Al trencilla Ortiz de Mendíbil se le paró la vergüenza además del reloj y alargó 10 minutazos aquel Real Madrid-Barça de 1966, hasta que Veloso marcó el 1-0 final para los blancos. Quizá para compensar aquel oprobio, David Trueba, como siempre que puede en sus películas, incluyó esta referencia futbolera que amarga a Ramón Fontseré en Vivir es fácil con los ojos cerrados. Hizo más el cineasta y escritor colchonero: aprovechó también para hacer un guiño a su amigo Josep Guardiola y le ofreció un papelito a su padre, don Valentí.
Guardiola senior interpreta al veterano peluquero que acude a casa del matrimonio de Jorge Sanz y Ariadna Gil a cortar el pelo a toda la familia, entre ellos el hijo mayor, que no quiere raparse las greñas beatlemaníacas, y escapa de casa hasta llegar a Almería con la ayuda del maestro al que dio vida Javier Cámara. Allí espera John Lennon, aire fresco lejos del silbato de Ortiz de Mendíbil y de las tijeras de Guardiola.
*Texto sobre Vivir es fácil con los ojos cerrados (David Trueba, 2013) para la revista Panenka #52.
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