Más allá de 'Operación Palace': 12 falsos documentales que tienes que ver

La jugarreta de Jordi Évole a costa del 23-F nos da el pretexto ideal para ofrecerte una lista de 'mockumentaries' imprescindibles. Por YAGO GARCÍA
Más allá de 'Operación Palace': 12 falsos documentales que tienes que ver
Más allá de 'Operación Palace': 12 falsos documentales que tienes que ver
Más allá de 'Operación Palace': 12 falsos documentales que tienes que ver

De Jordi Évole siempre esperamos que nos sorprenda, y también que nos conmocione destapando aspectos turbios de la política española. Pero la jugada que se marcó el domingo 22 fue antológica hasta para sus propios estándares: Operación Palace fue el título del falso documental en el que (con la ayuda de Iñaki Gabilondo y otros compinches) el humorista y reportero nos convenció de que el intento de golpe de estado del 23-F había sido una superchería, montada y dirigida nada menos que por José Luis Garci.

Desde el primer momento, Operación Palace se ganó comparaciones con esa emisión de La guerra de los mundos con la que Orson Welles persuadió a EE UU de que habían llegado los marcianos. Y está claro (ya desde su título) que Évole se inspiró en Operación Luna, ese reportaje según el cual el alunizaje del Apolo XI fue un montaje cocinado nada menos que por Stanley Kubrick. Pero en la historia de los falsos documentales, o mockumentaries, hay muchas más obras maestras que merecen una revisión. Algunas de estas películas tuvieron intenciones cómicas, mientras que otras aspiraron a inquietar a su público planteando temas de lo más grave. Todas, sin excepción, se han ganado un lugar en cualquier videoteca.

El juego de la guerra (Peter Watkins, 1965)

La trola: Un día cualquiera de 1965, la Guerra Fría se caldea de golpe y el Reino Unido se enfrenta a la amenaza de un ataque nuclear. La actitud del alto mando castrense es tan imprudente como lamentable, las medidas de protección civil son irrisorias (total, para lo que iban a servir...) y, cuando finalmente vuelan los pájaros, el infierno resultante deja las Islas Británicas hechas un erial. Tanto antes como después de El juego de la guerra, Peter Watkins ya había jugado con las barreras entre el documento y la ficción, pero si este es su trabajo más polémico, y también el más recordado, es por algo.

¿Coló, o les pillaron? Tras restregar un contador Geiger por todos los muebles de nuestra redacción, aseguramos que lo del conflicto atómico fue una filfa. Ahora bien, las secuelas sociales de El juego de la guerra se midieron en megatones: la BBC, que había encargado el filme, se negó a emitirlo, y cuando la película ganó el Oscar al Mejor Documental la Academia de Hollywood cambió las normas de la categoría para que el caso no se repitiera. En todo caso, el filme sigue teniendo un lugar asegurado en cualquier lista de documentales (o mockumentaries) que dan mal rollo.

The Rutles: All You Need Is Cash (E. Idle, G. Weiss, 1978)

La trola: Tómense a dos ex miembros de los Monty Python (Eric Idle y Michael Palin), a una buena parte del reparto de Saturday Night Live (con Bill Murray y John Belushi a la cabeza) y a un George Harrison que, además de deseoso de ajustar cuentas con sus antiguos colegas de los Beatles, está dispuesto a tirar de agenda y llamar a amiguetes como Mick Jagger. Agítese a placer, y sírvase en forma de especial televisivo: el resultado será este spoof sobre el grupo pop más famoso de la historia ante el cual tanto los fans veteranos como los neófitos se exponen al desencaje mandibular.

¿Coló, o les pillaron? A diferencia de otros ejemplos posteriores, The Rutles... no ocultaba su condición de parodia. Tal vez por ello, no fue precisamente un éxito cuando se emitió por primera vez. Aun así, el público acabó cogiéndole cariño gracias a las reposiciones (el hecho de que John Lennon se declarara fan también debió ayudar), con lo que Idle, Palin y sus compinches pudieron prolongar la broma durante años.

Holocausto caníbal (Ruggero Deodato, 1980)

La trola: No apta para todos los estómagos, Holocausto caníbal documenta la sangrienta masacre de un grupo de antropólogos por parte de una tribu del Amazonas a finales de los 70. Resulta que los investigadores (que, muy convenientemente, estaban rodando un documental) se habían portado como bestias con los indígenas, de modo que acabaron ganándose a pulso su posición de plato fuerte en el menú de estos.

¿Coló, o les pillaron? Para desgracia del director Deodato, Holocausto caníbal resultaba demasiado convincente: tanto, que el cineasta tuvo que sentarse ante un tribunal para explicar que su cinta no era un auténtico documento, sino un trabajo de terror cafre y con sobredosis de higadillos, y que durante el rodaje no había muerto ningún ser humano (la lista de víctimas animales, por otra parte, fue kilométrica). Durante su época dorada, el cine exploitation italiano daba sorpresas tan cachondas como esta...

Zelig (Woody Allen, 1982)

La trola: Leonard Zelig, alias 'El hombre camaleón', fue un sujeto popular en los años 30 dada su capacidad de adaptarse a cualquier ambiente o estrato social, algo que le permitió codearse con personajes tales que F. Scott Fitzgerald. La vida de este personaje, incluyendo el malhadado romance con una psiquiatra muy parecida a Mia Farrow, es analizada aquí por intelectuales de primera línea como Susan Sontag y Saul Bellow.

¿Coló, o les pillaron? Dado que Woody Allen (quien, por si hubiera dudas, interpreta a Zelig) había hecho sus pinitos en el falso documental con Toma el dinero y corre, era difícil tomarse este filme como un trabajo de no ficción. Ahora bien: el cineasta y el director de fotografía Gordon Willis (El Padrino) dieron el Do de pecho al combinar filmaciones históricas con escenas rodadas ad hoc, manipulando unas y otras para hacerlas indistinguibles entre ellas. Y sin efectos digitales, que tiene mucho más mérito.

Spinal Tap (Rob Reiner, 1984)

La trola: El futuro director de La princesa prometida y un grupo de amigos con mucha mala baba (entre ellos, el especialista en el género Christopher Guest) deciden poner en solfa los clichés del mundo del rock contándonos la historia del "grupo más estruendoso de Gran Bretaña". El resultado fue un bromazo repleto de momentos memorables (¡ese pepino envuelto en papel de plata!) y que convirtió a los falsos biopics musicales en todo un subgénero.

¿Coló, o les pillaron? Dada la jocosidad de Spinal Tap, resulta difícil de creer que alguien pudiera tomárselo en serio, pero así fue. Y, para más INRI, los pardillos fueron auténticas estrellas del rock que, o bien acusaron a Reiner de elaborar un biopic en clave sobre sus grupos respectivos (Eddie Van Halen) o bien, como un Ozzy Osbourne muy intoxicado, se creyeron que aquello era verdad de la buena. Para colmo, la película cayó estupendamente bien entre los fans del rock duro, algo que llevó a la banda a dar conciertos multitudinarios en la vida real. Señalemos también que, en 1990, la firma Marshall lanzó un modelo de amplificador para guitarra cuyo mando de volumen llegaba hasta el 11.

Ciudadano Bob Roberts (Tim Robbins, 1992)

La trola: Durante las elecciones al Senado de EE UU, el cantante country Bob Roberts irrumpe como un huracán en la vida política del país gracias a su populismo y sus espectaculares mítines. La fiebre llega al paroxismo tras un presunto intento de asesinato, convirtiendo al músico en un serio aspirante a la presidencia. Mientras Roberts sube sin parar en los sondeos, un periodista inglés que sigue su ascenso descubre que el personaje no es en absoluto trigo limpio, y que está dispuesto a hacer cualquier cosa para colarse en el Despacho Oval.

¿Coló, o les pillaron? La primera película de Robbins como director era demasiado cachonda como para hacerse pasar por verdadera: si su humor negro no bastaba para descubrirla, el detalle de implicar a Gore Vidal (el oponente electoral del protagonista) en un escándalo sexual con una mujer dejaba las cosas claras. Ahora bien, el filme suscitó una duda importante: ¿era Bob Roberts una parodia de George W. Bush, de Rick Santorum, o de ambos? A fecha de hoy, Tim Robbins ni confirma ni desmiente, pero admite que algo hay ahí...

Ghostwatch (Stephen Volk, 1992)

La trola: A lo largo de 90 minutos, y en riguroso directo, un equipo de la BBC registra sucesos paranormales en una casa encantada, en la que supuestamente acecha el fantasma de una asesina de niños. Los reporteros se muestran escépticos al principio, pero cuando los numerosos fenómenos poltergeist convierten el rodaje en una pesadilla, se lo piensan dos veces. Para colmo, el espectro de marras hace un cameo no solicitado.

¿Coló, o les pillaron? Vaya que si coló... Para empezar, durante la emisión de Ghostwatch se facilitó a los espectadores un número de teléfono para llamadas en antena, algo que acabó saturando la centralita de la emisora. Para seguir, las numerosas pistas en las que Stephen Volk y su equipo dejaban caer que el filme era ficción cayeron en saco roto, ya que gran parte del público se tragó el montaje. Y, para terminar, al programa se le acusa de haber provocado casos de estrés postraumático en niños y adultos, e incluso un suicidio. Así las cosas, Ghostwatch queda como el Operación Palace del mundo parapsicológico.

La verdadera historia del cine (C. Botes, P. Jackson, 1995)

La trola: Ni Griffith, ni Murnau, ni gaitas: tras una árdua investigación, Peter Jackson se propone reivindicar para la historia a Colin MacKenzie, un pionero neozelandés del séptimo arte al que debemos, entre otras cosas, la invención del primer plano, la película en color y el cine sonoro. El historiador Leonard Matlin añade gravedad documental al descubrimiento.

¿Coló, o les pillaron? Si uno ve La verdadera historia del cine sin saber de antemano que se trata de una broma, puede caer perfectamente en la trampa de Jackson: tanto el codirector como sus compinches se toman la artimaña tan en serio que parecen creerse sus propias mentiras. Por otra parte, y tras la revelación que supuso (para algunos) Criaturas celestiales, este falso documental probaba definitivamente que en la mente de su responsable había sitio para muchas más cosas que el gore cachondo. Algo de lo que el mundo terminaría de enterarse seis años después, merced a cierto viaje a la Tierra Media.

El experto (Christopher Guest, 1996)

La trola: Capital mundial de la fabricación de taburetes, el pueblo de Blaine (Missouri) prepara las fiestas de su 150 aniversario con una función musical sobre el hecho más importante de su historia: el primer aterrizaje de un OVNI en suelo estadounidense. Para gran alegría del director Corky St Clair, el famoso crítico teatral Guffmann ha confirmado su asistencia a la gala. ¿Qué puede salir mal? Pues, probablemente, todo.

¿Coló, o les pillaron? "Si me engañas una vez, es culpa tuya, si me engañas dos, es culpa mía", dice el refrán. Y, como Christopher Guest ya contribuyó a meternos un gol histórico en Spinal Tap, a nadie le pilló por sorpresa que su segundo largometraje como director volviese al género, cambiando el rock duro por el costumbrismo provinciano y bilioso. También en términos mockumentales, Guest (quien, por cierto, tiene el título de barón, y está casado con Jamie Lee Curtis) ha firmado Very Important Perros, Un poderoso viento y la sátira de los Oscar Nominados.

El proyecto de la Bruja de Blair (D. Myrick, E. Sánchez, 1999)

La trola: Un equipo de estudiantes de cine se va de excursión a un bosque de Maryland, a fin de rodar un reportaje sobre una antigua (y pavorosa) leyenda. Conforme se suceden los fenómenos extraños, queda claro que la bruja de marras, o su fantasma, es el secreto menos horrible que oculta el lugar.

¿Coló, o les pillaron? Tal vez El proyecto de la Bruja de Blair haya aguantado mal el paso del tiempo, pero su trascendencia histórica es inexcusable, y no sólo por las docenas de filmes de terror found footage que han seguido sus huellas: aprovechando algo por entonces muy novedoso llamado "márketing viral", Myrick y Sánchez convirtieron una cinta rodada de forma amateur y sin apenas presupuesto en un fenómeno sociológico, que generó montones de merchandising y una secuela bastante olvidable. Aún hoy, la película es una presencia fija en las listas de proyectos más rentables de la historia.

Incident At Loch Ness (Zak Penn, 2004)

La trola: Dando un paso más en su faceta de documentalista chiflado, Werner Herzog se dirige al lago más famoso de Escocia para investigar sobre su presunto monstruo. Mientras el cineasta alemán considera que el mito es una superchería, su productor (el propio Zak Penn) está dispuesto a todo con tal de suscitar morbo... Y, para colmo, parece que la propia 'Nessie' está interesada en aparecer en la película.

¿Coló, o les pillaron? Suponemos que, a estas alturas, Werner Herzog no necesita presentación. Y, en cuanto a Zak Penn, baste decir que se trata del coguionista de Los Vengadores y X-Men 2 (bueno, también de El nuevo Karate Kid, pero nadie es perfecto). La unión entre esas dos mentes privilegiadas da como resultado una película de alto poder descacharrante, en la que el teutón saca partido de su carisma (y de ese gran talento suyo para la comedia impasible) mientras que Penn ajusta cuentas al por mayor con Hollywood y sus rapacidades.

Exit Through the Gift Shop (Banksy, 2010)

La trola: Con la colaboración de su amigo y colega Shephard Fairley, el siempre anónimo Banksy narra la increíble (pero ¿cierta?) historia de Thierry 'Mr. Brainwash' Guetta, un sujeto pretencioso e incordiante cuyas obras alcanzan cotizaciones astronómicas en las galerías. Todo ello pese a dar muestras de una total falta de talento.

¿Coló, o les pillaron? Firmándola quien la firma, el hecho de que Exit Through the Gift Shop esté llena de rincones oscuros y anécdotas con un pie en la leyenda urbana resulta de lo más natural. Por un lado, es cierto que Thierry Guetta existe en la realidad, que ha ganado millonadas vendiendo sus trabajos y que en el mundo del street art le llaman de todo menos bonito. Y, por otro, también es cierto que tanto Bansksy como Shephard Fairley son dos bromistas de órdago, y que el ascenso de Guetta entre los coleccionistas coincidió sospechosamente con las fechas de rodaje del filme. Si la esencia del mockumentary es hacer dudar al espectador, esta película puede considerarse como uno de los grandes triunfos del género.

Todos los días, a todas horas, noticias de cine y series de televisión en CINEMANÍA

Mostrar comentarios

Códigos Descuento