Así es 'Veneno', la épica historia de un icono televisivo y ejemplo de visibilidad trans

Tragedia, thriller, terror y visibilidad trans en la serie de los Javis sobre La Veneno que ha estrenado Atresmedia. Hablamos con uno de sus directores.
Así es 'Veneno', la épica historia de un icono televisivo y ejemplo de visibilidad trans
Así es 'Veneno', la épica historia de un icono televisivo y ejemplo de visibilidad trans
Así es 'Veneno', la épica historia de un icono televisivo y ejemplo de visibilidad trans

“La vida de La Veneno es una tragedia, es un thriller, roza casi el terror”. Con estas palabras se referían hace unos meses los Javis a la historia de Cristina Ortiz Rodríguez, conocida por todos como La Veneno.

Pero, según los directores y productores, ella nunca la miró así: “Siempre se la tomó con humor, valentía e imaginación. Por eso, La Veneno es nuestra heroína. Porque aunque Veneno es la historia de una mujer transexual en una época donde las personas transexuales estaban consideradas el último escalón social, ella nunca se sintió una víctima. Ella siempre fue una luchadora”.

No les falta razón. Cristina luchó para huir de su pueblo natal, donde prácticamente desde que nació tuvo que enfrentarse a la incomprensión familiar y las burlas de sus vecinos. Luchó con uñas y dientes para escapar a principios de los noventa a Madrid y llegar a aceptar su propia identidad trans. También luchó para sobrevivir al oscuro mundo de la prostitución al que se vio abocada y para asimilar la fama que le brindaría su fortuito trabajo en un conocido programa de televisión presentado por Pepe Navarro. Luchó para intentar asimilar que la popularidad viene y va, y que no tiene mucho sentido quedarse anclado en el pasado.

Y toda esa lucha está plasmada en Veneno, la principal apuesta de la nueva plataforma de pago de Atresmedia: una serie de ocho capítulos creada por los Javis y basada en ¡Digo! Ni puta ni santa: Las memorias de La Veneno, la biografía que la periodista Valeria Vegas publicó en octubre de 2016.

“La serie está basada en la relación que se genera entre Veneno y Valeria, y a partir de ahí, todo lo que viven juntas y todo lo que la primera le cuenta a la segunda. Representan dos generaciones de mujeres trans con realidades diferentes, y gran parte de la miga de la serie está en ese cruce de caminos vitales”, comenta a CINEMANÍA Álex Rodrigo, que ha dirigido los capítulos cuarto y sexto de la serie; de momento está disponible en Atresplayer Premium el primero de ellos, titulado La noche que cruzamos el Mississippi.

El director y realizador explica que existen dos líneas temporales en la serie: el presente, con Valeria y una Veneno cuarentona; y el pasado, que es la historia de Veneno desde su infancia. “El primero es más realista-costumbrista y la propia Valeria ha estado en la fase de guion, y el pasado tiene un importante componente de fantasía. En lo luminoso y también en lo oscuro. La mezcla de comedia y drama pasa por el tratamiento de cada secuencia. No obsesionarse con hacer reír y llorar todo el rato, sino dejar que cada momento encuentre su tono, y una vez que lo tienes claro catapultarlo al máximo. Lo que tiene la serie es mucha epicidad emocional”, señala Rodrigo.

A esa epicidad contribuye, entre otras cosas, el estupendo trabajo de sus tres actrices protagonistas, Isabel Torres, Daniela Santiago y Jedet, que se meten en la piel de Cristina La Veneno en distintas etapas de su vida. “Trabajar con Isabel, Dana y Jedet es como redescubrir la dirección de actores día a día”, apunta Rodrigo. “Llegan al set con tanta fuerza y tanta energía que dan ganas de quedarse horas ensayando, porque en cada ensayo salen cosas nuevas que superan lo que traías pensado. Son extremadamente dúctiles, extremadamente sensibles, y a la vez tienen una idea muy clara de cómo era Cristina. Con lo cual es muy fácil trabajar: tú les explicas una emoción o pulsión que han de sacar en la secuencia, y ellas lo venenizan. Es mágico verlas”.

Así es 'Veneno', la épica historia de un icono televisivo y ejemplo de visibilidad trans

También parece estar resultando mágica para la mayoría de los implicados la fase de rodaje de esta gran producción, que ha contado con el trabajo de 132 actores –amigas y conocidas de la propia Cristina, entre ellos– y 150 técnicos, aunque ahora mismo se encuentra paralizado debido a la crisis del coronavirus. “Ver a Paca la Piraña llamando Cristina a Isabel Torres sin estar rodando es impagable”, bromea Rodrigo, que destaca una anécdota ocurrida durante el rodaje de la llegada de neonazis en los años noventa al Parque del Oeste para pegar a prostitutas trans. “Toda la figuración está compuesta de chicas trans y a alguna le tocó en su día defenderse de situaciones similares. Así que, en medio de la acción, un par de ellas se dejaron llevar por la emoción y le zurraron de verdad con el tacón al especialista que hacía de neonazi. ¡Yo estaba flipando con el realismo de la escena! No pasó nada grave, pero el chaval se llevó un susto. Ellas se disculparon y todos nos reímos al final”.

Hubo una época en la que La Veneno también reía. Y mucho, además. Durante algo más de un año, Cristina se convirtió en todo un fenómeno televisivo gracias a su espontaneidad y soez verborrea. Habló sin tapujos, frente a audiencias millonarias, de temas tan tabú como la prostitución callejera y la transexualidad, encadenó un bolo tras otro y ganó bastante dinero. Sin embargo, nunca supo desprenderse de novios-sanguijuelas y representantes abusones, y aquello le acabaría pasando factura.

Cuando aquella época de bonanza terminó y el teléfono dejó de sonar, la artista no supo cómo digerir el ocaso mediático y se vio incapaz de salir adelante con la pensión no contributiva de apenas 300 euros que cobraba. Después de verse envuelta en una estafa al seguro de su piso, se vio obligada a pasar tres años en prisión; saldría de allí en 2006, pesando más de 120 kilos y muy deteriorada físicamente. Volvió al ruedo televisivo poco después, pero su adicción a los chulos se acabaría convirtiendo en su perdición definitiva.

El 9 de noviembre de 2016, pocas semanas después de que sus memorias vieran la luz, Cristina falleció de forma trágica debido a una caída accidental en su domicilio del madrileño barrio de Tetuán, y tras permanecer varios días en coma en la UCI del Hospital Universitario La Paz de Madrid. Su hermana Belén Ortiz, que vivió aquella etapa con bastante dolor, asegura ahora que ha sido incapaz de contener las lágrimas después de ver el tráiler de Veneno. “Ha sido muy difícil todo”, explica a nuestra revista. “Espero que la serie sea lo más realista posible y que se conozca a la persona que había detrás del personaje. Creo que mucha gente va a sorprenderse, ya que pocos conocieron a la Cristina de verdad y su historia. Ahora debe estar orgullosa por ese reconocimiento y creo que, en ocasiones como esta, se hace justicia. Ella ha dejado huella y no pasaba desapercibida”.

Es obvio que Cristina nunca pudo pasar desapercibida para los españoles (ni tampoco quiso hacerlo, vamos). Tanto es así, que la artista se convirtió en el personaje español más googleado del año 2016. ¿Sorprendente? No tanto, sobre todo si uno tiene en cuenta que hablar de Cristina La Veneno es hacerlo de todo un ejemplo de valentía, lucha y visibilidad trans en tiempos muy difíciles para este colectivo.

“La serie es un homenaje y reivindicación, no solo de La Veneno, sino de la cantidad de personas que han luchado antes que nosotros por conseguir los derechos LGTB de los que ahora podemos disfrutar”, asegura Javier Ambrossi. Porque Veneno es, por encima de todo, un maravilloso homenaje a todos los relegados a la última fila, y también a los que luchan a golpes por llegar a la primera.

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