Janelle Monáe: ¿lo mejor de los Oscar, o un momento de vergüenza ajena?

Baila bien, canta bien, actúa bien y encima se ha ligado a Tessa Thompson: a veces, las capacidades de Janelle Monáe parecen sobrehumanas… pero no están a salvo de la duda. Sin ir más lejos, el número de apertura de la artista en los Oscar 2020 ha creado una mediana polémica en la prensa estadounidense. Las opiniones se dividen entre quienes lo consideraron más que satisfactorio (cuando no un momento cumbre de los Premios de la Academia) y aquellos que lo vieron flojo o que, directamente, lo consideran un bodrio.

Recordemos que Janelle Monáe entró en escena recreando la apertura de Mr. Roger's Neighborhood, el mítico programa para niños que presentaba el personaje de Tom Hanks en Un amigo extraordinario. Fue entonces cuando sufrió ciertos problemillas, en forma de una chaqueta que caía al suelo y una camisa con un botón abierto.

Tras sobreponerse, y tras colocarle su bombín a un Hanks arrobado, la artista desveló de qué iba la cosa: un tributo a las películas que no habían sido nominadas (Midsommar, Rocketman, Yo soy Dolemite y un largo etcétera) con referencias satíricas al color (blanco) y el género (masculino) de la mayoría de los nominados.

Con momentos para el recuerdo, como esa Monáe haciendo cantar a su público de estrellas vestida con la capa de flores de Midsommar (Brad Pitt se escaqueó vilmente, Leonardo DiCaprio desafinó de lo lindo) tenían que dar que hablar. Y lo han hecho, para lo bueno y para lo malo. Entre las opiniones positivas, la de Time (que alaba su "energía caótica y subversiva"), la del mismísimo New York Times ("Tuvo todo el brillo y el glamour asociados a la mayor noche de Hollywood") o la de The Playlist, quien califica a la cantante como "la mejor anfitriona posible para empezar la noche".

En cuanto a las voces hostiles, la primera y más importante es la de Entertainment Weekly. El semanario no solo sitúa al número de Janelle Monáe en cabeza de su lista con lo peor de los Oscar 2020, sino que lo equipara a esos bochornosos Oscar de 1989 cuando Rob Lowe bailó con una actriz vestida de Blancanieves. 

En cuanto a The Atlantic y al Los Angeles Times, no se fijan tanto en los valores artísticos de la actuación como en su lado político. "Demasiado poco y demasiado tarde", sentencia el primer medio acerca de las reivindicaciones de Monáe. Y el segundo las hace de menos ya desde su titular: "Los Oscar tratan de luchar contra su propia irrelevancia poniéndola de relieve". Stereogum, por su parte, también reserva la artillería para un titular que tacha al número de "ridículo", precediendo a un texto que no se moja en absoluto.

Así pues, el 'momento Janelle' de los Oscar 2020 parece haber creado una considerable división de opiniones. ¿Es eso bueno? Pues sí, sin duda. Ahora que la retransmisión de la gala por TV vuelve a arrojar cifras penosas, tal vez haga mucha falta que el evento reflexione sobre sí mismo y sobre la industria del cine, en lugar de mantenerse como una celebración acrítica de esta última.

Y en cuanto a lo de cuestionar el criterio de la Academia, por cierto, Janelle Monáe no es la primera en hacerlo. En 1958, Kirk Douglas y Burt Lancaster ya se atrevieron a hacerlo (aunque desde una perspectiva muy diferente, claro), dejando un momento para la historia de los Oscar. Tal vez dentro de unas décadas la actuación de Janelle Monáe tenga también un lugar entre los momentos cumbres de los premios.