagrados se encuentran los propios impulsores del proyecto Pablo Maqueda y Haizea G. Viana, junto a realizadores como Carlo Padial (Mi loco Erasmus) y Antonio Trashorras (El callejón), el crítico de cine Jordi Costa, el guionista Alex Mendíbil (Doctor Mateo) o la productora Elena Manrique (El laberinto del fauno, Celda 211).

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