'El día de la Bestia': 25 años con el Anticristo

El 20 de octubre de 1995, el filme satánico de Álex de la Iglesia llegó a las carteleras. Recordamos la nochebuena más infernal del cine español con este reportaje.
'El día de la Bestia': 25 años con el Anticristo
'El día de la Bestia': 25 años con el Anticristo
'El día de la Bestia': 25 años con el Anticristo

Los hijos de un importante miembro de nuestra redacción han comenzado a lucir llagas y estigmas, anunciando su intención de hacerse socios del Barça con voces que no son de este mundo. Nuestro gestor web se ha llenado de invocaciones en arameo en las que se repite mucho el número “666”, mientras que las fotos de Jennifer Lawrence se han visto reemplazadas por imágenes llenas de cráneos, lagos de sangre y bichos con cuernos. Y, por si esto fuera poco, en el bar de abajo hoy sirven conejo. Ante tanto signo apocalíptico, el equipo de exorcistas de CINEMANÍA se ha reunido de urgencia, llegando a una fulminante conclusión: hoy celebramos el 25 aniversario de El día de la Bestia.

Efectivamente: la película demoníaca de Álex de la Iglesia, aquella que habría de ganar seis premios Goya (entre ellos, Mejor Director, y Mejor Actor Revelación para Santiago Segura) cumple 25 años. Y qué mejor manera de celebrar las más de dos décadas de ese Anticristo tan madrileño y tan cañí que con un reportaje a tono. Poned a buen volumen vuestros discos de Hace de Cé, Napal Dez y Airon Maiden, porque hoy vamos a recorrer el camino maldito del padre Berriartúa en busca del hijo de Satán…

Del cielo mutante al infierno cañí

La situación de Álex de la Iglesia en 1995 no era la de un ángel caído del cine español… pero estaba a punto de llegar a serlo. Tras haber respaldado Acción Mutante (1993), Pedro Almodóvar se negó hacer lo propio con El día de la Bestia porque no quería financiar una película sobre Satán. El cineasta, que ya había renunciado a rodar otro guion (escrito también junto a Jorge Guerricaechevarría) de título Yo quiero tener un millón de amigos, palió la necesidad aceptando trabajos mercenarios en TV, hasta que el productor Andrés Vicente Gómez aceptó hacerse cargo de su proyecto con una condición: si Acción Mutante había contado con un presupuesto de 400 millones de pesetas para rodar su debut, en esta película ‘sólo’ contaría con 300 millones.

Un original con muchas menos risas

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Uno de los principales encantos de El día de la Bestia es su forma de mezclar temas oscuros y violencia extrema con humor enloquecido. Sin embargo, la primera versión del libreto incluía mucha menos comedia: en el original de De la Iglesia y Guerricaechevarría, José María (Santiago Segura) era adicto a la heroína y moría antes de la mitad del filme, los neonazis de la banda ‘Limpia Madrid’ llevan bufandas de cierto equipo madrileño de color blanco (y no rojiblanco, vosotros nos entendéis) y el Anticristo acaba estampado contra el capó de un coche. Esto último no sería tan brutal de no ser porque el hijo de Satanás es un bebé recién nacido. Como veremos más adelante, el director y el guionista no abandonaron esta última idea, e incluso llegaron a rodar un final alternativo relacionado con ella…

Dale una mirinda al padre…

De acuerdo con Álex de la Iglesia, una de las premisas de El día de la Bestia era la de mostrar a “un hombre aparentemente normal haciendo cosas horribles”. Y, de todos los actores que tenía en su agenda, el más indicado para esa tarea era el incomparable Álex Angulo: el intérprete del padre Berriartúa no sólo había aparecido en Acción Mutante como Álex (el hermano siamés de Juanito), sino que también protagonizó Mirindas asesinas, el cortometraje de 1991 que dio a conocer al director. Tras haberle visto en esa orgía de sangre y patetismo, estaba claro que la sotana iba a sentarle de muerte.

“Satánico... ¡y de Carabanchel!”

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Si bien el papel del cura Berriartúa estaba más o menos adjudicado desde el principio, el inefable José María tuvo dos rostros potenciales, a cual más diferente, antes de serle ofrecido a Santiago Segura: ¿te imaginas a Javier Bardem o a Gabino Diego colgados del anuncio de Schweppes del madrileño Edificio Carrión? Pues De la Iglesia acarició ambas posibilidades antes de fichar al actor y director (quien, por cierto, prefiere la música de Frank Sinatra antes que el rock metalero en la vida real). Para el prodigioso Profesor Cavan, se barajó la posibilidad de contratar a Jorge Perugorría.

Inspiraciones del Inframundo

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La escena en la que el padre Berriartúa le dice eso tan bonito de “¡Púdrete en el infierno!” a un moribundo en vez de darle la extremaunción, robándole para colmo la cartera, tiene una inspiración de lo más refinada y literaria: de la Iglesia la tomó de Allá abajo, novela sobre el satanismo firmada por el decadente francés J. K. Huysmans en 1891 y cuya adaptación al cine fue un proyecto acariciado durante años por el mismísimo Luis Buñuel. Del mismo texto, nuestro director sacó también la escena en la que el protagonista se quema las plantas de los pies con un dibujo en forma de cruz, para así humillar a Cristo a cada paso que da...

La criatura caprina que se orina

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Como en todo ritual satánico que se precie, El día de la Bestia tuvo un gran macho cabrío, invocado por el trío protagonista tras ponerse fino de ostias hechas con pan de molde, aliñadas con sangre de la doncella Nathalie Seseña y abundante LSD. El animal dio bastantes problemas durante el rodaje, porque, con una falta de dignidad impropia del Príncipe de las Tinieblas, insistía en hacer pis cada vez que se ponía delante de la cámara. ¿Le estaría indicando Satán a Álex de la Iglesia lo que pensaba de su película?

La tentación del Abismo

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Atención: escena emblemática habemus. ¿Recuerdas el momento en el que los protagonistas de El día de la Bestia se cuelgan del luminoso del Edificio Carrión? Seguro que sí. Pues, aunque este momento se rodó en una réplica de la instalación original, el pobre Armando De Razza las pasó canutas durante su filmación: en lugar de decir sus diálogos, el actor italiano sólo era capaz de articular un angustiado “¡Tengo vertiga, Álex!” conforme ese Santiago Segura tan lisérgico y tan jocoso tiraba de él y de Álex Angulo para precipitarse con ellos al Abismo…

Apocalipsis Def Con Dos

Aclarémoslo desde ya: Satannica, el grupo del cual es fan José María, no existe (aunque, teóricamente, sí que llegó a grabar una maqueta, que aparece en la película). Quienes sí existen son los Def Con Dos, quienes (tras haber aportado el tema principal a Acción Mutante) le proporcionaron a esta película una canción tan demoníaca como corresponde, que suena en sus créditos finales. De hecho, El día de la Bestia fue uno de los primeros filmes españoles en tener su propio soundtrack álbum, un disco formado por cortes inspirados por la película o relacionados con la misma pero que no aparecían en la misma. Además de César Strawberry y sus muchachos, el disco contó con canciones de Siniestro Total, Pleasure Fuckers y Extremoduro, entre otros.

El Demonio no tiene piernas

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Tras tanto realismo cañí de índole berlanguiana, la aparición del auténtico Satanás durante el clímax final de El día de la Bestia dejó a muchos espectadores con los ojos como platos. Para realizar este efecto, y dado que por entonces la CGI era cosa casi de ciencia-ficción, De la Iglesia y su equipo de efectos especiales recurrieron a un actor sin piernas que, sostenido por cables, ocupaba la mitad superior del engendro.

El Anticristo del ‘pelotazo’

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¿Será verdad que las Torres KIO de Madrid son un monumento a Lucifer, destinado a acoger al Anticristo el día de su nacimiento? Pues no tenemos ni idea, pero, cuando se estrenó El día de la Bestia, tenían resonancias muy concretas para buena parte del público: la construcción de estos edificios gemelos fue el detonante de un escándalo protagonizado por los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer (‘los Albertos’), quienes fueron acusados de beneficiarse fraudulentamente de su presupuesto. Así pues, en 1995, las aún inacabadas Torres KIO eran un símbolo del mangoneo financiero y la llamada ‘cultura del pelotazo’. Así pues, el clímax de El día de la Bestia lo mismo es una metáfora, y todo.

¡Sangre inocente!

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Como hemos explicado antes, el final original de El día de la Bestia era bastante más brutal que aquel que finalmente vimos en el cine. ¿En qué consistía? Pues en que el padre Berriartúa, totalmente demenciado tras la matanza en las Torres KIO, descubre que ese bebé que presuntamente es el Anticristo ha sobrevivido al tiroteo… y decide matar él mismo a la criatura de un tiro en la cabeza. Esta conclusión, que hubiera revuelto las conciencias (y lo que no son las conciencias) de los espectadores de todo el mundo, fue considerada excesiva por los productores, con lo que se quedó en la sala de montaje.

Un Renault 12 en el MOMA

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Seguramente, la gesta más satánica de El día de la Bestia no tiene nada que ver con pentáculos ni estigmas, sino con haber conseguido que un coche tan modesto y tan habitual en las calles españolas durante los 80 y los 90 acabe en los fondos del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Allí reside el destartalado Renault 12 amarillo de José María, donado a la institución por el equipo de la película: ¿conservará en su interior esos guantecitos de boxeo en miniatura, rellenos de sustancias ilegales?

El presunto plagio

Para terminar nuestro repaso a El día de la Bestia, qué menos que recordar un tema espinoso donde los halla: la acusación de plagio a Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría por parte del escritor Tomás Cuevas, quien acusó al director y al guionista de haberse apropiado de su novela La luz para el argumento de la película. Las reclamaciones de Cuevas fueron desestimadas en los tribunales, pero fueron rescatadas en un video de YouTube titulado El lado oscuro del clan Almodóvar.

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