COVID-19: indignación en el cine catalán ante el nuevo cierre de los cines

De Leticia Dolera a Carlos Cuevas, la industria protesta en las redes ante las medidas de la Generalitat, que considera discriminatorias.
COVID-19: indignación en el cine catalán ante el nuevo cierre de los cines
COVID-19: indignación en el cine catalán ante el nuevo cierre de los cines
COVID-19: indignación en el cine catalán ante el nuevo cierre de los cines

No es que llueva sobre mojado. Es mucho más doloroso. Es la gota malaya. Tras sortear a duras penas el confinamiento, los cines de Catalunya han visto esta mañana cómo la Generalitat les comunicaba un nuevo cierre de al menos 15 días, provocado por los rebrotes y la sensación de descontrol que afecta al territorio.

Una decisión que no se esperaba el sector y que ha caído como un jarro de agua fría pues, además de desproporcionada, se considera injusta.

Desde el punto de vista de los profesionales, se denuncia que el Govern no ha tenido en cuenta el esfuerzo hecho por exhibidores y público por cumplir escrupulosamente con las medidas de prevención.

Sorprende (y mucho), que las medidas afecten a las salas pero no a los bares y terrazas que, lejos de cerrar sus negocios, pueden abrir con un 50% de aforo.

Una de las más beligerantes ha sido, cómo no, la actriz, ensayista y directora Leticia Dolera, que ha declarado estar “muy enfadada” y ha apostillado lo siguiente:

Carlos Cuevas, la gran estrella emergente del cine catalán, que se encuentra en Roma rodando junto a Ester Expósito la serie Alguien tiene que morir para Netflix, también mostraba su indignación por el doble rasero y escribía.

“Dejad los teatros, los conciertos y los cines tranquilos (donde la gente de la cultura se están intentado ganar la vida y todo el mundo va con mascarilla y respeta la distancia) y vigilad las decenas de fiestas sin ninguna medida de seguridad que veo en Instagram a diario”.

Desde el punto de vista de los festivales, Ángel Sala, director del Festival Internacional de Cine Fantástico / Festival de Sitges, que hace apenas unos días presentaba la programación de la nueva edición, se expresaba en los mismos términos:

Otro tanto opina Carlos R. Ríos, director del Festival D’A que tuvo que ser cancelado presencialmente y readaptarse al formato online en Filmin:

Belén Funes, directora de La hija de un ladrón, gran triunfadora de los últimos Premis Gaudí y Premio Goya a mejor dirección novel también mostraba su enfado e iba más allá en su crítica.

Su tuit incide en la opinión, compartida por muchos barceloneses, de que a las instituciones solo les interesa fomentar la turistificación, obviando las necesidades tanto de los profesionales de la cultura como de los ciudadanos que disfrutan de su trabajo. Así, mientras se lanzan campañas para atraer a visitantes extranjeros, se cierran espacios como los cines para los habitantes de la ciudad.

El productor de Funes, Álex Lafuente, desde un punto de vista más conciliador, abogaba por la comprensión de las instituciones con una llamada implícita a que recapaciten:

Confiemos en que la movilización de los profesionales haga reconsiderar su postura a la Generalitat.

Corren malos tiempos para los cinéfilos en Barcelona y Catalunya: hace unos días, los barceloneses se enteraban de que uno de sus cines más queridos y emblemáticos, los Méliès, se veían abocados al cierre debido a las consecuencias de la Covid.

Un mazazo emocional para varias generaciones de cinéfilos. De las instituciones depende que las heridas no sean más dolorosas.

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