Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Crítica de 'Messi' [Extended Edition]

Crítica de 'Messi' [Extended Edition]
Crítica de 'Messi' [Extended Edition]
Crítica de 'Messi' [Extended Edition]

“Me llamo Leo y juego de mediapunta”. Al margen de su certerísima autodefinición, la figura Messi es un misterio y a la vez una fiesta. Tal vez por eso, apadrinado por Jaume Roures, culé y cruyffista confeso (y, por tanto, a favor de corriente), Álex De la Iglesia pretende resolver el enigma Messi celebrando a Messi. Y es cierto que su documental funciona mejor como festejo de su juego que como indagación sobre su persona. No hay rastro de Messi, quizá porque eso es Messi.  Es la película que gozaríamos 10 años después de la retirada del crack, quizá no la que pide la actualidad (a veces insufrible) del mundo del balón. Uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos (incita al debate, pero la película, a través de sus participantes, evita inteligentemente el ranking) es puro fútbol, por eso la duda, ante la imposibilidad de adentrarse en su personalidad, ¿por qué celebrar a Messi en el cine cuando todavía puede hacerse en el campo?

“Qué lindo sería ser Messi durante 5 segundos, para saber qué se siente”. Una frase del futbolista Mascherano, clarividente, es en realidad la razón última de haber reunido a este curioso catálogo de futbolistas, entrenadores, periodistas, escritores y futboleros en un restaurante alrededor de una mesa (quizá la impronta gastronómica del origen vasco del director haya sido decisiva en esto), entusiasmados ante la idea de dar razón de uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos, rendidos ante el crack, entre recreaciones de su infancia e imágenes de archivo. Era una opción lícita, que contentará a los futboleros bienintencionados, con un plus de orgullo para los aficionados culés, pero no es la más arriesgada (raro para un cineasta siempre valiente): quedan flecos, (su padre, Hacienda, los vómitos misteriosos, su papel en la selección), algunos esbozados, con poco hueco entre lo evocado en imágenes de archivo y lo narrado en recreaciones de ficción, pero, ¿cabían aquí? Seguramente, pero tampoco habrían explicado mejor a un personaje que sólo puede explicarse con el balón o a través de los demás.

“Dejá que los demás hablen”, cuenta Diego Armando Maradona. Messi, su descendiente futbolístico, le hace caso continuamente. Álex de la Iglesia, que se reconoce poco futbolero, también. Es palabra de Dios, y este filme no deja de ser una interesante hagiografía en el limbo de las vidas de santos.

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