La casa embrujada del autor de 'Juego de tronos'

Más que en concluir sus novelones, el escritor George R. R. Martin parece interesado en encontrar formas creativas para gastarse el dinero. Nada que objetar, porque el buen hombre se ha forrado gracias a los royalties de Juego de tronos, y porque sus dispendios están orientados a impulsar la vida cultural de Santa Fé, la ciudad de Nuevo México donde reside. Sin ir más lejos, Martin donó más de 3 millones de dólares (como mínimo) al colectivo de artistas Meow Wolf para que este fundase The House of Eternal Return, un espacio multimedia que podría ser uno de los lugares más locos de este planeta.

Enclavada en una antigua bolera, esta 'casa del eterno retorno' es una galería de arte y una sala de conciertos. Pero también es algo más: una casa embrujada de cerca de 2.000 metros cuadrados. Cuando entran en el complejo, los visitantes escuchan la historia de los Selig, la familia que vivía en el lugar y que desapareció misteriosamente. A partir de ahí, el huésped es libre para vagar por las instalaciones, cruzando salas que son un puro desparrame psicodélico.

Según informa Dangerous Minds, en la casa trabajaron 135 personas, cuya labor de dos años dio como resultado un laberinto lleno de pasadizos secretos, pistas ocultas... y también lugares donde pasar el rato, como un salón de máquinas recreativas. Neil Gaiman (American Gods), amiguete de Martin, presidió el acto de inauguración, y el complejo lleva desde 2016 acogiendo actuaciones de bandas como Fleet Foxes y Future Islands, impartiendo cursos de artes plásticas para niños y exhibiendo la obra de artistas locales. Un lugar, en suma, mucho más acogedor que los castillos de Poniente.