6 de noviembre de 1983, Hawkins (Indiana). Will, de 12 años, desaparece en extrañas circunstancias... Así daba comienzo al fenómeno seriéfilo del año pasado. Stranger Things, la ficción de Netflix firmada por los hermanos Duffer, se hizo un hueco entre el público nutriéndose del factor nostalgia y de los clásicos de los 80. Ahora, la serie está de regreso con una segunda temporada que aterrizará en la plataforma de VOD este viernes, 27 de octubre.
Nosotros ya hemos visto la segunda entrega de la serie y hemos podido encontrar detalles que nos han entusiasmado, así como aspectos que nos han dejado más fríos. ¿Es Stranger Things un fenómeno puntual y pasajero? ¿O se consolidará la strangermanía con esta segunda entrega? Aquí te lo contamos... ¡SIN SPOILERS!
Nos ha gustado... su afán de superación
Tras la exitosa acogida de la primera temporada, los Duffer han tenido que lidiar en esta segunda entrega con las altas expectativas de un fandom que los seguiría hasta el Otro Lado y más allá. Y han salido airosos. La nueva temporada de Stranger Things es más épica, más emocionante y más terrorífica que su predecesora. Sus últimos capítulos dan buena prueba de ello: prometemos por Barb un clímax final más sobrecogedor que el de la primera entrega.
No nos ha gustado... que le cuesta arrancar
Sí, esta segunda entrega llega cargada de acción y emociones fuertes, pero estos se hacen de rogar. A la nueva temporada le cuesta explotar todo su potencial y la magia de la serie en sus primeros episodios, más enfocados en ahondar en lo que ya sabemos: que Mike echa mucho de menos a Eleven, que Will sufre visiones desde que regresó del Otro Lado, que Nancy se siente culpable por lo que le pasó a Barb, o que a Dustin y Lucas les gusta la chica nueva de clase, Max.
Nos ha gustado... el mayor protagonismo de estos secundarios
Si algo ha mejorado esta temporada respecto a la anterior, es que por fin hemos podido disfrutar de los secundarios de la serie. Liberados del romance entre Eleven y Mike, ha llegado el momento de disfrutar de Gaten Matarazzo, así como del entusiasmo contagioso y la ternura de su Dustin. El 'Goonie' con una enfermedad genética llamada displasia cleidocraneal y sus sonidos guturales se comen con patatas a sus amigos de recreativos y carreras en bicicleta. Además, el bueno de Dustin se alía ahora con otro secundario que, a diferencia de la primera temporada, brilla con luz propia: Steve (Joe Keery) ha pasado de ser el novio engreído de Nancy que todos pensábamos que iba a morir, a un personaje imprescindible, armado con el bate de Negan y mentor de Dustin en cuestiones tales como qué hacer para conseguir un pelo Pantene y cómo ligar. No podrás resistirte a esta dupla.
Asimismo, tampoco debemos olvidarnos de Will, quien hacía estallar toda esta odisea tras desaparecer en la primera temporada. Sin embargo, su travesía por el Otro Lado nos privó de verlo en acción junto a sus amigos. En esta segunda temporada, se ha convertido en uno de los personajes más entrañables a la vez que aterradores de la trama, y todo gracias a la magnífica interpretación de Noah Schnapp.
No nos han gustado... Nancy, Jonathan ni ¡Eleven!
Como acabamos de decir, Steve se ha ganado a pulso el título de uno de los mejores personajes de esta segunda temporada, pero los otros dos vértices del triángulo amoroso que protagonizaba en la primera entrega no han corrido la misma suerte. Desde el primer capítulo hasta el último, Nancy (Natalia Dyer) y Jonathan (Charlie Heaton) sigue siendo los 'héroes' más prescindibles de la serie, por mucho que intenten redimirse tratando de hacer justicia en nombre de Barb (hasta el fan más acérrimo de la pelirroja desparecida rezará para que estas escenas pasen pronto).
Y luego está Eleven, el gran descubrimiento de la serie y el secreto mejor guardado de la segunda temporada. Poco podemos adelantar sobre lo que hemos visto de ella. La telépata devoragofres vuelve con pelo rizado, pero sin un arco narrativo mínimamente interesante para tratarse de una de las mejores heroínas de acción de la pequeña pantalla de 2016. Los gofres, sus poderes y su sangrante nariz siguen ahí, al igual que el carisma de Millie Bobby Brown, pero ni por esas consigue estar a la altura de aquella Furiosa parca en palabras y con complejo de E.T. que descubrimos hace un año.
Nos han gustado... los nuevos personajes
Los nuevos vecinos de Hawkins te van a gustar tanto, que vas a preferir que la nueva amenaza que acecha al pueblo se lleve consigo a algún veterano antes que a ellos. En primer lugar, los que estáis llorando por la ausencia de Eleven, respirad tranquilos; Max (Sadie Sink), la skater pelirroja, viene para robar el corazón de Lucas, Dustin y los espectadores. ¿Cómo? Es capaz de vencer a cualquiera de nuestros 'Goonies' en los recreativos, y desprende carácter y personalidad a raudales. Pero Max no es la única pequeñaja que alardea de astucia femenina en la serie. No hay nada que Lucas pueda hacer para destacar cuando su hermana pequeña, Erica, aparece en escena.
En cuanto a los adultos, Sean Astin (¿hay algo más ochentero que recuperar al líder de Los Goonies?) se mete en la piel del nuevo novio de Joyce (Repetimos: ¿Hay algo más ochentero que recuperar al líder de Los Goonies? Sí, emparejarlo con Winona Ryder), enamorado de ella desde el instituto, y que aún no se termina de creer que ha conseguido conquistarla. Por muy fans que seáis de Jim Hopper (David Harbour), es imposible que Bob os caiga mal. Y, atento, porque alude a cierto tesoro pirata en uno de los mejores guiños de la entrega... También destaca la incorporación de Brett Gelman como un teórico conspirativo y alivio cómico adulto. No todo van a ser las caras desencajadas de preocupación de Joyce.
No nos ha gustado... Billy
"Mi personaje está inspirado en Jack Nicholson en El resplandor", ha asegurado Dacre Montgomery sobre Billy, otro de los nuevos vecinos de Hawkins, pero de esos con los que (esta vez sí) no te importaría alimentar al monstruo de turno. El hermanastro abusón de Max se pasa la temporada mostrando abdominales y conduciendo enfurruñado y amenazante. Aunque la ficción ofrece pinceladas de por qué se comporta así a medida que avanza la trama, es un personaje que no aporta nada en estos nueve capítulos, más allá de recordarnos algunos de los peores modelitos de los 80. Esperemos que los Duffer sepan reconducirlo como han hecho con Steve.
Nos ha gustado... que la serie vuelve a abrazar los 80
Si en algo acertaron los hermanos Duffer a la hora de realizar Stranger Things, fue en apelar a esa añoranza del “cualquier tiempo pasado fue mejor”, y más si aderezas el incuestionable legado cultural ochentero con algo de suspense y mucho terror. La serie nos transporta una vez más a esa época en los que los niños hablaban de Terminator o Chinatown, se disfrazaban de los Cazafantasmas, se comunicaban vía walkie-talkie, coleccionaban piezas de la Estrella de la Muerte y vivía al son de Islands in the Stream, Every Breath You Take o Time After Time.
No nos ha gustado... que es más de lo mismo
Al final, vuelve a ser la misma serie homenaje de los 80, en la que unos niños deben enfrentarse a fenómenos paranormales con la ayuda de un sheriff y una madre obsesionada con 'decorar la casa' (esta vez con dibujos de su hijo) para salvar al mundo. La fórmula funciona aún mejor en esta segunda temporada de Stranger Things que en la primera, gracias en gran parte al talento interpretativo de su elenco (tanto veterano como 'novel') y un mejor desarrollo de los personajes, así como a una mayor dosis de acción y emoción. Sin embargo, si los Duffer quieren seguir superándose en futuras entregas, van a tener que mejorar varias subtramas repetitivas y predecibles que amenazan con ser los hilos conductores de futuras temporadas.
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