Empezando por la que tuvo lugar durante su primer rodaje para una gran producción de Hollywood: Tres reyes (1999). O. Russell, que venía del sector indie de la industria, donde había realizado las comedias Spanking the Monkey (1994) y la muy reivindicable Flirteando con el desastre (1996), se sintió extraordinariamente presionado por la vigilancia, quejas y prisas de la Warner Bros. acerca de su sátira sobre la Guerra del Golfo, lo que hacía que siempre pisara el plató de los nervios. Hasta tal punto que, durante una de sus habituales broncas hacia el equipo técnico y artístico en la que O. Russell empujó a un extra al suelo, George Clooney (que debe ser algo así como el tipo más afable y zen de Hollywood) intercedió para bajarle los humos y se enfrentó físicamente al director. A partir de ahí, la leyenda añade algún cabezazo y bofetón al incidente, pero lo cierto es que Clooney declaró que había sido "la peor experiencia" de su vida y no volvería a trabajar con el cineasta. No obstante, con el paso de los años, parece que su relación se ha calmado y ha llegado a términos cordiales.
Lo mismo le ha ocurrido con la actriz Lily Tomlin, que durante el rodaje de Extrañas coincidencias (2004) dijo vivir un auténtico infierno con O. Russell nervioso, tiránico y gritando todo el rato. Un par de vídeos filtrados en YouTube registraron dos de las broncas en pleto set y permiten ver al director y la actriz perdiendo los nervios enzarzados en trifulcas públicas donde él llega a llamarla repetidas veces "puta". Aunque ambos han declarado que ya es agua pasada, siguen siendo documentos impactantes sobre la tensión que se puede alcanzar en un rodaje. Y la cara de circunstancias de la pobre Isabelle Huppert no tiene precio.
Para el final hemos dejado un conflicto que, a diferencia de los anteriores, O. Russell todavía tiene abierto. Resulta que Mark Wahlberg, que ha participado en tres de sus películas (Tres reyes, Extrañas coincidencias, The Fighter), iba a protagonizar El lado bueno de las cosas, pero finalmente fue sustituido por Bradley Cooper debido a razones financieras. El detalle no le gustó nada a Wahlberg (e imaginamos que el hecho de que Cooper haya sido nominado a los Globos de Oro y Oscar por su actuación todavía menos) y declaró que no volvería a hablar con O. Russell nunca más. La situación puede hacer que la barruntada secuela de The Fighter, película producida por Wahlberg a la que el realizador llegó para sustituir a Darren Aronofsky cuando su examigo se lo pidió, no cuente con el director de la primera parte en el equipo. Por su parte, O. Russell ya ha enrolado a anteriores colaboradores como Christian Bale, Amy Adams y Bradley Cooper en su próxima película... y ni rastro de Wahlberg.
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