Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Naranjito en Checoslovaquia

Naranjito en Checoslovaquia
Naranjito en Checoslovaquia
Naranjito en Checoslovaquia

Iluso, imaginaba yo que en la Checoslovaquia de los primeros 80 las paredes de las habitaciones de los adolescentes estarían ocupadas por estampas de Emil Zatopek o Masopust, por afiches robados de Trenes rigurosamente vigilados y, sobre todo, por imágenes de aquel equipo que ganó la Eurocopa de 1976 con Antonin Panenka al frente. Vaya chasco. La profesora, curiosísimo filme eslovaco dirigido por Jan Hrebejk [crítica de la película]me sacó de mi ensoñación. No hay ni rastro de aquellos ídolos checoslovacos en este relato sobre la sombra del abuso de poder y la corrupción en la última década de régimen comunista, una película plasmada inteligentemente a pequeña escala, en un colegio, donde una profesora saca provecho de las miserias morales y sociales de todo lo que le rodea. El que luce sobre el papel pintado ochentero de la Bratislava de 1983 (diez años antes de que el país se dividiera en dos) es Naranjito, la mascota de nuestro Mundial. Eso pensaron los responsables de la película que lo usaron para ilustrar mejor aquella época al más puro estilo Cuéntame. Lo curioso es que el papel de la selección checoslovaca en aquel campeonato del mundo de 1982 fue muy discreto. Nada por lo que estar orgulloso.

El fabuloso penalti de Panenka ante el alemán Sepp Maier en la final europea de 1976 ha borrado de nuestra futbolística memoria otro dato curioso que sucedió a la sombra de Naranjito: los dos únicos goles de Checoslovaquia en España'82 fueron de Antonin Panenka, y ambos, cómo no, desde el punto de penalti. Sin tanta prosopopeya como el de la histórica tanda de penales de Belgrado, por supuesto. Aquella selección que jugó sus partidos en San Mamés y el Nuevo Zorrilla no pasó de la primera fase, enmarcada en el grupo D: fracasó contra Kuwait con un empate a 1. Perdió 2-0 contra Inglaterra en una tarde inspirada de Tremor Francis, y empató pírricamente contra Francia, 1-1. Dos tantos de penalti, y poco más. Los Panenka, Berger, Kukucka, Nehoda y Stromsik, a las órdenes del histórico Josef Venglos, no dieron la talla seis años después de coronarse como los mejores de Europa. Un fracaso que encumbró a Naranjito. Y eso que probablemente en Bratislava no vieron esa maravilla en dibujos animados que fue Fútbol en acción. 

P.S. Por cierto, la otra imagen futbolera que puede apreciarse debajo de la mascota mediterránea en el plano de La profesora es una foto de la final de aquel Mundial 82, celebrada en el Santiago Bernabéu de Madrid, entre Italia y Alemania. Rummenigge y Dino Zoff posan junto al trío arbitral como los capitanes de las selecciones de Alemania e Italia, en un encuentro que terminó 3-1 a favor de los azzurri, campeones del mundo por tercera vez tras 1934 y 1938 (antes de ganar un cuarto título en 2006).

Naranjito en Checoslovaquia

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