La historia real de Joe Exotic, el excéntrico protagonista de 'Tiger King'

Cómo Joe Exotic se hizo con casi dos centenares de grandes felinos, su enemistad con Carole Baskin, los intentos de asesinato y las sospechas de la serie de Netflix.
La historia real de Joe Exotic, el excéntrico protagonista de 'Tiger King'
La historia real de Joe Exotic, el excéntrico protagonista de 'Tiger King'
La historia real de Joe Exotic, el excéntrico protagonista de 'Tiger King'

Joseph Maldonado-Passage tenía 13 años cuando supo que era gay. Su padre llevó fatal aquel hallazgo y él, desesperado, se tiró un día por un puente con el coche. Como consecuencia de aquel intento de suicidio, se rompió la espalda y tuvo que estar cinco años en recuperación.

“Fui a terapia en Florida y mi vecino, que era el director de Lion Country Safari, llevó a casa un montón de cachorros de león y de mono para darles biberón. Ahí empezó mi atracción por los animales exóticos”, explica Joseph, más conocido como Joe Exotic, en la docuserie Tiger King, penúltimo fenómeno lanzado por Netflix.

Joe Exotic, un tipo bastante hortera y amante de las armas, se convirtió en 1999 en el propietario del Greater Wynnewood Exotic Animal Park (G.W.), un zoológico de carretera que él mismo construyó en un campo vacío comprado en la zona de Wynnewood, Oklahoma. También intentó meterse en política y se convirtió en todo un showman después de grabar un par de discos de música country, protagonizar un reality sobre su vida y crear su propio programa de televisión, un peculiar espacio emitido a través de internet y que contó con un puñado de seguidores desde el principio.

G.W. albergaba (y explotaba a) 187 grandes felinos y contaba con un puñado de empleados dispuestos a dedicar horas y horas a su excéntrico jefe por sueldos ridículos. Pero, sobre todo, se erigió como una suculenta fuente de ingresos para Exotic, que solía coger cachorros de tigre, los metía en un semirremolque y los llevaba a centros comerciales para que la gente pudiera tocarlos y hacerse fotos con ellos (previo pago, por supuesto). “He aprendido de ellos y son mi terapia. Pero los protectores de animales no dejan de decir que no puedo tener a los tigres”, comenta Exotic en el documental.

La cosa parecía irle fenomenal hasta que, en 2006, una controvertida activista defensora de los derechos de los animales llamada Carole Baskin se cruzó en su camino. Carole, considerada por algunos como la ‘Madre Teresa’ de los felinos, consiguió que cancelaran los espectáculos de Exotic en los centros comerciales, creó una página web sobre abusos a animales –en la que el tipo aparecía día sí día también– y defendió públicamente la necesidad de aprobar una ley que prohíba la tenencia de animales exóticos como mascotas y que los exhibidores permitan su contacto con el público; algo plausible teniendo en cuenta que EE UU tiene en cautiverio más felinos de los que existen en el resto del planeta.

Viendo peligrar su negocio, Exotic empezó a insultar y amenazar de muerte a la activista de forma privada y pública. Pero ella, alérgica a los gatos y obsesionada con los estampados felinos, decidió seguir a lo suyo. Baskin estaba al frente de Big Cat Rescue, un santuario de grandes felinos que había fundado en Tampa, Florida, a principios de los noventa junto a su segundo marido, el millonario Don Lewis –desaparecido en extrañas circunstancias en verano de 1997 y declarado oficialmente muerto cinco años después–, y donde se albergaba a huéspedes dispuestos a pagar por pasar la noche allí con un felino en su cabaña.

El misterio en torno a la desaparición de Don Lewis, cuyo cuerpo nunca fue encontrado, sirvió para que Exotic y otros explotadores de grandes felinos arremetieran contra Carole, asegurando que fue ella quien acabó con la vida de su esposo y le dio de comer después su cuerpo a los tigres. Ella, que nunca fue acusada por ese asunto, siempre ha mantenido que Don Lewis se perdió mientras viajaba en su avioneta a Costa Rica, aunque aquella explicación no convence a muchos.

Investigación reabierta

Sin ir más lejos, hace unos días Chad Chronister, sheriff del Condado de Hillsborough, Florida, inició una campaña a través de su perfil en Twitter escribiendo que “Ya que Netflix y la cuarentena por el coronavirus han hecho que Tiger King cause furor, pensé que era un buen momento para pedir nuevas pistas”, junto a una imagen del tal Don Lewis y el teléfono de contacto de la oficina del sheriff.

Algunos llevan años desconfiando de la aparente bondad de una mujer que, en el fondo, hacía lo mismo que la persona a quien criticaba constantemente: sacar provecho de los animales exóticos para ganar dinero.

Sea como fuere, el negocio de Exotic se acabó yendo a pique varios años después y la guerra entre el de Kansas y Baskin se recrudeció a tal punto que el susodicho decidió contratar a un sicario para que matara a su archienemiga. Exotic se acabaría poniendo en contacto con un matón que resultó ser un agente encubierto del FBI y, en enero de este año, fue condenado a 22 años de prisión por aquel intento de asesinato.

Los sucesos relatados en los siete episodios de la docuserie resultan tan disparatados y adictivos que ya han cautivado a una legión de espectadores ávidos de polémicas culebronescas y podrían llegar a contar con una especie de segunda parte.

De momento, la actriz Kate McKinnon ha anunciado que convertirá la historia en una miniserie de televisión que ella misma protagonizará dando vida a Baskin. Ahora bien, ¿cómo logrará superar esa nueva serie el surrealismo y los giros de Tiger King? Eso es todo un misterio. Como la verdad detrás de los delitos que de una u otra forma salpicaron a sus dos excéntricos protagonistas.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento