'La peste': Miedo y asco en Sevilla

Alberto Rodríguez ('La isla mínima') retrata la Sevilla del siglo XVI a pie de calle en 'La peste', cuya temporada completa ya está disponible en Movistar+.
'La peste': Miedo y asco en Sevilla
'La peste': Miedo y asco en Sevilla
'La peste': Miedo y asco en Sevilla

Hay una secuencia en La peste que resume la esencia del cine de Alberto Rodríguez. En ella, unos niños harapientos conducen a un hombre por la Sevilla oscura del XVI y lo atacan como gatos callejeros con sus farolillos. Alguien se ha referido a ellos previamente como los niños de la luz. Poético, crudo y de aquí, así es el cine del director de La isla mínima y Grupo 7, señas de identidad que ha decidido llevarse consigo en su salto a la tele de pago.

“Lo que me apasionaba de este proyecto era contar cómo a un país le toca la lotería. No solo se descubre América sino que la llegada del oro y la plata revoluciona Sevilla”, cuenta el director sobre una ciudad, la suya, que fue la más importante de Occidente en el siglo XVI, “cosmopolita, rica, la Nueva York de esa época”, añade. Algo que, por otro lado, la conecta con la Sevilla de ahora, en “esa cosa de mirarse el ombligo”. Pero, como en sus anteriores películas, este no es el único aspecto en el que la ficción de Alberto Rodríguez resuena en el presente. “La riqueza atrae hacia el lado oscuro, pero eso tiene que ver con la condición humana. La gente verá la serie y pensará que todo podría estar ocurriendo en la Sevilla del XVI o en la España de ahora”, cuenta el director.

Faltaba encontrar un elemento metafórico que, como dice Rafa Cobos, “remitiese a esta podredumbre moral que querían retratar”. Lo encontraron en El hereje, una de las fuentes de inspiración en la escritura del guion junto a Rinconete y Cortadillo, en la que la documentación del experto Pedro Álvarez fue también crucial. En el libro de Miguel Delibes aparecía la peste, terrible enfermedad que asoló Europa matando a la mitad de la población de Sevilla y acabando con su esplendor, aunque eso ocurrió en realidad un siglo después.

La degradante peste era también la excusa de contar la Sevilla del XVI a ras de suelo, no la Sevilla de los palacios sino de la gente de la calle, la Sevilla sucia, pobre y llena de ratas en la que la gente se moría contagiada. Esa Sevilla que convivía con el cosmopolitismo que había traído el descubrimiento de América y que, si bien supuso un soplo de aire fresco frente a las ficciones televisivas de época, aumentó considerablemente los problemas del departamento de producción.

'La peste': Miedo y asco en Sevilla

“Lo singular de esta serie es que se desarrolla en exteriores. Los personajes no están en sus villas o palacios, sino que están a pie de calle. Y en la calle sevillana no queda nada del siglo XVI. Reproducirlo fue lo difícil”, nos cuenta Pepe Domínguez del Olmo, director de arte de La peste, para el que el mayor reto ha sido el volumen del proyecto, la cantidad de decorados en los que se rodó, tanto construidos como reales, desde el Convento de la Concepción en Carmona hasta el Real Alcázar. “No nos valía casi nada de lo que existía, al contrario de lo que pasa generalmente en las películas de época –sigue el director de arte–. Aquí teníamos que crearlo o intervenirlo todo”. ¿Por ejemplo? “Por ejemplo, manejábamos unos dos o tres metros cúbicos de basura orgánica al día. Después de pasar tanto tiempo rodando en el Convento de la Concepción surgió una flora autóctona. Las ratas estaban encantadas”.

Otra dificultad añadida fue la falta de referencias. “El arte de la época, sobre todo en España, es arte religioso. Hemos ido mucho al Museo del Prado y al Lázaro Galdiano –sigue–. Pero lo más difícil eran las chabolas, no había nada que las representase. Ese verano me leí con mis niños El Quijote y, en el capítulo dos o tres, Cervantes contaba cómo se hacían los techos de las chabolas. Menos mal”.

'La peste': Miedo y asco en Sevilla

Con razón Patricia López recuerda el olor del set de rodaje. “No es que viésemos el decorado, es que estábamos allí. Olía a pescado, había ratas y verduras podridas por el suelo”, cuenta la actriz de El guardián invisible, que aquí interpreta a una viuda independiente que desafía los obstáculos de ser mujer en el XVI, época en la que “los hombres se iban a las Américas, las mujeres empezaban a ser más partícipes del gobierno de las casas y de las decisiones de la ciudad, hasta que las autoridades empezaban a evitar que esto ocurriera”, explica.

Junto a ella, los dos protagonistas de La peste son menos reconocibles de lo que la televisión española nos tiene acostumbrados. El actor teatral Pablo Molinero y Sergio Castellanos interpretan a Mateo y Valerio, una peculiar pareja de investigadores que han de resolver los crímenes que están ocurriendo en la ciudad si no quieren vérselas con el inquisidor Celso de Guevara (Manolo Solo). El intérprete de Tarde para la ira, junto a Paco León, Jesús Carroza o Manuel Morón, arropan al dúo protagonista.

“Desde el principio, antes de los guiones, hablábamos de la trilogía de la vida de Pasolini, su forma de abordar la época con tanto desparpajo y naturalidad. En esas pelis los actores son desconocidos, un poco como los personajes de Caravaggio, esos personajes que cogía de la calle y pintaba”, cuenta Alberto Rodríguez sobre su meditada elección de actores desprovistos de un pasado en nuestras pantallas.

NADA VALE NADA

“Lo más difícil ha sido meterse en la cabeza de alguien de entonces, cuando las cosas no valían nada, cuando los niños no importaban o los homosexuales eran quemados”, explica Rafa Cobos sobre este thriller que enseguida se convirtió también en un fresco de la Sevilla del XVI. Esa Sevilla cruda en la que la gente moría de peste sola en su chabola, en la que las ratas campaban a sus anchas entre kilos de fruta podrida, en la que los niños se convertían en delincuentes con la única ayuda de un farol. “La idea de la infancia es una de las cosas que más me chocaron –recuerda Alberto Rodríguez–. Pau [Esteve, director de fotografía] encontró un libro sobre la iluminación doméstica en el siglo XVI que hablaba de este servicio en el que  los niños te acompañaban con farolillos porque la calle estaba a oscuras. Eran los niños de la luz”.

Ya  disponible la temporada completa de ‘La peste’, una serie original de Movistar+.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento