Christopher McQuarrie se niega a dirigir 'Star Wars' por culpa de los fans tóxicos

Con cuatro películas dirigidas –la última, Misión: Imposible - Fallout, a punto de estrenarse este mes–, un puñado de guiones memorables y un Oscar –por el libreto de Sospechosos habituales– en casa, el director Christopher McQuarrie es de lo mejorcito que puedes encontrar hoy en día en Hollywood en cuanto a talentos sólidos y en ascenso dentro del cine comercial.

Precisamente algo que le vendría muy bien al futuro de Star Wars, considerando que el propio McQuarrie se considera interesado en el universo galáctico. Pero ya nunca más. No verás su nombre en los créditos de una película de Star Wars y eso se lo debes a la oleada de reacciones en contra de Los últimos Jedi que su director Rian Johnson tiene que soportar día sí y día también en las redes sociales por parte de fans tóxicos de la saga con una forma particularmente grosera y reaccionaria de expresar a todas horas su desacuerdo con el rumbo tomado por la franquicia.

El lamentable espectáculo pudo contemplarse hace unos días en los perfiles de Twitter de ambos directores. Rian Johnson indicó en un tuit a sus seguidores que su amigo McQuarrie era una gran fuente de sabiduría y consejos sobre realización cinematográfica e inmediatamente las respuestas (con mención a McQuarrie) se llenaron de insultos relacionados con Los últimos Jedi. Lo típico en el feed de Johnson, por desgracia; pero es un tipo de reacción que dejó a McQuarrie perplejo.

"Amigo mío, tras unos minutos de esto no sé cómo todavía sigues en Twitter. Me habría gustado hacer una película de Star Wars algún día. Ya se me ha pasado", escribió después McQuarrie. El guionista de Sospechosos habituales y Al filo del mañana es la clase de talento fresco y con ideas propias que podría haber dado a Star Wars un giro igual de reconstituyente que el de Rian Johnson en Los últimos Jedi, pero resulta comprensible que McQuarrie se lo replantee si este ruidoso panorama de animadversión es lo que se va a encontrar después.

A pesar de todo, recordemos que los ataques furibundos contra Los últimos Jedi suelen partir de un tipo de fan rabioso muy concreto; los que tienen reservas realmente racionales o sensatas hacia aspectos del filme también disponen del decoro suficiente para no vomitar insultos sobre su autor cada vez que se lo cruzan online. Así que aunque sean mayoría los espectadores encantados con el rumbo tomado por la película de Johnson, el ruido tóxico suele provenir de los mismos escandalosos teclados.

Unos que no solo han alejado a McQuarrie del universo galáctico, sino también de los blockbusters de superhéroes.

"Después de lo que he visto esta noche, creo que paso [de hacer películas de superhéroes]", contestó el cineasta a un seguidor que le preguntó por esa posibilidad, tras tener en su currículum reescrituras del guion de Lobezno inmortal. "Me considero ante todo un creador de entretenimiento. Trabajo para el público. Pero hoy me he encontrado con gente para la que no podría trabajar nunca", concluyó McQuarrie.

¿Algún "logro" más que atribuir a los fans tóxicos de Star Wars? Que uno de los nombres más habitualmente asociados a una futura secuela de El hombre de acero quede definitivamente tachado de la lista.