'Star Wars Rebels': ¿Resucitará el Universo Expandido de la mano de Thrawn?

Todo parecía perdido. Desaparecido para siempre, en uno de esos vórtices cósmicos que anulan realidades enteras, y que, generalmente,  suelen generarse en torno a las mesas de los ejecutivos. Pero, por lo que se ve, hay personajes tan buenos que ni siquiera Disney se anima del todo a prescindir de ellos para siempre. Ahí queda el caso del gran almirante Thrawn: este mandamás del Imperio Galáctico, considerado como uno de los mejores villanos de la historia de Star Wars por los fans más veteranos, pareció haberse desintegrado cuando la casa de Mickey Mouse decidió descartar el llamado 'Universo Expandido', esa acumulación de material relacionado con la saga galáctica que, a lo largo de décadas, se fue gestando en novelas, cómics, videojuegos y demás. Sin embargo, el nuevo tráiler de Star Wars Rebels ha causado enorme pasmo en esta galaxia (y en unas cuantas más) al anunciar su regreso.

Para explicar esto a fondo, conviene recordar quién es Thrawn, de dónde ha salido y por qué los aficionados lo estiman tanto. Creado por el escritor Timothy Zahn en 1991, Thrawn es el único alienígena que logró hacerse con un alto cargo en la Flota Imperial. Debido a su astucia y a su talento bélico, este miembro de la raza Chiss logró salvarse de la escabechina en la Batalla de Endor (aquella que resultó en la destrucción de la Segunda Estrella de la Muerte), y respondió al vacío de poder creado tras la muerte de Darth Vader y el emperador Palpatine proclamándose líder supremo de la Galaxia Muy, Muy Lejana. A lo largo de una trilogía de novelas (Heredero del Imperio, El resurgir de la Fuerza Oscura y La nueva Orden), Thrawn les hizo la vida imposible a Luke Skywalker, Leia Organa y Han Solo, estuvo a punto de desencadenar unas nuevas Guerras Clon e incluso se procuró al doble genético de un maestro Jedi para obtener sus nefandos propósitos. Ah, y también se coronó como un personaje memorable para una generación de warsies que, por entonces, apenas se permitían soñar con nuevas películas.

La vuelta de Thrawn al universo de Star Wars da para hablar largo y tendido sobre la continuidad de la ficción en una era de sagas, franquicias y universos compartidos: aunque Disney haya decidido que Kanan Jarrus, Sabine Wren y demás rebeldes se vean las caras con él, eso no quiere decir que su historia vaya a permancer inalterada. Sobre todo porque la trilogía de Timothy Zahn apareció como secuela literaria de la primera trilogía, con lo que su historia ha quedado anulada por el estreno de Star Wars: El despertar de la Fuerza. Ahora bien: el hecho de que Disney haya dado luz verde para repescar al personaje indica que el Universo Expandido no está tan muerto como pensábamos.

Y eso es una buena noticia: aunque su calidad sea forzosamente irregular (estamos hablando de una amalgama de libros, tebeos y videojuegos creados por autores dispares a lo largo de casi tres décadas), dicho universo contiene material muy estimable y, además, muy querido por muchos seguidores de la saga. Ahora sólo cabe preguntarse cómo piensa manejar Disney semejante carga de contenido. Por ejemplo, más de uno se estará preguntando ya si el nombre de Mara Jade, aquella asesina imperial de élite a la que Luke Skywalker conoció muy bien (en el sentido bíblico), no estará escrito en el guión del Episodio VIII (o, ya que estamos, en el primer borrador para el Episodio IX). De la misma manera, cabría preguntarse si Beilert Balance, el temible Darth Plagueis, Dash Rendar, Galen Marek y tantísimos otros personajes tienen ahora una esperanza de resurgir.

Nuestra versión sobre la historia es la que sigue: la reaparición de Thrawn es una buena noticia, no sólo por la entidad del personaje, sino también porque eso de tirar a la basura el trabajo de su autor (y el interés de los fans que, leyeron y aclamaron las novelas) estuvo muy feo por parte de Disney. Ahora bien, nos parece muy poco probable que otros personajes y elementos del Universo Expandido vuelvan a formar parte del canon de Star Wars. Desde luego, dudamos muchísimo de que ninguno de los personajes y los planetas que conocimos en dichas obras se incorporen a las dos películas de la nueva trilogía que quedan por estrenarse.

Pero, pese a esto, debemos tener en cuenta que las series (como la propia Star Wars Rebels) y, sobre todo, los spin-off que se estrenarán con el antetítulo de A Star Wars Story (el primero de ellos, Rogue One, está al caer) son un territorio muy diferente. Sometidos a un control menos rígido por parte de los mandamases de Disney, y considerados hasta cierto punto como material perecedero, esos productos de la saga tienen pinta de estar más abiertos a la creatividad. Debido a ello, tal vez sirvan para que algunos elementos del Universo Expandido vayan reapareciendo con cuentagotas, siempre que la autorización pertinente llegue desde los despachos. Algo que, no lo olvidemos, también es una cuestión de marketing: muchos de los personajes y las historias descartadas por el estudio aparecieron por primera vez hace más de veinte años, y, como saben los expertos en marketing, las dos décadas son la unidad básica de tiempo cuando hablamos de nostalgia. Una nostalgia que, hoy en día, resulta más rentable que nunca.