Muere el actor Max von Sydow

El actor sueco Max von Sydow murió ayer 8 de marzo a los 90 años, según publica Paris Match tras hablar con su pareja, Catherine von Sydow. Fue un colaborador imprescindible de Ingmar Bergman, con quien trabajó en 12 películas; será recordado eternamente como el caballero medieval que disputaba una partida de ajedrez a la Muerte en El séptimo sello (1957).

En la que sin duda es la partida de ajedrez más icónica de la historia del cine, Von Sydow, como el caballero Antonius Block recién regresado de las Cruzadas, toma las piezas blancas, mientras que la Muerte escoge las negras.

El séptimo sello, junto a Fresas salvajes (1957), El rostro (1958), En el umbral de la vida (1958), Rabies (1958), El manantial de la doncella (1960), Como en un espejo (1961), Los comulgantes (1963), La hora del lobo (1968), La vergüenza (1968), Pasión (1969) y La carcoma (1971) son sus memorables colaboraciones con Bergman. Entre ellas se encuentran algunas de las más importantes películas de los años 50 y 60.

El cine anglosajón comenzó a fijarse en Max von Sydow tras percibir su talento en las películas de Bergman que llegaban a los Oscar. De ahí que fuera uno de los primeros candidatos para interpretar al Dr. No en la primera película de James Bond, y que acabara encarnado a Jesucristo en la superproducción bíblica La historia más grande jamás contada (George Stevens, 1965).

A partir de entonces, el rostro del sueco se hizo también recurrente en el cine estadounidense. Aí es como lo pudimos ver en Hawai (George Roy Hill, 1966), Conspiración en Berlín (Michael Anderson, 1966), La carta del Kremlin (John Huston, 1970), Los tres días del Condor (Sydney Pollack, 1975) o el que sería otro de sus roles más icónicos: como el padre Merrin en El exorcista (William Friedkin, 1973).

En los años 80 pudo desquitarse como villano bondiano y enfrentarse al agente 007 de Sean Connery, ya que fue el Blofeld de Nunca digas nunca jamás (Irvin Kershner, 1983), la entrega díscola de la saga sin producción de los Broccoli.

Coincide con su consolidación como actor recurrente para papeles de antagonista o portador de un semblante severo y trascendental. Fue el emperador Ming de Flash Gordon (Mike Hodges, 1980), coronel nazi en Evasión o victoria (John Huston, 1981), el rey Osric de Conan, el bárbaro (John Milius, 1982), el doctor Kynes de Dune (David Lynch, 1984) o el juez Fargo de Juez Dredd (Danny Cannon, 1995).

Eso sí, de esta época nos quedamos con un papel muy distinto: su semblante trágico como artista en Hannah y sus hermanas (Woody Allen, 1986). Inolvidable igualmente estuvo en Intacto (2001), el debut de Juan Carlos Fresnadillo, Von Sydow fue uno de los actores europeos más aclamados de su generación.

Von Sydow estuvo nominado al Oscar en dos ocasiones: por sus interpretaciones en Pelle el conquistador (Bille August, 1987) y en Tan fuerte, tan cerca (Stephen Daldry, 2011). En 1982 ganó la Copa Volpi de mejor actor en el Festival de Venecia por El vuelo del águila (Jan Troell, 1982).

En las últimas décadas, el actor sueco también fue una presencia prestigiosa que aportaba un plus de elegancia a películas de Steven Spielberg (Minority Report, 2001) o Martin Scorsese (Shutter Island, 2010). Quizás la misma estrategia llevó a J. J. Abrams a reclutarlo como Lor San Tekka en Star Wars: El despertar de la Fuerza (2015) o a que Juego de tronos lo fichara para la última encarnación del Cuervo de Tres Ojos en la séptima temporada.