Sin armas de fuego pero con dinamita: una nueva era en la violencia de 'Looney Tunes'

Elmer no intenta cazar a Bugs Bunny con escopeta y Yosemite Sam pierde sus pistolas en la nueva tanda de episodios destinados a HBO Max.
Sin armas de fuego pero con dinamita: una nueva era en la violencia de 'Looney Tunes'
Sin armas de fuego pero con dinamita: una nueva era en la violencia de 'Looney Tunes'
Sin armas de fuego pero con dinamita: una nueva era en la violencia de 'Looney Tunes'

La hiperviolencia cartoon es uno de los rasgos más distintivos y celebrados de los cortos animados de Looney Tunes Merrie Melodies desde su creación en los años 30 del siglo pasado. En el nuevo revival de las aventuras de Bugs Bunny, el pato Lucas, el Coyote, el Correcaminos y compañía, creado bajo el título Looney Tunes Cartoons para la plataforma HBO Max, se recupera ese mismo espíritu desquiciado y anárquico, pero con una salvedad importante: no hay armas de fuego.

El cazador Elmer y el pistolero Yosemite Sam siguen persiguiendo a Bugs Bunny en varios de los nuevos 30 cortos que han sido producidos, pero no lo hacen con sus armas características. Elmer no lleva escopeta (en cambio si blande guadañas o embudos contra Bugs), ni Yosemite Sam dispara con rabia sus revólveres, que constituían una de las señas de identidad de su personaje tan característica como el mal humor.

Según afirma Peter Browngardt, el productor de estos Looney Tunes Cartoons en los que ha participado varios estudios de animación distintos, se trata de una decisión consciente. "No vamos a usar pistolas", ha declarado Browngardt en The New York Times. "Pero sí mostramos todo tipo de violencia cartoon: TNT, artículos Acme... Todo eso son en cierto modo derechos adquiridos".

Sin hacer referencia explícita al motivo, probablemente sea una decisión dirigida a ponerse al día en cuanto a limitar la proliferación del uso de armas de fuego ante el público infantil de los dibujos animados. Un tema de debate siempre candente en EE UU, que se recupera cada vez que se producen nuevos tiroteos en espacios públicos o instituciones como centros educativos.

Si bien las armas de fuego están ausentes de los cortos de Looney Tunes Cartoons, los animadores han tenido vía libre para recurrir al uso de explosivos. Sirva como ejemplo esta arquetípica persecución entre Elmer y Bugs Bunny, al son de la Danza de las horas de Ponchielli.

Además de los imprescindibles trompazos, golpes, atropellos y caídas al vacío, hay una considerable cantidad de situaciones que se resuelven mediante cartuchos de dinamita o cañonazos dirigidos a la cara del sufrido antagonista de turno. En ese sentido, se puede considerar que el festival de violencia por el que amamos a los Looney Tunes está a pleno rendimiento. Aunque en esta ocasión no se apriete ningún gatillo.

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