¿Darías trabajo al director de 'Iron Man 3'?

La idea es tan sencilla como fascinante: Amazon Video, un servicio que solamente funciona en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Japón y Austria, produce el primer capítulo de varias series para después, ponerlos todos a la vez en su portal de Internet. Con ayuda de los votos de sus usuarios, que ni siquiera necesitan estar suscritos para poder ver los capítulos, decide cuáles va a convertir en una serie regular y cuáles habrán de quedarse en simples pilotos. Es el estudio de mercado perfecto,  sí. Pero también es el más caro jamás planteado. Estas son algunas de las que están pendientes de lo que el público decida.

Hubo un tiempo, justo antes de la irrupción de Tarantino, en el que los diálogos más sorprendentes venían firmados por Shane Black, uno de los guionistas más importantes (y millonarios) de las últimas décadas. Black desapareció de la primera línea de fuego tras estrenar Kiss Kiss, Bang Bang y no pudimos reencontramos con él hasta que Robert Downey Jr. le sacó del pozo para dirigir Iron Man 3.

Rehabilitado para la causa (y mientras tiene pendiente el estreno de The Nice Guys), Black se ha aliado con su amigo de la universidad, Fred Dekker (padre de El terror llama a su puerta, Una pandilla alucinante y de algunas de las mejores ideas del guion de Demolition Man) para hacer Edge, una adaptación del western ultraviolento creado por Terry Harknett a lo largo de 61 novelas. En su hora de metraje, Black despliega toda su artillería y lleva su apología de lo macarra tan al extremo, que le da igual que en mitad de un tiroteo se le cuele la sombra de la cámara.

A pesar del título, no es una serie de zombies, aunque quizá hable de algo todavía más tenebroso: escritores. Y es que Z es la adaptación de la novela (inédita en España) en la que Therese Anne Fowler reconstruía la vida de Zelda Sayre, una novelista, poeta y casi bisabuela de todas las modernas It Girls que fue la esposa de Scott Fitzgerald.

Christina Ricci da vida al personaje en este único capítulo de casi 30 minutos que dirige Tim Blake Nelson y cuyo guión firman Dawn Prestwitch y Nicole Yorkin. La sobriedad con la que retratan esta época de champán y jazz es uno de los factores que lo ha convertido en uno de los episodios favoritos de los usuarios. Si finalmente triunfa, estamos dispuestos a ver por todos lados este formato tan interesante de biopics contados en forma de serie.

Otro de los caballos ganadores puede ser esta serie en la que un agente de la C.I.A. recibe el encargo de evitar que Irán amplíe su programa nuclear. Más allá de esa premisa, cualquier parecido que se le pueda encontrar con Homeland no es más que fruto de una cena en mal estado, ya que Patriot es una comedia tan desbocada que hace que el cine de los Coen parezca realismo social. Para imaginar el nivel de humor absurdo que puede alcanzar, basta ver que uno de sus creadores es Steve Conrad, guionista de la última versión de La vida secreta de Walter Mitty o de Timms Valley, aquella serie de animación a là Team América que nunca llegó a nada. Se convierta o no en una serie regular, vale la pena ver el piloto de Patriot y disfrutar con la chifladura de la que posiblemente sea la propuesta más arriesgada de todo el lote de pilotos.

Bienvenido a diciembre de 1969. Estamos en pleno Altamont Speedway Free Festival, un concierto que pasará a los anales de la historia porque en él, entre otros disturbios, se produce el asesinato de un joven afroamericano a manos de un miembro de un Ángeles del Infierno. En el escenario actúan los Rolling Stones, sobre los que siempre recaerá la sospecha de haber contratado a la banda de moteros como parte de su seguridad privada.

La historia real del apuñalamiento de Meredith Hunter sirve para poner en marcha esta heredera de Mad Men en la que se habla de la posición de las mujeres en la prensa de los años setenta y donde se reconstruye la vida de varias periodistas que hicieron frente al sexismo. Mucha atención porque una de esas mujeres sería la futura cineasta Nora Ephron, aquí interpretada por Grace Gummer, hija de Meryl Streep.

Dentro del grupo de capítulos de 30 minutos está la que quizá sea la durmiente de la remesa: la historia de un chico, Highston Liggetts, que tiene a famosos como amigos imaginarios. En este piloto, sus padres, hartos de la situación, le dirán que van a llevarle a terapia si no encuentra un trabajo que le haga sentar la cabeza. Como es de esperar, Highston irá a las entrevistas acompañado de sus amigos invisibles, que en este caso serán Shaquille O’Neal y Flea, el miembro de los Red Hot Chilli Peppers que, como bien recuerdan en el capítulo, subía al escenario vestido únicamente con un calcetín.

El proyecto viene escrito por Bob Nelson, guionista de Nebraska y está dirigido por Jonathan Dayton y Valerie Faris, el dúo responsable de Pequeña Miss Sunshine, con lo que no es nada difícil imaginar el tono indie y casi de feel good movie que tiene el piloto.

También adscrita al formato de la media hora de duración, One Mississippi es una comedia semiautobiográfica coescrita por Diablo Cody y producida por Louis CK en la que Tig Notaro se interpreta a ella misma.

Contrariamente al tono amable que encontrábamos en la serie de Bob Nelson, One Mississippi se presenta como una comedia extraordinariamente negra en la que Notaro se enfrenta a situaciones como la muerte de su madre o a las consecuencias del cáncer que le detectaron meses atrás en ambos pechos. Quizá un tono tan duro, unido a lo poco exportable del producto –Tig Notaro no es una figura excesivamente conocida fuera de Estados Unidos–, la convierta en uno de los pilotos que arrancan la carrera con menos posibilidades de convertirse en serie. Pero, ¿quién sabe? Otros años ya ha habido sorpresas, como en 2014, año en el que la serie de Chris Carter quedó fuera de la selección final.