Las 'fans' de 'Juego de tronos' quieren más sexo gay

Lo dice George R. R. Martin: las espectadoras del culebrón medieval-fantástico exigen ver más intimidades entre chicos guapos.
Las 'fans' de 'Juego de tronos' quieren más sexo gay
Las 'fans' de 'Juego de tronos' quieren más sexo gay
Las 'fans' de 'Juego de tronos' quieren más sexo gay

¿Anda Juego de tronos escasa de sexo? Seguro que la mayoría de sus seguidores no piensan así: durante sus cuatro temporadas (por ahora), el culebrón medieval-fantástico de HBO nos ha revelado que los Siete Reinos de Poniente están llenos de violencia y de fornicio a partes iguales, sin perder una ocasión para dejar a sus actrices en pelota picada. Sin embargo, satisfacer al fandom es una tarea que puede hacerse muy cuesta arriba, y George R. R. Martin lo sabe muy bien. El autor del meganovelón Canción de hielo y fuego, en el que se basa la serie, ha revelado que una legión de lectoras escribe diariamente a su correo electrónico para exigirle más contenido calentorro en sus libros. Y ojo, porque la demanda de dichas tronistas es muy específica: a decir de Martin, que también ha ejercido como productor en el serial, las chicas escriben para pedirle más escenas de sexo gay.

"Desde que Juego de tronos comenzó a emitirse, he recibido muchos mensajes pidiendo escenas de sexo explícito entre personajes masculinos. La mayoría de quienes los escriben son mujeres", ha explicado Martin en una entrevista con el diario británico Daily Telegraph. "No me pidas que lo entienda: yo sólo leo los mails", bromea a continuación, para después explicar que dicho incremento en el homoerotismo de las novelas está lejos de sus planes. "No voy a hacerlo de forma gratuita", afirma. "Pero si el argumento me lleva a ello, y si uno de mis personajes protagonistas se ve en semejante situación, tampoco voy a arredrarme". Señalemos que, en las entregas de Canción de hielo y fuego, cada capítulo corresponde al punto de vista de un individuo distinto, algo que, según Martin, hizo que los contactos íntimos entre personajes como Renly Baratheon Loras Tyrell se quedaran fuera del relato. En palabras del escritor: "Puse personajes gays en los libros, pero ninguno de ellos tenía el punto de vista narrativo. De ahí que tampoco tuvieran escenas de sexo".

Dadas sus palabras, Martin parece tomarse el asunto con una saludable guasa, amén de estar un poco hasta la coronilla de esos fans que no le dejarán ni respirar hasta que Vientos de invierno (el sexto, penúltimo y largamente anunciado volumen de la saga) llegue a las librerías. Pero sus declaraciones también dan lugar a un poco de análisis: recordemos que, cuando se emitió la primera temporada de Juego de tronos, los momentos copulatorios y depilatorios entre Gethin Anthony Finn Jones dieron que hablar casi tanto como los desnudos frontales de la prosti Esmé Bianco. Por otra parte, un vistazo a Tumblr y otras redes sociales revela que muchas espectadoras, muchísimas en realidad, gozan lo suyo al ver contenido gay en sus series preferidas: bien sea para poner en danza a los bigardos de Juego de tronos, para añadir profundidad a la relación de Martin Freeman y Benedict Cumberbacht en Sherlock  o para hacer que Hannibal (Mads Mikkelsen) se lo coma todo a Will Graham (Hugh Dancy), las autoras de fan fiction y fan art no descansan. Algo que George R. R. Martin, un señor que ha sido fan antes de llegar a autor de culto, sabe muy bien. Y que, según ha confesado, detesta.

En otro orden de cosas, como apunta el escritor, la versión televisiva de Juego de tronos ha incorporado una dimensión homoerótica a la historia. Pero, ¿a qué precio? Quienes hayan leído las novelas de Martin podrían objetar ante, por ejemplo, la presentación de Loras Tyrell (Finn Jones): si en la letra impresa encontramos a un avezado guerrero, cuya arrogancia le lleva a ponerse gallito ante Jaime Lannister (Nikolaj Coster-Waldau), el show nos ha ofrecido a un petimetre promiscuo ("Tragasables hasta la médula", en memorable expresión de Diana Rigg) y propenso a hablar de vestidos de novia con Sansa (Sophie Turner). Una simplificación similar ha tenido lugar con Oberyn Martell: el príncipe de Dorne, el reino que será Andalucía, destaca en las novelas por esa sed de venganza que le lleva a una muerte muy brutal. Y su bisexualidad es algo reconocido... pero el texto no necesita mostrárnoslo en plena orgía para que lo recordemos. ¿Recurre Juego de tronos a los estereotipos para caracterizar a sus personajes LGBT? Pues se ve que sí.

Por otra parte, el hecho de que las fans le exijan a Martin más encuentros íntimos entre chicos guapos revela algo que puede escocer: ahora, los hombres también pueden convertirse en objetos sexuales. Tal vez convenga a recordar Annette Bening Julianne Moore calentándose a base de porno gay en Los chicos están bien para dejar claro que las espectadoras pueden disfrutar tanto con un momento homoerótico como los espectadores ante la insinuación de un roce entre dos personajes femeninos de buen ver. Pero esto nos llevaría a tratar materias muy densas... Sólo recordamos que, según los informes de la asociación GLAAD, la televisión se ha convertido en un territorio de libertad para los contenidos gays y lésbicos, a diferencia del cine: cabe preguntarse, pues, si una reacción como esta llegaría a producirse alguna vez en el contexto de una película de Hollywood.

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