Salem no habla en la 'Sabrina' de Netflix por una buena razón

Para los seguidores de Sabrina, cosas de brujas, Salem y su hilarante sarcasmo eran una de las grandes bazas de la sitcom de los 90. Este gato negro que poseía el espíritu de un antiguo hechicero como castigo por sus intentos por dominar el mundo hacía gala de su conocimiento sobre la cultura popular española (de Raphael a Chenoa, pasando por Karlos Arguiñano o José Luis Rodríguez Zapatero), su gastronomía (la fabada y el queso de Burgos) y su geografía (obsesión absoluta por Gandía) con un salero más propio de un andaluz que de un yanqui como él. Nunca está de más echarse unas risas con su disparatado doblaje español.

Por eso, no es de extrañar que varios fans se hayan sentido decepcionados al comprobar que el Salem de Las escalofriantes aventuras de Sabrina, la vuelta de turca terrorífica del personaje en Netflix, no habla. Más aún teniendo en cuenta que en el cómic homónimo en el que se basa, firmado por Roberto Aguirre-Sacasa, también creador de la serie, el minino sí que se pronuncia.

Aguirre-Sacasa ha explicado ahora (vía IndieWire) que su intención inicial al hacer este tebeo era que Salem no hablara, ya que la trama era oscura y un gato parlante no pegaba con ese tono: "Era como si el hecho de tener a un gato parlante lo convirtiera en algo divertido y cómico. Pero mientras escribía el cómic, me di cuenta de que cuando lees un tebeo, solo lees las palabras. No tienes por qué ver cómo se mueven los labios del personaje. Así que pensé: 'Claro que Salem debería hablar. Va a ser como cuando habla cualquiera de los otros personajes". 

Sin embargo, al adaptar Sabrina para Netflix, el creador decidió deshacerse del gato parlante y volver a su idea original, la de un Salem silencioso: "Cuando hicimos la serie, el personaje no habla en parte para proyectar el tono de terror". Es más, la primera vez que vemos al gato en la serie de Netflix, aparece como una especie de duende inquietante que emite una especie de silbido inquietante, pero tan pronto como se convierte en gato, solo lo oímos maullar. Sin embargo, el creador avisa: "Esto no significa que Salem no hable en el futuro".

Cabe destacar que este nuevo Salem no es el primero que no dice ni pío desde que se creó. George Gladir y Dan DeCarlo concibieron al personaje como un gato naranja que no hablaba en el número 22 del tebeo Archie’s Mad House, publicado en 1962. Fue precisamente el Salem parlante de la sitcom de los 90 el que hizo que los cómics mostraran a su vez a un Salem charlatán.