'Juego de tronos': Por qué nunca debimos fiarnos de [SPOILER]

ATENCIÓN: contiene ENORMES SPOILERS de Juego de tronos T8E5

¿Sorprendidos? ¿Horrorizados? ¿Decepcionados? Seguramente, todo a la vez. En el penúltimo episodio de Juego de tronos, los fans de Daenerys Targaryen (Emilia Clarke) se han llevado el susto de sus vidas, viendo cómo la (teórica) heroína de la serie pasaba de orgullosa libertadora a exterminadora sin escrúpulos.

Pero, ¿de verdad ha sido una sorpresa? Algunos de nosotros diríamos que no. Para empezar, George R. R. Martin (autor de las novelas originales) lleva años y años advirtiendo a sus lectores de que no se apeguen demasiado a la Madre de Dragones (Rompedora de Cadenas, Khaleesi del Gran Mar de Hierba, Reina de los rhoynar, los ándalos, etcétera), recordándoles que los Targaryen siempre acaban haciendo honor a su lema "Sangre y fuego". Y, para seguir, la serie de HBO nos ha dado pistas abundantes sobre lo peligrosa que es, en el fondo, esa chiquilla desvalida con la que tanto nos encariñamos hace ocho años.

Seguro que, después de recordarlas con nosotros, acabas concluyendo que eso de prenderle fuego a Desembarco del Rey se veía venir.

Está claro que Viserys Targaryen no solo estaba loco, sino que también era un imbécil. Cosas ambas que no te garantizan precisamente la supervivencia con un cuñado como Khal Drogo. Y está claro también que muchos nos alegramos por 'Dany' cuando vimos morir a semejante bastardo maltratador. Pero esa expresión impasible de la khaleesi ante el horrible destino de su hermano debería de habernos hecho sospechar que no todo iba bien en esa cabeza…

Seguro que ya ni te acuerdas, pero, allá por la primera temporada, Daenerys estuvo a punto de ser envenenada por un agente de Robert Baratheon disfrazado de vinatero ambulante. Por suerte (¿o no?) la reina en el exilio se salvó de milagro gracias a Ser Jorah Mormont, que estaba en el ajo. ¿El castigo elegido por 'Dany' para el criminal? Pues uno que delataba lo mucho que estaba asimilando la cultura dothraki. Una cultura, recordemos, en la que el supremo valor es la fuerza bruta…

En las novelas de Martin, Doreah y Xaro Xoan Daxos no han pasado de ser personajes bastante anecdóticos (el segundo es más bien un alivio cómico, de hecho). Pero la segunda temporada de Juego de tronos les sacó punta haciéndoles conspirar contra la khaleesi, con todo aquello de vender su alma a unos brujos no-muertos. Condenándoles a morir de hambre en una cámara acorazada, Daenerys dejó claro que eso de las venganzas horribles le ponía lo suyo.

'Dany' se ganó nuestros aplausos al montar una barbacoa con los Bondadosos Amos de Astapor. Pero el resto de su gestión en la Bahía de los Esclavos… pues dejémoslo en que resultó un poquito alarmante. Uno de los actos más radicales de la Rompedora de Cadenas fue aplicarles la ley del talión a los Grandes Amos de Meereen: si estos habían matado de forma horrible a 163 niños… pues nuestra chica se carga a la misma cifra de ellos, y define el acto como "responder a la injusticia con justicia". 

Como hemos dicho antes, los jinetes del Gran Mar de Hierba solo obedecen a la fuerza bruta. Y está claro que, si quería convertirse en su indiscutible lideresa, Daenerys tenía que hacerlo con un golpe de efecto. Mera casualidad, seguro, que dicho golpe de efecto nos recordase lo mucho que le gusta a esta mujer quemar viva a la gente: hasta la masacre del penúltimo capítulo, esta había sido su escabechina más sonada.

Atención, pregunta: ¿por qué perdieron los Targaryen el Trono de Hierro? Respuesta: por la afición de Aerys II, padre de Daenerys, a asar vivos a todos aquellos que cuestionaban sus decisiones. ¿Adivinas cómo reaccionó la khaleesi cuando el padre y el hermano de Sam se negaron a hincar la rodilla ante ella? Exacto… Para qué iba a ordenar un destierro, un encarcelamiento o incluso una decapitación cuando sus dragones estaban ahí.

Así pues, la Madre de Dragones, Rompedora de Cadenas, Khaleesi del Gran Mar de Hierba, Reina de los rhoynar, los ándalos, etcétera, había dado pruebas de sobra de ser un personaje aficionado a la violencia extrema, incapaz de aceptar las opiniones ajenas e inmerso en una narrativa donde ella era la única heroína. Y luego nos extrañamos cuando se le va la pinza del todo…