Daniel Clowes: “Cada nuevo día con Trump es simplemente horroroso”

Daniel Clowes empieza nuestra entrevista telefónica haciéndome una pregunta. “¿Has visto la película con subtítulos?”. Más atenta a su simpática vocalización que a la cuestión que me plantea, contesto que sí. “¿Sabías que en algunos países doblan a los actores?”, repregunta. "En España, por ejemplo", confieso abochornada. "¿En seriooooo? ¡Tiene que ser muy raro!", exclama. Y entonces su carcajada cruza el oceáno Atlántico, de California a Madrid, en devolución a lo que sus lectores españoles nos hemos reído con sus novelas gráficas, viñetas como las de Mister Wonderful o Paciencia y también sus incursiones en el guión, Ghost World o El arte de estrangular. Aprovechamos que este fin de semana se estrena la última adaptación de una de sus historias más celebradas, Wilson, interpretada por Woody Harrelson y Laura Dern y dirigida por Craig Johnson (The Skeleton Twins), para hablar de doblajes, pesadillas presidenciales y procesos creativos con Daniel Clowes.

El cómic mezcla estilos muy distintos. ¿Cuándo decidisteis no traducir este aspecto a la película?

Cuando surgió la posibilidad de adaptar Wilson fue lo primero que nos preguntamos. Pensé que traducirlo a otro medio haría que perdiese el sentido. De hecho, en una película así sería muy desconcertante. En un cómic puedes permitirte el lujo de pararte, pensar y moverte a tu propio ritmo por la página. Además, cuando estás leyendo un cómic prácticamente no te fijas en los diferentes estilos en los que está dibujado. Para mí, esos diferentes estilos son un homenaje a la historia del cómic. Imagínate hacer eso con la historia del cine en una película.

Pero sí se mantiene ese aspecto fragmentario del cómic y esa acentuación de momentos de la vida de su protagonista que en otras películas serían seguramente elipsis.

Lo que quería en Wilson era contar una historia de la manera en la que yo pienso en mi propia vida, de cómo recuerdo momentos que me han impactado. Tristes, divertidos o importantes de una manera que no puedes ni entender. Si lo piensas igual tienes tres momentos de esos en la misma semana o en la misma hora, y luego pueden pasar años sin que te vuelva a suceder algo importante. Wilson también habla de cómo todos somos diferentes versiones de nosotros mismos. Incluso a lo largo de un solo día puedes cambiar de una versión de ti mismo a otra.

Wilson es un personaje odioso al que es difícil no adorar.

Mucha gente piensa que es insufrible, pero a mí me gusta.

¿Cómo es tu proceso de creación de personajes?

La mayor parte de las veces tienes una idea vaga de cómo es un personaje y vas encajando características que se te ocurren en él. Wilson fue uno de esos extraños personajes que salen directamente de la página. Es exactamente igual a ese primer personaje que apareció mientras hacía bocetos. No cambié nada de él. Es una especie de combinación de lo mejor y lo peor de mí y de algunos amigos que son muy wilsonianos, gente sin familia que goza de cierta libertad y que no tiene filtros a la hora de decir cosas embarazosas de los demás. Siempre me pareció que lo conocía de antes. Y aún ahora, cuando pienso en él, me parece que es un amigo al que no veo desde hace mucho.

Woody Harrelson parece nacido para encarnar a Wilson. ¿Lo tenías en mente cuando escribiste el guión?

Cuando escribo guiones intento no pensar en actores, porque empiezas a escribir con sus voces, y luego resulta que el actor no va a hacer la película y te quedas colgado. Me generaba mucha curiosidad ver a alguien interpretando a Wilson, pero nunca se me hubiese ocurrido pensar en Woody Harrelson. No sé por qué. Pero cuando me lo sugirieron me pareció que era perfecto. Siempre he pensado que es un gran actor, que al final es lo más importante. Y añadió una alegría y una humanidad al personaje que hacen que Wilson resulte tolerable. Hay otras versiones en las que Wilson hubiese sido difícil de observar en una película. No para mí, pero para el público general.

Estabas con un nuevo proyecto cuando Trump fue elegido presidente de EE UU y aquello te hizo replantearte el libro.

Es muy pronto para hablar de este libro. Me gusta mantener cierto misterio, incluso para mí mismo. Pero, básicamente, es un libro en el que no se respiraba la atmósfera de tener un presidente como Donald Trump. Lo estaba escribiendo con la sensación de que viviríamos unos cuantos años más en un mundo parecido al de la presidencia de Obama. No es ni siquiera un libro sobre política, pero los personajes no pueden reaccionar igual cuando tienes un presidente como Donald Trump.

¿Cómo se vive en EE UU la presidencia de Trump?

Con mucha rabia, la verdad. Pensaba que me acabaría acostumbrando y que miraría hacia otro lado, pero no, cada día que pasa con Trump de presidente es simplemente horroroso. Me pregunto, ¿qué demonios le pasa a la gente que no está yendo en avalancha a la Casa Blanca y echándole a la calle? Es tan obvio que no está cualificado y que no tiene ni idea de cómo llevar esto. Es como una película mala de Hollywood en la que un niño de cinco años sale elegido presidente. Yo me levanto cada día y pienso “No puede ser”… Porque él ha sido famoso en EE UU durante los últimos 30 años. Es absurdo que, de toda la gente, le hayan elegido a él. Si en los 80 se hubiese predicho el futuro más estúpido posible, Trump hubiese sido el presidente de EE UU.

Hollywood se nutre de muchos cómics para sus películas de superhéroes, pero cada vez menos gente lee esos cómics…

Dejé de leer cómics de superhéroes cuando tenía 14 años. Cualquier adulto razonable debería plantearse la opción de pasar página y leer algo más interesante. Nunca me ha interesado ese tipo de comics ni las películas que se hacen basadas en ellos. Recuerdo que llevé a mi hijo a ver un par cuando tenía 10 años y no le interesaron en absoluto. Algo habré hecho bien.

¿Cómo va la adaptación de Paciencia, tu última novela gráfica?

Va bien, estoy a punto de terminarla, pero me va a pillar la huelga de guionistas de Hollywood.

¿Qué películas o directores han sido referencias para ti?

Nunca me inspiro en películas enteras, sino más bien en la sensación que me crean. Por ejemplo, Paciencia surge de mi obsesión con el actor Lee Marvin. Cuando lo ves en la pantalla no puedes mirar a nadie más. Es genuinamente peligroso. Aunque en la vida real, al parecer, era un buen tío. Intenté imaginarme cómo hubiese sido Lee Marvin metido en una de esas películas de ciencia-ficción psicodélicas de los 70. Me pareció tan genial que pensé que tenía que existir. Así que fue un punto de partida de Paciencia.

¿Qué fue lo que te llevó a los comics?

Cuando era niño no tenía televisión. Los padres en los 70 te metían en tu cuarto y te dejaban hacer lo que quisieses. Lo único que tenía a mi alcance para entretenerme era la colección de comics que mi hermano mayor, 10 años mayor, dejó antes de irse de casa. Antes incluso de saber leer, miraba los dibujos y dibujaba los míos propios. El lenguaje del cómic lo aprendí a la vez que el inglés. Lo entendí desde muy niño, como quien se cría en un hogar bilingüe.

Wilson se estrena el 26 de mayo.