Estoy pensando en dejarlo

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El algoritmo de Netflix dice “horror, thriller”; más de un espectador pensará: “paja mental”. Al menos, eso dirá quien esté poco familiarizado con la obra de Charlie Kaufman. El guionista y director es algo así como la versión indie de Christopher Nolan. Si Nolan tortura nuestro cerebro con la excusa de la acción, Kaufman ni siquiera nos hace esa concesión. Sin embargo, aunque aparentemente alejados en fondo y forma, las películas más osadas de ambos parten de una misma premisa: contar (o filmar) desde la subjetividad radical de unos protagonistas en una profunda crisis de identidad. Probablemente Kaufman, menos presionado por la taquilla, haya llevado este principio más allá que Nolan. Sus películas no son narraciones, sino paisajes mentales. Intenta explicar por dónde quedan los límites de la percepción cuando no obedecen a los cánones convencionales. Por eso carecen de coherencia y verosimilitud, lo que provoca el desconcierto e irritación de algunos espectadores y el interés casi detectivesco de sus fans. Su sistema es sencillo y recurrente: busca en un compendio de psiquiatría una anomalía y construye un guion que pretende reproducir la visión del mundo de esa mente enferma. Lo hizo en Synecdoche, New York, con el Síndrome de Cotard y en Anomalisa con el Síndrome de Frégoli.

Aquí, en vez de consultar literatura médica, le ha echado un ojo a una novela de Iain Reid. Es un gran avance para Kaufman que, imaginamos, le habrá costado lo suyo en ingesta de ansiolíticos habida cuenta de que, en El ladrón de orquídeas, nos contó lo difícil que es para él enfrentarse a semejante tarea. La novela de Reid es una interesante revisión de terror psicológico emparentado con novelas como El otro, de Thomas Tryon o La fábrica de avispas, de Iain Banks. Kaufman mantiene su estructura. Un monólogo interior de una chica (excepcional Jessie Buckley), que viaja en un coche por un paisaje nevado al encuentro de la familiar de su novio (no menos brillante Jesse Plemons). La presencia de Plemons y la nieve nos recuerdan a la segunda temporada de Fargo. Los silencios, reproches y miradas a Cold War, con la que comparte director de fotografía, Lukasz Zal. Una heladería, a cierta Carretera perdida de cierto David Lynch.

Todo cambia cuando llegan a su destino. Tres escenarios para tres personajes: el coche, una casa que hará las delicias de las divagaciones psicoanalíticas de Slavoj Zizek, y un instituto que es la clave de bóveda del desbarre. ¿Qué ocurre y por qué ocurre? Kaufman no es un sádico ni un loco, y va dejando pequeñas pistas para que tengamos claro qué reblandece la sesera de sus protagonistas. Es un hilito de Ariadna del que el espectador debe tirar para entender lo que está pasando en la pantalla. Puede ser el nombre de un hotel, o de un protagonista. En este caso, hay que fijarse en fotografías, en agendas telefónicas y en referencias cinematográficas. Muy especialmente, en Una mujer bajo influencia, de John Cassavetes. Unidas todas las pistas, se obtiene una explicación convincente (aunque para algunos no satisfactoria), de lo que sucede en pantalla. Como en la reciente Tenet de Nolan, requiere tiempo y dedicación construir el puzzle. Ya decimos que Kaufman pretende mostrar fogonazos antes que contar historias. Es una estrategia arriesgada que tiene la ventaja y el inconveniente de que, puestos a mapear el cerebro, todo vale. Incluso conversaciones plúmbeas sobre cine o literatura o dos números musicales finales bastante insoportables, aunque también aporten pistas para dar algo de coherencia a la pesadilla kaufmaniana.

Entre los que nos dedicamos a esto del cine, se ha convertido en un lugar común que la gente que trabaja con Netflix te diga que “les han dado total libertad”. Servidor nunca se lo había acabado de creer… Hasta que ha visto Estoy pensado en dejarlo. Una película que, frente a la dictadura del guion mecánico dictado por los algoritmos, revienta cualquier tipo de estructura convencional del cine y los servicios de streaming estadounidenses. La obra de un cuerdo obsesionado con retratar la demencia.

Valoración:

FICHA TÉCNICA

Estoy pensando en dejarlo
  • Director:

    Charlie Kaufman

  • Género:

    Drama, Intriga

  • País:

    Estados Unidos

  • Sinopsis:

    Una mujer con series dudas sobre su relación con su nuevo novio acompaña a este a conocer a sus padres, quienes viven en una remota granja. Un viaje que será muy distinto a lo imaginado.

  • REPARTO: Toni Collette, David Thewlis, Jessie Buckley, Jesse Plemons, Colby Minifie

  • GUIÓN: Charlie Kaufman

  • VEREDICTO: Un viaje no apto para todos los gustos al fondo de la mente humana.

  • DURACIÓN: 134 min.

  • DISTRIBUIDORA: Netflix

  • ESTRENO: 04/09/2020

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