OPINIÓN

Duke Nuken Forever: Hail to the king, baby!

Duke Nuken Forever: Hail to the king, baby!
Duke Nuken Forever: Hail to the king, baby!
Duke Nuken Forever: Hail to the king, baby!

Ha tardado más de diez años en llegar. Tal vez sea el juego más esperado del mundo, o al menos, el juego pro el que más hemos esperado en el mundo. Pero ya está aquí. Sigue siendo grande, macarra y peligroso. Y con las bolas de acero.

Nos han mareado mucho: que si lo cancelan, que si le cambian el motor gráfico… Muchas penurias durante más de una década para la legión de seguidores este musculoso rubio oxigenado. Le hemos visto detener invasiones alienígenas en antiguos juegos de scroll lateral y disfrutamos con él de uno de los mejores shotters en primera persona que se recuerdan, allá cuando el CD-ROM era lo más. Y ahora Duke ha vuelto para repartir “café o leche” a todo lo que se mueva. ¿Ha merecido la pena?

En BAZINGA somos unos grandes fans de Duke Nukem, y esperábamos este nuevo juego con entusiasmo e ilusión casi infantil. Así que cuando la maquinaria publicitaria comenzó a llenarnos la cabeza de armas de fuego de proporciones exageradas, grandes alienígenas ciclópeos y atractivas rubias nuemáticas algo en nuestro interior comenzó a alegrarse con el núcleo de un reactor nuclear japonés tras un terremoto. Así que con el juego ya en nuestras temblorosas manos (por el entusiasmo) nos disponemos a disfrutar del descacharrante mundo de vísceras verdes y munición de Duke.

Duke Nuken Forever: Hail to the king, baby!

Y para empezar… El juego viene doblado. Siempre nos quejamos de que muchos juegos no nos llegan doblados y traducidos y en este caso, nuestros ninjas han realizado al unísono un “facepalm” porque hemos perdido la única, original e inimitable voz de Duke. El trabajo de Jon St. John que tan buenos ratos nos hizo pasar con su personalización de Duke queda algo desdibujado. El actor de la versión española (el mismo actor que dobla a Bryan en Padre de Familia) hace un excelente trabajo, pero por el camino hemos perdido esos geniales “I’ve got balls of Steel”. Dicho esto, y aunque el trabajo de traducción y doblaje es excelente, hemos perdido algo del carisma del personajes.

Han pasado 12 años desde que Duke detuvo la invasión extraterrestre a golpe de… De golpes, esencialmente. Y desde entonces se ha convertido en un ídolo mundial. El éxito hecho músculo. Pero su vida, sin una buena batalla de por medio, empieza a ser aburrida. Menos mal que los aliens han decidido volver a las andadas y comienzan a atacar la ciudad y a secuestra a todas las chicas guapas. Han alegrado el día de Duke. El juego comienza haciendo gala del mismo humor malsano al que Duke nos tiene acostumbrado. Retretes, referencias paródicas y jóvenes gemelas de activísimas hormonas sexuales. Y a partir de ahí es todo acción, risas y chicas guapas.

Duke Nuken Forever: Hail to the king, baby!

Según avanzamos por el juego iremos mejorando nuestro armamento (lo que multiplicará nuestra diversión), aumentará el tamaño de nuestros enemigos (y su número, lo que significa “todavía más diversión”) y nos presentará diferente mini juegos (diversión al cubo). Desde partiditas a una máquina de pinball a jugar con un coche teledirigido, disfrutaremos de estos pequeños detalles entre tanta matanza alien. También hay un montón de retos locos, como levantar pesos en el gimnasio dela Duke-Cueva (sí, nosotros penamos lo mismo que tú sobre eso) o usar determinados elementos del entorno para terminar con nuestros enemigos de la forma más dolorosa y descacharrante posible. El juego evoluciona exponencialmente en macarrismo, violencia, sin sentidos y humor, algo que nos encanta. Una mezcla de shotter, Jack-ass e Invasión a la Tierra. Y nosotros tan contentos.

A pesar de que es un juego terriblemente divertido, tenemos que reconocer que técnicamente se ha quedado corto respecto a otros títulos “Triple A”. Los gráficos parecen tener algunos años de antigüedad, sin el acabado y el detalle del que hacen gala otros títulos punteros del momento. El sonido, atronador (y acompañado de una banda sonora muy cañera) se vuelve monótono y tiene bastante poca profundidad. El punto fuerte de Duke Nuken Forever es la jugabilidad. Sin salirse de la mecánica “shooter” ofrece misiones bastantes variadas, como las de conducción.

Duke Nuken Forever: Hail to the king, baby!

Nos da la sensación e que Duke Nuken forever necesitaría de algo más de trabajo, de pulido. Hemos esperado más de diez años, podríamos esperar un año más, ¿no?. Pero lo importante es que es un juego divertido. Muy, muy divertido. Sus carencias técnicas son suplidas por un disfrute malsano del universo de Duke Nukem que lo compensa. Diversión a borbotes y con olor a gasolina, no apto para puristas del género, perfeccionistas y gente de bien en general.

Y por supuesto, NO APTO PARA NIÑOS.

Esto es BAZINGA, donde los juegos que vienen con cerveza, pizza y rubias fáciles no son un juego, son una fiesta.

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